LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero
Hace poco, la espeluznante historia del caníbal histérico que atacó a un indigente en La Florida acaparó la atención del mundo. El primer diagnóstico indicó que el cerebro del individuo estaba invadido de sustancias químicas presentes en las aparentemente inofensivas sales de baño.
Hasta ahí la historia ya era bastante macabra. Lo suficiente para que los más desprevenidos empezaran a mirar con desconfianza su bañera. Sin embargo, estudios forenses posteriores revelaron que en el organismo de Rudy Eugene – el citado caníbal ultimado por la policía mientras ingería el rostro de su víctima se hallaron únicamente restos de marihuana.
Algunos expertos, sin embargo, han indicado que el sólo consumo de marihuana no generaría una reacción tal. Pero la pregunta pervive. ¿Hasta dónde puede llegar un ser un humano bajo el influjo de sustancias ilegales, alucinógenas o como se den en llamar?
La mala noticia es que dichas sustancias están permanentemente al alcance de la tierna mano de nuestros hijos —lo que es más que obvio si hablamos, por ejemplo, de sales de baño— . Pero además, hay que decir que existen gran cantidad de productos aparen-temente inofensivos que circulan por las calles como Pedro por su casa.
Como las sales, que se consiguen en llamativas bolsi-tas, muchos se venden como inofensivos paquetitos de incienso, especias o popurrí y pueden conseguirse casi en cualquier estación de servicio. Pero lo que en realidad contienen, es el llamado K2 o marihuana sintética muy fácil de fabricar y aún más, de comercializar pero que implica un riesgo latente para el bienestar de nuestros jóvenes por su contenido de sustancias altamente peligrosas.
Y es que los expertos han indicado ya que las sustancias presentes en K2 podrían incluso aumentar el riesgo de psicosis, en individuos sin antecedentes psiquiátricos.
El incremento entre los jóvenes del consumo de sustancias de este tipo —también conocidas como drogas de diseño — y la falta de control sobre su producción y distribución, hicieron que en días pasados el presidente Barack Obama prohibiera, a través de una ley federal, estas sustancias sintéticas.
Y es que las salas de emergencias dan fe, cada vez con más frecuencia, de la llegada de pacientes con síntomas extraños que incluyen episodios de paranoia, demostraciones de fuerza extrema y alucinaciones. Sin embargo a la hora de los exámenes de toxicología – como en el caso de La Florida — no hay rastro de las drogas. La explicación se la dejo a los científicos, siempre fui muy mala para la química. Lo claro es que debemos abrir los ojos y tomar las medidas del caso si no queremos que nuestros hijos sufran las consecuencias.
El K2 también conocido como Spice, que se vende como incienso o popurrí esta hecho de una serie de químicos que intentan reproducir el tetrahidrocannabinol – TCH – ingrediente activo de la marihuana, pero que podrían llegar a ser cientos de veces más potente y las sales de baño contienen químicos similares a las anfetaminas y se venden como sustitutos de cocaína o LSD sintético que puede inhalarse, tragarse o inyectarse.
Recuerde que al arcoíris de posibilidades se suman los solventes industriales, los pegantes, ciertos fármacos como las benzodiacepinas o los barbitúricos y el éxtasis. Acérquese a sus hijos, hable con ellos, dedíqueles tiempo de calidad y abra los ojos. Es posible que las leyes federales ayuden pero el control de su casa lo tiene usted, ¿o no?