La Cruda Despertada

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

    Amanecer con cruda es horrible, como estoy seguro de que casi todos los lectores de esta columna saben. Pero las crudas políticas (esto posiblemente no lo sepan), son mucho más gachas. Las crudas de borracho vienen del alcohol; las crudas políticas vienen de la honestidad, de la honradez, de la decencia y, en última instancia, de la inocencia.

    Y por ahí, con una de ésas crudas, andan ahorita miles de jóvenes inmigrantes que por una o todas las razones anteriores, se creyeron el cuento de que se iba a aprobar la iniciativa de ley conocida como el DREAM (Desarrollo, Alivio y Educación para los Menores Extranjeros, en inglés).

    Empezaron a agarrar la borrachera cuando, en una jugada que todavía nadie entiende muy bien, después de la marcha del 21 de marzo en Washington, con 200 mil personas, la gigantesca respuesta de la comunidad a la chorrada de ley de Arizona SB1070 y las marchas nuevamente grandes del Primero de Mayo, cuando por así decirlo el movimiento pro-inmigrante llevaba la mano, alguien allá en D.C. declaró que la reforma Migratoria estaba muerta. Así nomás, por decreto, y yo más bien sospeché que porque los Demócratas no tenían ni la fuerza ni la intención de aprobarla, y todas las movilizaciones solamente hacían notar que no habían cumplido otra promesa de campaña.

    Los jóvenes, testarudos como deben ser todos los jóvenes, se encabritaron y decidieron que algo había que hacer. Contra viento y marea, decidieron enfrascarse en una campaña para lograr la aprobación del DREAM, así como estaba, con todo y su horrendo componente militarizador de los jóvenes inmigrantes sin papeles, con todo y que no legaliza sino hasta seis años después de que se hagan los trámites y demás. Crearon la Liga de Jóvenes Inmigrantes por la Justicia, se sentaron en las oficinas de McCain en Arizona, se hicieron arrestar, y rechazaron las discusiones y acciones conjuntas con todos los que tuvieran más de 30 años, cosa nada rara porque nosotros también lo hicimos a su edad.

Nomás Reelígeme…

            Todo lo cual no tiene nada de malo. Al contrario, les dejamos saber en más de una ocasión que si bien no podíamos apoyar una propuesta de ley tan mala, les podíamos echar una mano. Les dijimos también que admirábamos su valor y su decisión, y que no íbamos a echarles zancadillas ni a atacar la propuesta ni el movimiento en su favor. Y les dijimos, aunque obviamente no nos pelaron, que no creíamos que tuvieran chance de lograr que se aprobara el DREAM.

   Nosotros cumplimos. Los que no cumplieron, obviamente, fueron los Republicanos y los Demócratas. Ni siquiera con la evidente maniobra de pegarle el DREAM al presupuesto militar de Estados Unidos, los políticos de Washington respondieron a las necesidades de la gente, menos a las de los jóvenes inmigrantes.

   En los últimos tres días antes de la discusión del DREAM en el Senado se hicieron, según reportes, “más de 70 actividades” en su favor “en 26 estados, se hicieron más de 100 mil llamadas telefónicas y se enviaron 90 mil faxes”. En ese esfuerzo se contó con la participación, dice Marielena Hincapié, Directora del Centro Nacional de Leyes de Inmigración, del “ex Secretario de Estado Collin Powell, el actual Secretario de Educación Arne Duncan… (y) de líderes religiosos que oraron para que el Congreso hiciera lo que es correcto hacer”.

   Y ahí está la cruda, la cruda realidad. Ni Demócratas ni Republicanos están interesados en “hacer lo correcto”, ni 90 mil faxes cambian la realidad de este país. Ambos partidos están empecinados en ganar las elecciones de noviembre, y para ello necesitan votos. Los Republicanos seguirán mostrándose “duros” con los inmigrantes para conseguirlos, y los Demócratas necesitan los votos latinos para ganar.

   Por eso los Republicanos votaron en contra, y seguirán haciéndolo hasta que crean que legalizar a alguien los puede beneficiar. Y por eso los Demócratas pusieron a votación por el DREAM. No porque tengan intención de aprobarla, eso lo podían haber hecho en el 2009 o a principios del año y sin jugar con los jóvenes, sino porque necesitan volver a ganar la confianza de los votantes latinos.

   Sus vacilaciones les han hecho perder, desde Obama hasta los Congresistas y Senadores, el apoyo con el que ganaron las elecciones de 2006 y 2010, y están en riesgo de perder las mayorías en ambas Cámaras. La votación perdida del DREAM fue solamente una herramienta y una maniobra para ganar nuestros votos de nuevo.

   A los jóvenes con cruda, les damos la bienvenida a la realidad. Sigamos luchando juntos.

Contacto Jorge Mújica Murias at mexicodelnorte@yahoo.com.mx