Adiós Irene, adiós

LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero

    A su paso por Estados Unidos el huracán Irene dejó, además de muerte y destrucción varias lecciones importantes.

    Si a pesar de las advertencias y las precauciones al menos 20 personas perdieron la vida, ¿qué hubiera pasado si no se toman las medidas que se tomaron?

    La evacuación inédita de varios sectores de una ciudad como Nueva York y la previa declaración de emergencia de localidades y condados en estados como Virginia y Nueva Jersey eran indispensables.

    Si medidas de este talante hubiesen sido posibles al paso de Katrina, la historia de Nueva Orleans sería distinta.

    Hoy, las declaraciones de emergencia emitidas por la Casa Blanca a varios estados, permitirá una respuesta federal adecuada  en lo que toca a las labores de recuperación y alivio a lo largo de la costa este. Eso es positivo.

    Gran parte de las muertes causadas por Irene pudieron haberse evitado, varias fueron consecuencia de la imprudencia. Por eso, es bueno preguntarse, ¿estoy preparado?

    Hay que tomar precauciones. Señores, no hay que salir de camping cuando se acerca un huracán. Eso le causo la muerte a dos desprevenidos esta vez.

    Tanto si se trata de un huracán, de un terremoto o de una tormenta tropical, los riesgos son reales.

    Por lo tanto, es importante hacerse de un kit de provisiones de emergencia que incluya al menos alimentos no perecederos, agua, radio de pilas, linternas y baterías adicionales.

    No sobra, tener un kit preparado para llevar en su automóvil en caso de que sea necesaria una evacuación y agregar las medicinas o artículos de uso personal indispensable, como gafas o lentes de contacto.

    Aun cuando no haya advertencias en los medios de comunicación, usted debe tener un plan de acción coordinado con su familia. Es posible que los integrantes de su familia no estén juntos en el momento del desastre, así que es importante saber cómo se comunicarán unos con otros, cómo se reunirán de nuevo y qué harán en caso de emergencia.

    Conozca su área, sepa cuáles son las vías de evacuación y prepárese para lo peor. Es posible que no se vaya la luz, pero si se va, es mejor que tenga linterna.

    ¿Y su casa, está asegurada?

    El viento puede arrasar con todo. Manténgase informado, revise cuidadosamente las medidas de seguridad que debe tomar en cada circunstancia y use su sentido común. Si se le inunda la casa, corte el suministro de energía. El riesgo de que haya un corto circuito se multiplica.

    Creer que  – eso no me puede pasar a mi – no es la actitud adecuada. La naturaleza, entre todas sus virtudes, tiene también la de sorprender. Si no, que lo digan los residentes del área metropolitana de Washington D.C. que hace poco se vieron sorprendidos por un movimiento de tierra que nadie se esperaba.

    La cosa no es andar asustado, nada más lamentable que vivir con miedo, es prepararse, que es distinto.

    Bien vale repetir el viejo refrán que dice que más vale prevenir que lamentar. Prepárese, no se deje sorprender. Su seguridad y la de su familia, también son su responsabilidad.

    Para ampliar información sobre medidas precautorias y desastres, visite el sitio en español de la Agencia para la Administración de Emergencias FEMA en www.listo.gov.