Mi nombre es José Solorio, y soy Asambleísta Estatal dentro de la Legislatura de California. Represento el centro del condado de Orange, incluyendo las ciudades de Santa Ana, Anaheim y Garden Grove.
Decidí empezar “Adelante en América” porque estoy conciente de que hay muchos inmigrantes en nuestro país que quisieran ser parte de nuestra democracia y realizar su propio Sueño Americano. Yo pude lograrlo y siento la obligación de ayudar a otros a conseguir lo mismo.
Esta columna será principalmente en forma de Pregunta y Respuesta. Contestare preguntas que en los últimos años he recibido de parte de inmigrantes y a la vez invito a los lectores a que envíen sus propias preguntas. La primera pregunta viene de una madre en Anaheim. Ella pensó que yo podría ser un buen ejemplo para sus hijos y quiso saber como es que yo vencí los obstáculos que me llevaron de los “Campos de Algodón al Capitolio.” Mi respuesta a ella también sirve para presentarme y dar a conocer algunos temas que tocaremos mas a fondo en el futuro.
Pregunta: ¿Asambleísta Solorio, como venció los obstáculos para convertirse en alguien tan exitoso a pesar de sus principios humildes?
Llegue a los Estados Unidos de Michoacán, México de niño. Mis padres y yo obtuvimos nuestras tarjetas de residencia y nos establecimos en el condado agrícola de Kern para trabajar en el campo. Mis padres llegaron aquí en busca de una oportunidad para trabajar duro y proveer para su familia que aun crecía. Ellos no tenían mucha educación, pero nos enseñaron a mis hermanos y mí, desde una edad joven que el futuro era nuestro. Si trabajábamos y estudiábamos duro, podríamos lograr a ser lo que siempre imaginamos.
Aunque mi familia viene de raíces humildes, mis hermanos y yo teníamos ventajas que muchos niños no tenían. Al ver que mis padres trabajaban tan duro, mis hermanos y yo aprendimos de ellos y en el verano los acompañábamos a trabajar al campo y así aumentábamos el ingreso a nuestra casa. Sabíamos como vivir dentro de nuestros ingresos, y como ahorrar para artículos más caros. Del mismo modo, si pedíamos dinero prestado para una emergencia, nos asegurábamos de que siempre lo pagábamos a tiempo.
Mis padres me dijeron que podría ser campesino, pero si me aplicaba en mis estudios y ponía atención a mis maestros, podría llevar una vida mejor en California. Hoy día, me encanta decirles a los estudiantes que “El camino de la pobreza a la riqueza esta pavimentado con diplomas.”
Una vez que mis maestros entendieron mi deseo por aprender, ellos me ayudaron. Era como si mi determinación fuera contagiosa. Yo quería aprender, y mis maestros querían enseñarme. En el tercer grado empecé a sentirme cómodo al leer y como resultado empecé a recibir buenas calificaciones. Con mi nueva habilidad de hablar Ingles, se me hizo más divertido y gratificante participar en actividades escolares. De hecho me convertí en el presidente de estudiantes en la escuela preparatoria de Wasco y en Universidad de California en Irvine.
El proceso de solicitud para la universidad también fue estresante. Aunque recibí ayuda financiera mi primer año, realmente no sabía como iba a financiar el resto de mis estudios en UC Irvine. Pero al estar ahí supe solucionarlo. Y como en los años anteriores, mi esfuerzo para estudiar y trabajar mostró ser valioso. No solo recibí mi Bachillerato de UC Irvine, pero también recibí una maestría de la Universidad de Harvard.
Mientras terminaba mis estudios en UC Irvine, empecé el proceso de solicitud para la ciudadanía. Al principio me pareció un poco caro y complejo, pero como siempre, empecé con un fin en mente. Paso a paso, completó el proceso y me convertí en ciudadano Americano.
Hoy día me siento orgulloso por mi éxito y estoy listo para ayudarlos a seguir adelante en América. Envíeme sus pre-guntas para una columna futura a Assemblymember. Solorio@Assembly.Ca.Gov.