LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero
El comienzo de año, cuando dejamos atrás las celebraciones decembrinas e iniciamos una nueva etapa, es un buen momento para organizar nuestras finanzas y evitar desbarajustes económicos.
Probablemente hacer un presupuesto y sanear nuestras finanzas ha sido más de una vez uno de nuestros propósitos de inicio de año, pero con frecuencia, nos dejamos llevar por la apatía y no alcanzamos nuestros objetivos. Tener muy claro cuáles son nuestros gastos fijos y estar al tanto de las fechas de corte es fundamental para tener una vida financiera sana.
De eso básicamente se trata. Al tener claridad de nuestros gastos podemos tener tranquilidad. Por eso, el asunto del presupuesto es fundamental.
Para empezar, la idea es hacerlo de verdad, es decir, ponerlo por sentado y escribirlo en un papel. No hacer cálculos mentales que seguramente se esfumarán con el tiempo o se convertirán en excesos problemáticos.
Es posible que si no lo has hecho, empezar sea un poco aburrido, pero la posibilidad de alcanzar la paz financiera, bien vale el esfuerzo.
Entonces, el primer paso es saber cuánto tienes. Así que toma nota del dinero en tus cuentas. El segundo tiene que ver con el dinero que recibes periódicamente, sueldos y/o ganancias independientes, es decir todo lo que llegue a tu bolsillo con regularidad. Si eres empleado esta tarea puede no ser nada complicada, pero si trabajas por horas o dependes de ganancias que pueden o no llegar, puede ser un poco más complicado. Si ese es el caso, la recomendación de los expertos es que se haga un promedio de lo que se ha ganado en los últimos seis meses.
Otra alternativa es partir de la cifra más baja; por ejemplo, si durante los últimos seis meses, los ingresos más bajos fueron los de octubre, haz tu presupuesto basándote en esa cifra.
El siguiente paso tiene que ver con las deudas. Hay que tener claro cuáles son, cuáles son las cuotas periódicas y, en lo posible, bajarle a la dependencia de las tarjetas de crédito, que suelen implicar altos intereses.
Enseguida es pertinente hacer la lista de todos los gastos mensuales; renta o cuota de vivienda, utilidades o servicios, alimentación, transporte, gasolina, mantenimiento vehicular, gastos médicos y demás.
Una vez que sabemos cuánto tenemos y cuando debemos podemos determinar con cuanto contamos realmente, y en esa medida, evitar excesos y gastos innecesarios. La diferencia entre esas dos cantidades es la clave. Si la suma de lo que debes pagar mensualmente es más alta que la de tus ingresos, todas las alarmas están prendidas. Es urgente tomar medidas.
Si la suma de los ingresos es más alta que la de los egresos –pagos mensuales y cuotas- hay esperanza. La idea es que tengamos un remanente para gastos extra y eventualidades y que podamos ahorrar.
Si no lo ha hecho, este es un buen momento para hacer un presupuesto, calcular tus gastos y organizar tu vida financiera. Feliz 2015.