Es Hora de dar a Nuestra Región Binacional la Atención que Merece

Comentario:
Por Cindy Gompper-Graves

Recientemente los miembros de una delegación comercial binacional pusieron en marcha una gira por la frontera México-Estados Unidos con la esperanza de llamar la atención renovada a la región y destacando su importancia como motor del crecimiento económico. La delega-ción hizo paradas en diferentes puntos a lo largo de la frontera, incluyendo el parque industrial en la frontera con Nuevo México y el cruce de ampliación comercial en el Puente de Comercio Mundial en Laredo, Texas. Sin embargo, no fue hasta que llegaron a San Diego-Tijuana que el grupo, compuesto por líderes de los sectores público y privado, incluyendo el embajador de EE.UU. a México y los miembros de la Cámara de Comercio de EE.UU., se dieron cuenta de cuán importante es para la frontera el crecimiento, el comercio y la creación de empleo.

Ahora es el momento de equilibrar la necesidad de la seguridad y el comercio con el fin de que la frontera sirva su propósito como un motor económico nacional. Está muy bien que la Cámara de Comercio de EE.UU. comprende la importancia de la frontera, pero ¿qué pasa con el Congreso y el Senado? Hoy en día existe una relación económica con México de $460 mil millones de dólares y más de 6 millones de empleos estadounidenses dependen del comercio con México. Es hora de que nuestros líderes encuentren una manera para que el comercio y la seguridad puedan coexistir.

Tome por ejemplo el proyecto de reconstrucción de la puerta de entrada de San Ysidro cuya puerta de entrada terrestre es la más transitada de nuestra nación y está pasando por una expansión con un estimado de $583 millones de dólares para aumentar los carriles vehiculares en dirección norte y hacia el sur. También actualizarán las instalaciones existentes para que los que crucen sean inspeccionados eficientemente. La parte más importante del proyecto es la nueva puerta de entrada y salida conocida como El Chaparral del lado de México. Las autoridades mexicanas declararon que están dispuestos a abrir El Chaparral el 1ro de noviembre del año en curso, pero la conexión de EE.UU. a esa instalación, lo que implica un proyecto de $ 121 millones de dólares para desviar la carretera interestatal 5, no ha sido financiado todavía.

Este estancamiento es la creación de un creciente nivel de presión sobre los funcionarios de Estados Unidos debido a la apertura de El Chaparral sin la adecuada conexión de EE.UU. Cuya conexión va a requerir que el tráfico sea desviado a través de una curva temporal, que va a crear sin precedentes unas enormes cantidades de demoras para cruzar de EE.UU. hacia México, y afectará en gran medida la vida de los trabajadores transfronterizos. El Departamento de Servicios Generales, conocido por sus insignias como GSA, es quien supervisa la reconstrucción de SYPOE (La Garita de San Ysidro), ha señalado las prioridades de financiamiento del gobierno de EE.UU. para darse a conocer este mes de septiembre. A partir de ahí, se tardará otros seis u ocho meses para un análisis del medio ambiente y, a continuación puede comenzar la construcción de la conexión de EE.UU. en El Chaparral.

El esperar casi ocho meses para una puerta de entrada que sea viable su conexión a México es una sentencia de muerte para nuestra economía nacional. Para una puerta de entrada terrestre que sirve a más de 50,000 vehículos en dirección norte y 25,000 peatones diarios, ésta deficiencia es inaceptable. Ya sabemos que los tiempos de espera en la frontera contribuyen a una pérdida en la producción que supera los $ 2.9 billones de dólares y una pérdida en el empleo de más de 40,000 puestos de trabajo para la región de San Diego y Baja California combinados.

Los EE.UU. y México han sido vecinos desde hace más de dos siglos y, dentro de esa relación, la progresiva integración económica y social ha tenido lugar entre los dos países que se expresan en altos niveles de comercio, los flujos financieros y laborales. México es actualmente el tercer mayor socio comercial de Estados Unidos, después de Canadá y China, que representa aproximadamente el 8.4 por ciento de las exportaciones y las importaciones de Estados Unidos.

Los EE.UU., por el contrario, es el socio comercial dominante de México, lo que representa dos tercios de las exportaciones e importaciones y distanciándose muy lejos del tratado de comercio que tiene México con Europa, Japón, Canadá, y con el resto de América Latina.

Los lazos que unen a nuestros países vecinos a través de los tratados de comercio transfronterizo, el comercio y el turismo son indiscutibles. Las empresas ubicadas en ambos lados de la frontera intercambian empleados y productos, los turistas que viajan a ambos países gastan dinero durante su estancia y los consumidores locales hacen sus compras para el sustento diario. Las combinadas ventajas comparativas de los EE.UU. y de México han contribuido a la creación de empleo y las oportunidades económicas, así como aumento de la diversidad cultural y étnica para las personas y las empresas locales.

Es claro ver que la frontera es una conexión vital que sirve como la puerta principal de entrada para los dos países vecinos, pero no está siendo tratada de esta manera por los líderes del Congreso. Como Presidente y Directora Ejecutiva de South County Economic Development Council (Consejo de Desarrollo Económico del Condado Sur en San Diego traducido al Español), una organización de desarrollo económico que ha apoyado acciones serias para minimizar las pérdidas económicas para la región binacional, espero que tanto en Washington D.C. y la Ciudad de México le den la debida atención que merece.

A medida que nuestro gobierno se esfuerza con un gasto necesario, los comités del Congreso tendrán que clasificar y posicionar el tratado de comercio transfronterizo como una de las principales prioridades. Ambos gobiernos deben de subir al montículo y hacer frente a esta situación de manera oportuna y no sólo actuar como si fuese cualquier otro negocio o asunto de costumbre. El importe de la actividad económica que estamos dejando sobre la mesa debido a los retrasos excesivos e innecesarios en la frontera es inexcusable. Mejorar la eficiencia en nuestros puertos de entrada terrestres hará que nuestras fronteras sean más seguras y ayudaran a estimular la economía de ambos lados.

La colaboración y la coordinación es un ingrediente esencial para hacer de nuestra frontera una frontera más eficiente. Mi más grande anhelo es que realmente podamos trabajar juntos como dos naciones que disfrutan de los beneficios de ser vecinos, de tratar la frontera como un motor económico y como la puerta vital que hace el enlace para el comercio de ambos países.

Cindy Gompper-Graves es Directora Ejecutiva del South County EDC.

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