LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Mónica Rodríguez
Las pandillas son un fenómeno creciente en Estados Unidos y los jóvenes hispanos nacidos en este país, tienen más posibilidades de pertenecer a ellas, que los que nacieron en Latinoamérica, según un estudio del Centro Hispano Pew.
Estos hispanos representan el 49 por ciento de todos los jóvenes en pandillas a nivel nacional, por eso, es urgente hacer un llamado a los padres de familia para que tomen las medidas a su alcance y eviten que sus hijos se conviertan en carne de cañón para estos grupos delincuenciales.
Muchas veces, los padres se ven obligados a ausentarse del hogar para cumplir con sus obligaciones laborales, que pueden superar las ocho horas diarias, eso, la separación familiar y el desarraigo dejan a niños y jóvenes a la deriva y en muchos casos, el sentimiento de soledad y de no pertenencia puede ponerlos a las puertas de cualquier pandilla.
Estos grupos aprovechan los vacíos emocionales de los jóvenes y estimulan sus problemas de autoestima convenciéndolos de que “la pandilla” es su familia y trastocando sus principios y valores hasta convertirlos en delincuentes.
“El joven ingresa a la pandilla porque busca identidad, necesita una familia”, dijo un ex pandillero mexicano, que omitió dar su nombre y que relató como la pandilla logró elevar su autoestima.
“Me sentía superman, dueño del mundo; por eso me drogaba, peleaba y disparaba como loco” agregó.
Para que testimonios como este no salgan nunca de la boca de sus hijos es indispensable hacer un análisis de prioridades y dedicarles tiempo. El tiempo que comparta con sus hijos y la calidad de la comunicación que pueda desarrollar con ellos, son los mejores antídotos para evitar que sean víctimas de este fenómeno.
Para muchos las limitantes del lenguaje, sobre todo cuando están iniciando su proceso de inmersión en la sociedad estadounidense, puede ser una seria fuente de conflicto; por eso, es indispensable que usted este al tanto y lo ayude a superar esa etapa, en las escuelas hay siempre trabajadores sociales o funcionarios bilingües que pueden ayudarlo.
Para identificar si su hijo está teniendo comportamientos sospechosos, observe sus vestimentas, generalmente los pandilleros usan cierto tipo de colores – el negro es el más común – y modas extravagantes como los pantalones extremadamente largos y anchos, así como tatuajes o ciertos cortes de pelo.
Las actividades sanas después de la escuela, son una buena alternativa pero el mejor antídoto es el amor, demuéstreselo con palabras y hechos; no permita que una pandilla lo haga mejor que usted.
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