Cambio superficial de la Corte Suprema

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<p>&nbsp;&nbsp; La nominación de la Solicitadora General de la República, Elena Kagan, a la Corte Suprema de Justicia cambia sólo su fachada, no mueve un centímetro el entorno de su política, ni mucho menos permite cambios reales de esta institución jurídica.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; La Corte Suprema todavía seguirá siendo guiado por un aire conservador mientras cinco de los nueve jueces persistan con su inclinación ideológica hacia la derecha.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Mientras tanto, Kagan mantiene la balanza ideológica de la Corte Suprema de Justicia y nada más.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Por eso lo más probable es que Kagan sea confirmada por el Senado, a no ser que surja alguna faceta imperdonable de su vida –pública o privada— que empañe su candidatura.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Por lo pronto, parece que está limpia de controversia, todavía no existen trapitos sucios en su carrera profesional y en su vida privada, ni hay noticias negativas que los paparazzis puedan ventilar a través de los medios de comunicación.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Durante su vida profesional, Kagan se ha destacado más en el terreno académico que en las cortes. Después de adquirir un título de licenciatura por la universidad de Princeton, hizo una Maestría en filosofía en la Universidad de Oxford, y de allí decidió volver a los Estados Unidos a una de las universidades más prestigiosas del país. Recibió un título de Derecho por la universidad de Harvard en 1986 con todos los honores por haber.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Los senadores del Partido Republicano y los enemigos del Presidente Obama seguramente tratarán de investigar y encontrar alguna faceta negativa de su vida para debilitar su Administración. De esta manera tener alguna alternativa sólida para las elecciones presidenciales.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Tal vez lo encuentren o tal vez no, lo cierto es que va a ser tan difícil como buscar una “aguja en un pajar”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; El juez que se va, John Paul Steves, a pesar de que fue nominado por un presidente Republicano, Gerard Ford, y haya sido considerado una persona conservadora en el momento de su nominación, se ha distinguido más por su porte centrista que por su conservadurismo. Es más, en algunas decisiones, se inclinó en contra del partido político que lo llevó a ocupar el estrado jurídico más importante de la nación.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; En este sentido, la nueva nominación simplemente cambiaría el “género” de la Corte Suprema, y dejaría su esencia conservadora intacta.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; De manera que el ala conservadora del país todavía no ve riesgos mayores con relación a las decisiones controversiales que se debatan dentro de la Corte Suprema de Justicia. Se sienten con el poder en la mano, sin peligro, pero con preocupación. Cinco de los nueve Jueces, aunque lo nieguen, se inclinan por una filosofía social y política conservadora. Por lo menos, eso es lo que han demostrado con los recientes dictámenes jurídicos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Así, los senadores republicanos, no le pondrán demasiada importancia a la actual nominación. Para ellos lo más importante es debilitar al Presidente Obama para que el próximo elegido no provenga de su Administración sino de un gobierno conservador.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; La batalla campal por la nominación de un juez de la Corte Suprema ocurrirá cuando uno de los jueces conservadores decida retirarse. Ahí si la corte va a cambiar no simplemente en su fisonomía, sino también en su esencia política.</p>
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Humberto Caspa