México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
Nunca creo haberle puesto tanta atención a Arizona. Me parecía un estado bonito, con montañas y lagos, como para jubilarme en una casita de campo. Pero así como está y para donde va, me parece hoy que sería el peor lugar del mundo; el primer estado declaradamente fascista de Estados Unidos.
“Arizona”, dice una teoría sobre el origen del nombre, viene del basko “Haritz Ona”, (Buen Roble), y es la mayor reserva de estos árboles en Estados Unidos. Pero según la revista Proceso de la última semana, Arizona es hoy verde pero por no por las ramas de los árboles sino por otras razones: es “la bodega de mariguana más grande del mundo”, frase de un inspector de la DEA, Departamento de combate a las Drogas. Un artículo de J. Jesús Esquivel expone que Arizona es la puerta de entrada de la mariguana que se distribuye en todo el país.
Solamente en enero y febrero, la Patrulla Fronteriza incautó 168 mil kilos de mariguana en Tucson, 7 mil en Douglas, 3 mil en Naco, y mil 574 en Wilcox. En 2009 se incautaron más de 75 mil kilos en estos cuatro lugares. “Y si esa es la incautada, seguramente los cargamentos que pasan son mucho mayores”, comenta en el artículo un miembro de la Patrulla Fronteriza.
La cosa se pone bien interesante porque un tal ranchero de nombre Robert Krentz supuestamente fue asesinado por un inmigrante indocumentado en abril, y eso dio pie a la aprobación de la SB1070. Nomás que según el artículo, en el rancho ganadero de Krentz no había ganado, y en cambio un día antes de su muerte se encontraron 131 kilos de mota en el rancho. Ocho inmigrantes fueron rastreados y detenidos, pero liberados por no tener conexión con el caso. Según Esquivel, con información del “The Arizona Daily”, Krentz y su hermano dejaban que gente del “Chapo” Guzmán usara el rancho para trasegar la droga, tuvieron un pleito por el pago que les tocaba y el hermano le disparó a Krentz. El crimen aún sigue sin aclarar, pero nos dejó como herencia la SB1070.
Arizona y el Fascismo
Si de combatir el narcotráfico se tratara, el gobierno de Arizona bien podría vigilar sus 6 carreteras interestatales y sus 14 estatales, porque después de pasar la frontera la droga se transporta por ahí al resto del país. Hay más kilómetros de carreteras hacia otros estados que toda la frontera de Arizona con México.
Pero no se trata de eso. Arizona no quiere combatir la droga, quiere combatir a los latinos, con y sin papeles.
No contenta con aprobar la SB1070 que criminaliza la inmigración indocumentada y el perfilamiento racial, la gobernadora Jan Brewer acaba de aprobar otra ley, la HB 2281, que prácticamente criminaliza enseñar historia en las escuelas públicas. Y le valió sorbete que incluso un reporte de las Naciones Unidas condenara la propuesta de ley, diciendo que “toda la gente tiene el derecho de aprender sobre su propia cultura y herencia idiomática”.
Y es que la HB 2281 prohíbe las clases que “promuevan el resentimiento de un grupo étnico con respecto a otros”. En otras palabras, cancela los estudios latinos, Afro-Americanos y Nativo-Americanos, por “crear chovinismo entre grupos étnicos”, dice el director escolar del estado, Tom Horne, autor de la ley y por cierto candidato Republicano a Procurador General. El “chovinismo”, dice la definición, es “igual al patrioterismo”, “la creencia de que el país de uno es el mejor del mundo”.
Según Horne, en Estudios Latinos de Tucson se enseña que “los Latinos son oprimidos por los blancos”. El curso enseña el papel de los latinos en la guerra de Vietnam y literatura de autores latinos. La ley autoriza enseñar historia de los grupos étnicos “siempre y cuando cualquiera pueda asistir y no promueva la solidaridad étnica o el resentimiento”. La ley autoriza quitarle el presupuesto estatal a las escuelas que no la cumplan. Por cierto, el 56 por ciento de los estudiantes del Distrito son latinos, unos 31 mil.
De paso, en una movida lateral, el Departamento de Educación de Arizona prohibió que “los maestros que tengan un acento fuerte en inglés enseñen clases de idiomas”, lo cual probablemente significará el despido de cientos de maestros bilingües, la mayoría inmigrantes latinoamericanos.
Las intenciones de Arizona son claras: sin latinos a la mejor el Partido Republicano sigue indefinidamente en el poder. Hay que deshacerse de ellos…
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