México del Norte
Jorge Mújica Murias
… pues del gobierno de México, ¡quién más!
Ora resulta que el que ha fallado para que haya reforma migratoria en Estados Unidos es el gobierno mexicano. Si se hubiera puesto las pilas, desde hace chico rato ya hubiéramos tenido reforma de este lado. Eso parece decir el embajador de México Arturo Sarukhán. Es igualito a los argumentos de los Minutemen de por acá: nomás “apliquemos la ley que ya existe”, pero no se refiere a la ley gringa de migración, sino a la mexicana.
La opinión de Sarukhán contradice no solamente lo que su jefe Felipe Calderón ha dicho varias veces, de que los mexicanos pueden hacer su regalada gana viajando sin límites para arriba y para abajo (y pa’ los lados) de la República Mexicana, incluido el de dejar los límites territoriales, sino lo que dice la propia Constitución al respecto: “Artículo 11 – Todo hombre (las mujeres están fregadas, pues) tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvo-conducto u otros requisitos semejantes”.
Pero Sarukhán le dijo abiertamente hace unos días a la Junta Editorial del Dallas Morning News que “Independientemente de lo que pase de este lado de la frontera, México tiene que ser capaz de hacer dos cosas que no ha sido capaz o no ha tenido la voluntad de hacer en el pasado. Primero, tiene que impulsar el desarrollo económico y crear trabajos para ‘anclar’ a esos hombres y mujeres con trabajos bien pagados en México. Segundo, debe asegurar que todo mexicano que cruce la frontera para Estados Unidos lo haga con papeles, a través de una garita, legalmente”. O sea, como la Migra pero al revés, de salida.
No le falta razón legal al embajador. Es más, la idea ni es novedad. Desde que Vicente Fox chachalaqueaba sobre un tratado migratorio con los gringos, con su Secretaría de Relaciones Exteriores a cargo de Jorge Castañeda, se proponía algo así. Mi tocayo pedía ser más estricto en la entrada y salida de México, no solamente con los migrantes de otros países sino con los mexicanos; no dejar entrar ni salir a nadie sin permiso (léase sin papeles). Solamente así se podría lograr la enchilada completa. La idea llegó hasta la Cámara de Diputados y aceptada en un Punto de Acuerdo aprobado en Febrero de 2006, en un documento elaborado por una bola de paisanólogos llamado “México frente al fenómeno migratorio”.
Del Plato a la Realidad…
Las declaraciones de Sarukhán provocaron un griterío de los dos lados de la frontera, y hasta un llamado a que renuncie, porque esa política le serviría más a Estados Unidos que a México, o sea que el embajador parece funcionario gringo y no mexica.
Pero la neta yo ni me preocuparía. La Ley General de Población (México sigue sin tener una Ley de Migración), dice claritamente en su Artículo 11 que “El tránsito internacional de personas por puertos, aeropuertos y fronteras, sólo podrá efectuarse por los lugares designados para ello y dentro del horario establecido, con la intervención de las autoridades migratorias”, y eso es lo que Sarukhán quiere aplicar: que nadie se salga a medianoche por Sasabe.
Más aún, el Artículo 16 dice que “El Servicio de Migración tiene prioridad,… para inspeccionar la entrada o salida de personas de cualquier forma que lo hagan, ya sea en transportes nacionales o extranjeros, marítimos, aéreos o terrestres, en las costas, puertos, fronteras y aeropuertos de la República”. Pa’ pior, el Artículo 3avo dice que “Para los fines de esta ley, la Secretaria de Gobernación dictará y ejecutará o en su caso promoverá ante las dependencias competentes o entidades correspondientes, las medidas necesarias para: (Fracción VIII) Restringir la emigración de nacionales cuando el interés nacional así lo exija”.
Pero como todo en México, la Ley se derrota solita. Para que todo lo anterior se pudiera hacer, habría que cumplir el Artículo 10mo y ahí es donde la puerca tuerce el rabo. “Artículo 10mo: Es facultad exclusiva de la Secretaría de Gobernación fijar los lugares destinados al tránsito de personas… previa opinión de las secretarías de Hacienda y Crédito Público, Comunicaciones y Transportes, Salubridad y Asistencia, Relaciones Exteriores, Agricultura y Ganadería y en su caso la de Marina”.
¡Ahí está la cosa! Pa’ que se junten Hacienda y Crédito Público, Comunicaciones y Transportes, Salubridad y Asistencia, Relaciones Exteriores, Agricultura y Ganadería y la Marina, nombren una comisión, le den salarios a los primos y otros parientes de los Secretarios, y fijen los lugares por donde haya que presentar papeles, ya vamos a estar en el Siglo XXII.
Por mí, que le tomen la palabra a Sarukhán pa’ que los legisladores gringos se la crean y haya reforma…