Albergue las memorias

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<p>“Yo vine porque fui al Hospital General y de ahí me dijeron que me podían atender” explica Juan quien vive con VIH y llegó al albergue Las Memorias con una pulmonía severa y malnutrición.</p>
<p>“Aquí como bien, descanso, me tomo mis medicinas a la hora y me ayudan a llegar a mis consultas; a tres meses de estar aquí ya me dicen mis compañeros que estoy gordito, gordito” bromea Juan, originario de Jalisco quien vivió en California 14 años antes de ser deportado tras una redada en la empresa empacadora de verduras donde trabajaba.</p>
<p>El Albergue Las Memorias es un lugar especializado en el cuidado y atención de pacientes con VIH/Sida en el que actualmente se encuentran 55 personas, incluyendo una mujer con su bebé de 4 meses (que nació cero negativo gracias a antirretrovirales y precauciones) y una mujer embarazada cuya fecha para tener a su bebé es cerca de navidad.</p>
<p>El albergue, —único en su tipo en toda la ciudad— provee a los pacientes de un lugar seguro donde vivir, todas las atenciones médicas necesarias para su condición.</p>
<p>Pero además tienen apoyo psicológico para la recuperación de las adicciones al alcohol y las drogas y los recién llegados rápidamente se vuelven como una gran familia, para muchos, la única familia que les queda después de ser rechazados por su condición de cero positivos.</p>
<p>“Aquí los pacientes en su gran mayoría son adictos al alcohol y las drogas, porque la adicción se relaciona claramente con la infección de VIH y la situación de calle con la tuberculosis u otras enfermedades que van debilitando a la gente” explica Antonio Gradillo, director del albergue desde su creación hace 10 años.</p>
<p>“Yo diría que uno de cada tres de nuestros pacientes es un migrante; muchos de ellos contrajeron el VIH durante su estancia en EU y otros muchos al ser deportados para acá y empezar a usar drogas” explica Gradillo, quien vivió en situación de calle y adicto a las drogas por 24 años antes de internarse en el Centro de Integración y Recuperación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción (CIRAD) donde descubrió su vocación para cuidar enfermos.</p>
<p>Según la encuesta sobre la situación de salud de los migrantes 2006-2007 realizada por Médicos del Mundo, la migración es un factor de riesgo de contraer VIH-Sida, ya que el consumo de drogas y las prácticas sexuales de riesgo son más frecuentes en población migrante que en la población nativa tanto de México como de Estados Unidos.</p>
<p>La encuesta arroja que al menos 1% de los migrantes encuestados en Tijuana-Mexicali tiene VIH , y se desconoce si este es contraído en EU o después de deportado durante su estancia en esta frontera. Esta cifra es mucho mayor que la prevalencia de VIH de la población de EU (.6%) y México(.3%).</p>
<p>Entre los retos que enfrenta Las Memorias es el estigma social y el desanimo con el que llegan los pacientes pero esto lo enfrentan educándose y educando a la comunidad sobre los riesgos del VIH, con pláticas a escuelas sobre sexo seguro y evitar prácticas riesgosas.</p>
<p>Pero además, el acceso a la salud es complicado para los migrantes.</p>
<p>“Antes de que existiera el Seguro Popular sufríamos para conseguir las medicinas y las consultas, ahora es más fácil pero siguen pidiéndole a la gente actas de nacimiento o credenciales federales que no tienen porque vienen deportados y han perdido todo” explica Granillo.</p>
<p>Con un hogar estable y fuera del ambiente de alcohol y drogas, Juan empezó a recuperarse y a cuidarse y ahora es uno de los servidores de la casa que con las fuerzas renovadas trabaja fuera de la casa para ayudar a sostenerla.</p>
<p>“Esto es una gran hermandad en donde te ayudan cuando estás abajo y tu ayudas en todo lo que puedes; no es lujoso ni elegante pero es mucho mejor que la alternativa de estar en el vicio, en la calle, solo”.</p>

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Mariana Martinez