Afectan pesticidas jardín de arboles de cereza en una escuela de San Ysidro

Por: Citlalli Rodriguez

Profesora Josie Hamada y su esposo decidieron emprender acción legal.

El jardín de la paz ubicado en la escuela elemental “Beyer” de San Ysidro es una creación que nació gracias a la iniciativa de la profesora Josie apoyada por su esposo Steve Hamada con ayuda de voluntarios de la comunidad con el fin de proporcionales a los pequeños estudiantes, la facilidad de contar con un espacio natural en donde el contacto con el medio ambiente además de recreativo fuera educativo.

Las autoridades escolares de la escuela de San Ysidro han perdido el interés de mantener en óptimas condiciones el jardín que cuenta con un centenar de árboles de cereza japonesa, los cuales requieren cuidados especiales por no ser de la región. Durante más de una década han servido para diversas ceremonias y lecciones educativas sobre las ciencias naturales y el cuidado del medio ambiente. Fuera del mal cuidado y poco interés por el mantenimiento de los árboles, la molestia del matrimonio Hamada se acrecentó al descubrir las violaciones por parte del recinto escolar a los reglamentos de salud en cuanto a los pesticidas, impuestos por el distrito escolar en el año 2000; los pesticidas no solamente se habían estado aplicando fuera de las áreas verdes, sino también en los espacios públicos y aceras exteriores de la escuela sin previo aviso corres-pondiente a los padres de familia, empleados y alumnos de dicha institución para alertar sobre la afectación de la salud, aparición de alergias y daños en la piel.

Según los lineamientos establecidos por el Departamento de Pesticidas en California bajo la regulación de las normas de salud escolar AB2260, la aplicación de pesticidas, herbicidas y otras sustancias útiles para el combate de la maleza y hierbas en las áreas verdes de las escuelas debe realizarse con previo aviso por escrito a los padres de familia o tutores de los menores, empleados y personal docente 24 horas antes de la aplicación de dichas sustancias; así como exponer letreros a la vista de todos dentro del plantel para prevenir a los adultos sobre cualquier daño que los químicos pudiesen causar a los menores, al igual que colocar anuncios en las áreas donde fue rociado el pesticida 24 horas después. De tal forma que se comprenda un lapso de 72 horas en todo el proceso antes de que los infantes puedan estar en contacto con las sustancias químicas.

De acuerdo a las pruebas e investigaciones realizadas ante las denuncias al distrito, la institución educativa de San Ysidro no ha seguido con los estatutos impuestos. La situación es alarmante para la salud de los pequeños, ya que a raíz de estas fumigaciones los niños entran en contacto con los plaguicidas al permanecer y jugar en las áreas verdes.

Tal como la experiencia vivida por la entonces profesora Josie Hamada en Marzo del 2010 cuando entró en contacto con un líquido azul-verdoso —según sus palabras, muy difícil de quitar— mientras acompañaba a los estudiantes a dibujar su árbol favorito en el jardín como parte de la clase del día. Fue ahí cuando comenzó a interesarse y prestar mayor atención a este fenómeno recurrente durante los meses siguientes. Acudió a las autoridades escolares para hacer el reporte correspondiente sobre los hechos que fueron ignorados. En marzo del siguiente año se repitió la escena por ello, la ahora retirada profesora junto a su esposo deci-dieron emprender acción legal dando a conocer estos hechos al distrito escolar de San Ysidro; pues la aparición de los pesticidas era muy abundante.

Con estos acontecimientos, se llevó a la Corte el primer caso en su tipo en el que se peleaban los derechos de Steve y Josie por mantenerse en el caso y de esta forma poder demandar tres puntos básicos que se han convertido en su preocupación los últimos meses: Mantener y respetar las reglas implementadas por el control de Salud Escolar acerca de los pesticidas; ya que además de acabar con la vida de los árboles, es completamente dañino para la salud de los estudiantes. La segunda, que se les devuelva el dinero invertido en el jardín recaudado por los señores Hamada con ayuda de voluntarios de la comunidad y finalmente, que exista la educación por parte de la escuela en mantener la naturaleza y transmitirla al alumnado.

Los resultados en la corte para Steve y Josie no fueron favorables, el derecho para llevar a cabo la demanda se les fue negado, ya que no pertenecen más a la escuela; hoy, solamente son voluntarios. El siguiente paso para ganar la batalla únicamente se logrará con la ayuda de los padres de familia y la comunidad. Ellos, son los que pueden exigir sus derechos como tutores y proteger la salud de sus hijos; es necesario alzar la voz para hacer de San Ysidro una comunidad mejor.

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