De Prietos a Prietos

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

    Parece ser el chiste de la semana. Se puede usar para despejar las dudas de cualquiera que no sea “blanco” de esos blancos así de blancos que más bien son rosados, y que llevaron a Steven Biko, el gran activista sudafricano contra el apartheid, asesinado por los “blancos”, a preguntar por qué lo llamaban “negro” cuando en realidad su color de piel era más bien café. En vez de blancos y negros se debía decir “rosados y cafés”.

    Claro que entre los cafés hay diferencias, y entre los rosados también. Los alemanes tienen más bien fama de “rojos” pero diferentes de los “pieles rojas”, y a los suecos se les tacha de ser casi transparentes. Y luego están esos de tez cetrina, media aceitunada, desde algunos italianos hasta los indús, que también tienen sus diversidades de coloración, y llegan hasta el extremo de los Tuareg, los “hombres azules del desierto” que parece que todos los días comieran pasteles con color azul de Knor Suiza y ya se les pegó.

    En medio de todos, cuestión de la mezcladera creada por la colonización aparejada con la lujuria por lo diferente, estamos los mexicanos. Desde nuestros indígenas aún sin mezcla, hasta nuestros norteños agigantados, las diferencias no solo son de tamaño sino de color de piel. Por algo se habla de la tierra y la raza mestiza.

    Y pa’ acabarla, luego están los hijos de todas esas mezclas con los italianos, anglosajones, alemanes, irlandeses y otros “eses” y los mestizos mexicanos que poblamos las tierras de México del Norte.

    Algunos pobres de esos chavos conflictuados se preguntan a veces si son lo “suficientemente cafés”, por la cruza de algún antecesor mestizo con un rosado, y que no hablan buen español, y de ahí el chiste. “Si quieres saber si eres suficientemente café, pregúntale a un policía de Arizona”, dicen. Por ley, te tendrá que responder con un arresto hasta que pruebes que aunque seas suficientemente prieto tienes “derecho a estar en el estado”.

 Prietos en Aprietos

    Claro que la situación real no es chiste. Al contrario, en Arizona ahora se trata de mostrar que es uno suficientemente “blanco”.

    La semana pasada, dos días antes de aprobada la ley que entra en vigor hasta dentro de dos meses y medio, ya un policía de Arizona la aplicó en contra de un camionero que no traía más que licencia de manejo. Como la licencia no acredita ser de raza rosada, sino solamente que uno sabe manejar, el chota tuvo a bien arrestar al chofer, por “sospechoso”.

    Obviamente, las declaraciones del chofer de que era nacido en Estados Unidos no sirvieron más que para aumentar las “sospechas” del policía. La historia terminó horas después, cuando el mismo agente llevó a su casa al prieto y lo hizo sacar su acta de nacimiento.

    Todo el mundo asegura que la ley no solamente elimina el concepto universal de que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero el problema mayor no es de precepto jurídico sino colórico. Cualquiera que sea suficientemente rosado será “sospechoso”.

    La segunda parte del chiste es que lo primero que va a quebrar, y no por efecto del macro-boicot declarado contra todo lo que tenga que ver con Arizona, son los salones de bronceado. ¡Imagínese! ¿Quién se va a arriesgar a ponerse prieto cuando la ley castiga la prietez? Por el contrario, a la mejor aumentan las ventas se los salones de belleza especializados en volver gueras a la prietas.

    Ya fuera de las bromas, la situación es grave, pero también es una oportunidad de empujar de una vez por todas por la reforma migratoria. La SB1070 es la Sensenbrenner del 2010, y es otro regalo para el movimiento a favor de la reforma. Como en 2006 con la HR4437, la SB1070 ha logrado lo que los activistas nunca podemos hacer nomás así porque sí: sacar a la gente de la apatía y sacarla a las calles y ponerla tan furiosa que está dispuesta a hacer algo.

    Sin duda las marchas del Primero de Mayo de este año rebasarán las de los años anteriores, pero no habrá que quedarse ahí. Habrá que seguir aprovechando la furia y hacer acción tras acción hasta lograr algo.

    Y de nuevo nos trae aliados. Nadie, excepto los Minutemen y la derecha fascista como el Ku-Klux Klan aprueban el racismo. Hasta el congresista republicano Tom Tancredo, acérrimo enemigo de los migrantes ya declaró que la ley es excesiva. El no marchará, pero podemos ganar cientos de miles de miles de aliados rosados (y azules y aceitunados y morenos y cafés con leche y transparentes). Hay que aprovecharlos en beneficio de los prietos. ¡Ya es hora!

Contacto Jorge Mújica Murias at mexicodelnorte@yahoo.com.mx