El Monstruo esta Fuera de Control

<p> <img loading="lazy" src="/sites/default/files/2017/02/13876545_921740734602359_1177198830900475556_n-e1499372147558-300x211.jpg" alt="" width="300" height="211" class="alignright size-medium wp-image-38969" srcset="https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/02/1387654… 300w, https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/02/1387654… 768w, https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/02/1387654… 859w" sizes="(max-width: 300px) 100vw, 300px"></p>
<p>El debate se ha tornado ocioso e irrelevante. </p>
<p>Los protagonistas de la discusión han caído en la irresponsabilidad de no señalar puntualmente las verdaderas causas del problema que los mantiene ocupados.</p>
<p>La barbarie se desbordó en las calles de la ciudad de Monterrey horas antes de que el 23 de septiembre se efectuara el clásico entre Tigres y Rayados.</p>
<p>Un loco conduciendo un automóvil embistió a seguidores del club felino, que ante el evidente atentado, echaron a correr para tratar de ponerse a salvo.</p>
<p>En su veloz y atropellada huída, un joven de 21 años de edad, Rodolfo Manuel Palomo Gámez, cayó al piso y fue ahí donde una turba de animales, supuestamente seguidores de los Rayados, lo tundió a golpes para después apuñalarlo.</p>
<p>Las aterradoras escenas precedieron un partido de futbol y es por esa sola razón que los analistas, columnistas, periodistas y comentaristas deportivos, cayeron en el error de trivializar lo que evidentemente fue un acto criminal.</p>
<p>Los dueños de las páginas de periódicos, programas de radio y emisiones de televisión se dieron a la inservible tarea de exponer soluciones para que escenas como las de Monterrey no se vuelvan a repetir.</p>
<p>“Las barras de aficionados deben de desaparecer del futbol mexicano”.</p>
<p>“Los equipos de futbol deben de coordinarse mejor con las autoridades para que esto no suceda”.</p>
<p>“Se necesita reforzar la seguridad alrededor de los estadios”.</p>
<p>Esas eran algunas de las sesudas conclusiones a las que llegaban los parlanchines del micrófono y los filósofos de la tinta y el papel.</p>
<p>Otros despistados del comentario deportivo desgallitaban improperios y rasgaban sus vestiduras porque la Liga MX no se atrevió a cancelar el partido entre Tigres y Rayados.</p>
<p>Así han pasado los días y hasta la fecha ninguno de los protagonistas del debate se ha animado a poner el dedo en la llaga. </p>
<p>Para evitar rencillas con el fallido sistema político mexicano, los comentaristas deportivos han esquivado su obligación de decir la verdad.</p>
<p>Lo que sucedió en la ciudad de Monterrey nada tienen que ver con el futbol y tiene todo que ver con un país que ha fracasado en su papel d proveer recursos básicos para promover el desarrollo social.</p>
<p>Los barbajanes que protagonizaron los hechos de Monterrey son engendro de la falta de oportunidades para estudiar, para preparase, para trabajar, para convertirse en un ser productivo.</p>
<p>Eliminar las barras de apoyo a los equipos de futbol, coordinar esfuerzos de seguridad, reforzar vigilancia alrededor de los estadios, no son las respuestas que México necesita.</p>
<p>Un sueldo digno y justo, educación de alto nivel, proyectos viables de desarrollo social, distribución equitativa de la riqueza, esas sí son soluciones que evitarían escenas como las de Monterrey.</p>
<p>México está lleno de jóvenes frustrados que canalizan su mendicidad expresándose de manera violenta e irracional.</p>
<p>Acciones como las ocurridas en Monterrey nada tienen que ver con el futbol, mas bien, esas imágenes son el fiel retrato del monstruo social cuyo padre es el corrupto y fallido sistema político mexicano.</p>

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Leon Bravo