El Golfo de México: De tragedia a oportunidad

<p><strong>representa al estado de New Jersey</strong></p>
<p>&nbsp;&nbsp; Como a muchos americanos a través del país, me causa mucho disgusto la enorme catástrofe ambiental y económica que ha ocurrido en el Golfo de México. Al ver las imágenes y escuchar las conmovedoras historias de devastación y desesperación en esta vital y a la vez frágil región de nuestro país, siento el deber de hacer un fuerte llamado a tomar acción.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Por muchos años, he clamado por una política de energía nacional que termine nuestra adicción al petróleo y nos encamine hacia un futuro basado en el uso de fuentes sustentables y renovables de energía. Esto obviamente no va a ocurrir de la noche a la mañana, pero debemos comenzar. ¿Si no lo hacemos ahora, cuando?</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Durante las últimas semanas, desde la trágica explosión en la torre petrolera de la Compañía British Petroleum en las afueras de la costa del golfo que causó la desaparición de 11 trabajadores, se estima que decenas de millones de galones de petróleo crudo han contaminado las aguas que suplen alrededor del 40 por ciento de los mariscos que consumimos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; La Administración Oceánica y Atmosférica Nacional ha restringido la pesca desde la boca del Río Misisipi hasta la Bahía Pensacola, un área que tan solo en el 2008 produjo más de 1 billón de libras de mariscos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; A medida que la marea negra se expande y su amenaza se acerca a nuestras costas, las comunidades costeras se preparan para su adversos efectos en nuestras playas, pantanos, y estuarios, amenazando la vida de aves, tortugas, venados y más de 400 otros tipos de animales que ocupan algunos de los hábitats más productivos de todo el mundo.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; En adición, pescadores de grupos minoría en estas áreas luchan por mantener sus fuentes de ingreso como resultado del que las aguas han sido cerradas para la pesca a raíz del catastrófico derrame.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Para reparar estas pérdidas económicas y ambientales, lamentablemente no hay remedio actualmente.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Es más, bajo la ley actual, BP puede cumplir su responsabilidad con tan solo pagar una fracción de los daños económicos y ambientales que pronto podrían alcanzar $1 billón. La ley que determina el límite de cantidad que las compañías petroleras deben pagar en este tipo accidentes puede ser descrita simple y sencillamente como un fianza que pagamos a nombre y en beneficio de las grandes compañías de petróleo.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Es por esto que, en colaboración con mis colegas demócratas del Senado, Frank Lautenberg también de Nueva Jersey y Bill Nelson de Florida, he introducido un proyecto de ley para cambiar esta reglamentación. El “Big Oil Prevention Act” aumentaría la cantidad límite de de $75 millones actualmente a $10 billones.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Esto lograría dos cosas inmediatamente.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Primero, responsabilizaría a las compañías petroleras por cualquier daño que cause sus actividades. ¿Por qué razón tiene que la compañía BP – la cual tuvo $5.6 billones en ganancias tan solo durante los primeros tres meses de este año – pagar solo una pequeña fracción de las pérdidas y daños causada por este derrame?</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Segundo, forzaría a las compañías petroleras a tomar en consideración este factor al considerar los riesgos y verdaderos costos de sus actividades a la hora de tomar las decisiones sobre donde, cuando, y cómo buscar petróleo. Bajo el sistema actual, estas compañías solo cargan con una porción de estos riesgos, el resto de la carga la llevan los ciudadanos que pagan impuestos, los pescadores y el ambiente.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Sin embargo, a largo plazo, debemos ver este desastre como lo que verdaderamente es, no simplemente el resultado de una falla petrolera, si no el fallo de nuestra estrategia nacional de energía. Desde Jimmy Carter, nuestros presidentes han hecho un llamado para, como nación, cortar nuestra dependencia en el petróleo. Es ahora el momento de responder a ese llamado.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Debemos, como comunidad, responder a este llamado y alentar al Congreso a forjar un proyecto de ley de energía y cambio climático que proteja nuestros océanos y comunidades costeras y termine con nuestra adicción al petróleo. Debemos empezar hoy.</p>

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Senador Robert Menendez