Analysis
Por Mariana Martinez
En las elecciones de Baja California solo un 30% del patrón electoral salió a las urnas, y fue solo fue para darle el triunfo al PRI en todas las alcaldías del estado, demostrando un enojo generalizado con la clase política y los partidos, pero también una critica directa a las acciones del PAN y su plan de gobierno.
El actual gobernador panista José Guadalupe Osuna Millán dijo en conferencia de prensa que espera trabajar con los ahora ganadores del partido opositor pero admitió que estos resultados obligan a un autoanálisis ya que desde 1989 su partido no había vivido una derrota similar.
“Las clases medias que tradicionalmente apoyan al PAN hoy no lo apoyaron, se expresó su rechazo y hay que revisar por qué, encontrar las causas para que el gobierno pueda hacer mejor su trabajo… Habrá que preguntarle a la gente qué es lo que no les gusta de este gobierno para corregirlo, que es lo que ha fallado de este gobierno y hacer un análisis autocrítico y tendrá que corregir, replantear rumbos…”
Entre los distritos que no apoyaron al PAN en estas elecciones está el distrito diez de Tijuana, que se ubica en una de las zonas más caras de la ciudad, donde actualmente vive el alcalde y el candidato a alcalde por el PAN, Carlos Torres Torres quien fuera derrotado por el empresario Priísta, Carlos Bustamante Anchondo.
“Ninguno me convenció realmente, tuve que votar por el menos malo porque uno está a la altura de lo que espero de un candidato: menos corrupción y más compromiso con la gente”, dijo la tijuanense de origen japonés Emiko Togawa, quien votara en el distrito X.
Javier Ledezma, votante tijuanense de 45 años de edad, expresó un sentimiento similar.
“A mi me tienen igual de cansado el PAN y el PRI pero ni modo, tuve que votar por uno y elegí a Torres… pero preferiría mil veces candidatos ciudadanos, lo malo es que no los dejan…” explicó afuera de la urna.
La respuesta que asegura estar buscando el gobernador no esté realizando una amplia encuesta que nos cueste a los bajacalifornianos millones de pesos, sino en dar una leída a las redes sociales como Facebook que sin ningún enfado están dando la respuesta.
“Despierto, en la tele un promocional del PAN donde habla de partido ciudadano y de apoyar a Felipe Calderón, de políticos responsables, generoso y humanista… Tomo el primer trago de café y ya no les creo nada” dice un usuario Tijuanense residente de Playas en su perfil.
Incluso ha habido debates en los que se reclama a los panistas fieles, como en éste, en respuesta al comentario “se me retuerce la panza al pasar por las torres” (propiedad de Bustamante):
“…y ¿no se te retuerce la pancita pasar frente al parque de residencial Agua Caliente y ver a media policía municipal resguardando solo una casa mientras toda Tijuana está constantemente siendo atacada por la violencia?”
En Baja California, los analistas políticos, incluyendo Victor Espinoza, del COLEF, atribuyen este triunfo del PRI a una base panista dividida por la imposición de Torres (apadrinado por el presidente Calderón), lo que pudo verse como una continuidad de las políticas federales, que han sido muy mal recibidas en el estado –como la militarización, el impuesto IETU o el SIAVE en la frontera-, sumadas a un índice de violencia y desempleo muy alto.
Este profundo cambio en el equilibrio de poderes, parece ser acorde al sentir nacional, ya que de las elecciones estatales en 15 estados de la república sólo la gubernatura de Puebla fue para el PAN y el resto se perfilan como triunfos avasalladores del PRI sobre sus contrincantes.
Pero quizás es este comentario el que mejor resume el sentir de los bajacalifornianos:
“El PAN me resultó particularmente odioso. Prometía internet gratis en espacios públicos cuando la mayoría no tiene computadoras; prometía transporte gratuito a preparatorianos y universitarios cuando la mayoría con dificultades ha egresado de la primaria; prometía cero tenencia, una fantasía que ni ellos mismos se creían. Para las cúpulas panistas deber ser muy difícil entender que el pueblo no siempre es estúpido”.