Francisco, el gran comunicador

<p></p>
<p>En tan sólo pocos días, el Papa Francisco ya ha sorprendido a muchos por su estilo comunicativo directo, sencillo, con dos o tres ideas básicas fáciles de recordar, y a menudo saliéndose del guión para contar alguna anécdota interesante o ilustrativa de lo que acaba de decir.</p>
<p>Las dos primeras intervenciones públicas después de su aparición en el balcón de San Pedro son muy iluminadoras al respecto. En la homilía durante la misa con los cardenales electores, hablando desde el ambón y no desde la silla como cualquier párroco lo haría y sin leer de un texto preparado, habló a sus hermanos cardenales de un triple movimiento sugerido por las lecturas: caminar, construir, confesar. Caminar en la presencia del Señor, como Abraham. Construir la Iglesia como “piedras vivas”. Confesar a Jesucristo sin miedo a la cruz.</p>
<p>Y, de nuevo, en su audiencia con periodistas y personal de los medios de comunicación ha escogido una terna de la que ya hablara su predecesor, Benedicto XVI: la verdad, la bondad, la belleza. Tras agradecer a los periodistas la intensa labor informativa de estos días y exhortarlos a tratar de conocer cada vez mejor la verdadera naturaleza de la Iglesia y sus motivaciones espirituales, el Papa Francisco les ha dicho que en realidad la Iglesia y los medios tienen mucho en común.</p>
<p>“Tened la seguridad de que la Iglesia, por su parte, dedica una gran atención a vuestro precioso cometido; tenéis la capacidad de recoger y expresar las expectativas y exigencias de nuestro tiempo, de ofrecer los elementos para una lectura de la realidad. Vuestro trabajo requiere estudio, sensibilidad y experiencia, como en tantas otras profesiones, pero implica una atención especial respecto a la verdad, la bondad y la belleza; y esto nos hace particularmente cercanos, porque la Iglesia existe precisamente para comunicar esto: la Verdad, la Bondad y la Belleza «en persona».</p>
<p>Debería quedar muy claro que todos estamos llamados, no a mostrarnos a nosotros mismos, sino a comunicar esta tríada existencial que conforman la verdad, la bondad y la belleza”, afirmó.</p>
<p>Y dicho esto, para deleite de los periodistas presentes, pasó a contar en primicia, sin guión ni texto preparado, hablando a corazón abierto, la historia de cómo y por qué escogió el nombre de Francisco. Lo hizo en honor de San Francisco de Asís: el hombre pobre, el hombre de paz, el que cuida a la creación. He aquí otra terna. ¿Ven el patrón?</p>
<p>Este estilo comunicativo, sencillo, ágil, eficaz, por supuesto no sorprende a quienes por años le han escuchado predicar en la catedral y en las parroquias de Buenos Aires, donde es famoso por dar, a veces, homilías de cinco minutos y luego sentarse en silencio otros cinco minutos para que el pastor junto con el pueblo mediten en silencio el contenido de las lecturas y su enseñanza.</p>
<p>Desde el punto de vista comunicativo, la elección del “Papa Bergolio” ha dado un gran impulso al “kerigma”, a la proclamación de la Palabra. Donde Benedicto XVI antes pusiera en énfasis en la ortodoxia doctrinal, la contemplación del misterio y la profundidad, ahora Francisco recoge ese legado y lo expresa en su estilo particular en palabras sencillas, fáciles de entender y recordar. La Nueva Evangelización sin duda ha recibido un gran regalo y un gran impulso del Espíritu con la elección de Francisco. Si lo que buscaban los cardenales era un líder espiritual para guiar la barca de Pedro en tiempos difíciles, ciertamente esta ha sido una elección inspirada. Ahora oremos para que pueda y sepa rodearse de colaboradores honestos y eficaces que le ayuden en este cometido y que sepan apartar todo aquello que impida a la Iglesia realizar su misión de predicar la Verdad, la Bondad y la Belleza “en persona”: Jesucristo, el hijo de Dios vivo.</p>
<p>Ha sido un verdadero goce acompañarlo y observarlo en estos primeros días de su pontificado. El hombre emana sencillez y cercanía. Pero sobre todo se ha ganado al pueblo que ve en él a un pastor que camina con sus ovejas.<br>
Ad multos annos! Dios lo guarde por muchos años. ¡Viva el Papa Francisco!</p>
<p></p>

Author
Mar Muñoz Visoso