Análisis
Por Dagoberto Márquez
Guerrero se prepara para lo que será el cambio de mandato. La elección venidera se llevará a cabo en enero próximo, a finales, el último domingo. Después, en función de cómo quede la elección, habrá un nuevo gobierno, a partir de abril de 2011. Dicho gobierno durará 4 años y medio, por una sola ocasión. Después todo volverá a la normalidad en términos de que los períodos continuarán siendo de 6 años, aunque con la particularidad de que cambiarán de fecha de celebración, siendo -para entonces- cambiados para julio, época en que se votará durante el mismo día que en una elección federal, por lo del empate de las elecciones. El gobernador elegido en 2011 estará en funciones hasta octubre de 2015, o algo así. De cómo se sufrague se sabrá por qué fue o no de interés la elección, e igualmente por quién se inclinará el electorado. A la elección va a ir el candidato que nombre cada partido, o bien el que acuerden las coaliciones. La elección será un evento altamente monitoreado, por muchas razones. El resultado gustará a muchos pero no a otros, habrá conflicto, se desea que no, pero lo habrá, no hay duda, sólo es cosa de entender lo que ocurre. Lo deseable será que se supere pronto porque la verdad es que ya hay cansancio. Me refiero al cansancio natural propiciado por tantas dificultades, por tanta tensión entre la gente. La elección proveerá de un gobierno emergente porque, si con el cambio de régimen se estimó cierta transición política, ésta continúa y será un sexenio incompleto con el que se profundice. La elección venidera será un parte aguas, de alguna forma porque separará dos épocas, la del antes y la del después de las modificaciones en el terreno de la elección del gobernador.
Pues bien, a la elección venidera asistirán el PRI, el PAN, el PRD, el partido Convergencia, el PT, el PVEM, el partido Nueva Alianza y pare usted de contar. Solos, o en coaliciones. Además, como sabemos, aquí en la entidad sólo las fuerzas de Centro, comandadas por el PRI, y las de Izquierda, comandadas por el PRD, son las que se conflictúan por el uso del poder estatal. Dicho sea de otra forma, no hay posibilidades para que de diferente manera el poder sea manejado en Guerrero y es esa la única opción, razón por la cual a algunos equipos les interese ir a la contienda vía la coalición. Como puede entenderse, el PRI podría ir en coalición con el que sea pues su condición de partido de Centro lo permite. La Izquierda sólo se entiende coherente si va como de Izquierda o con organizaciones de centroizquierda, porque de otra forma nomás no. El PAN, como partido político de derecha, no puede ir más que haciendo honor a su visión. Yendo de otra forma evidenciaría un absurdo proceder. Y todo lo veremos pronto porque la elección se avista a sólo 10 meses. Sea cual sea el sentido de las participaciones, va a haber un resultado, uno cuestionado tal vez, o uno que permitirá cierta paz social, cierta tranquilidad, aunque podría ser relativa porque hay una amarga racha fuera de control (federal) dadas las circunstancias por las que atravesamos.
La visión de este opinante estriba en que del Centro emergerá como candidato, o bien Ángel Aguirre o bien Héctor Vicario, y uno de ellos (llevando a sus correligionarios como sus aliados) enfrentará a su oponente en la elección. En esta misma visión le explico que, de la Izquierda política aquí en Guerrero emergerá como candidato, o bien Luis Walton Aburto o bien Armando Ríos Piter porque, por lo que se mira, no habrá manera de que la candidatura sea puesta bajo la responsabilidad de otra persona. Y hay razones, por supuesto. Por lo menos en la visión que de ello tiene su servidor. El PAN es un misterio sin embargo. Lo es porque aún teniendo a Florencio Salazar como su candidato idóneo, no se sabe si Florencio asistirá ni tampoco si otra persona competirá. No formalmente al menos. Se dice esto bien intencionadamente porque es obvio que las cosas podrán ser así, de otra forma no se concibe cómo podría haber no sólo coherencia, sino cierto resultado incluso para Acción Nacional. Y por favor no me tome por irrespetuoso, se sabe que por educación debería citarse a todos pero se sabe también que hay que ser juiciosos, dignos de confianza y para serlo hay que ser razonables, claros, por eso se habla así, con sentido de responsabilidad pues de lo contrario el análisis no nos conduciría a nada. La idea es compartir la visión, aquella que por razones claras parece evidente, la más lógica porque marca un horizonte congruente, comprensible y sencillo, fácil de distinguir. Si las alianzas prosperan, lógicas o no, habrá modificaciones, pero estas no alterarán la esencia ni la cuestión de fondo. Me refiero al hecho de que la entidad -ahora- es gobernada tanto por las fuerzas del Centro político como por las fuerzas de Izquierda. El punto verdadero que de alguna manera debemos revisar.
Estimado lector, Fina lectora, no me tome por excluyente al no citar a todos. En mi opinión ahí están, en los medios, en la prensa. Con sus virtudes y defectos. Todos. El punto aquí es decir, aclarar, lo que me parece una realidad. Hay muchos pretendientes pero candidaturas habrá 2 o 3 y así debería ser, razón por la cual este opinante descarta a los no citados por razones seguro comprensibles que consumirían espacio además. La idea es aclarar, no enredar. En esta lógica lo que se desea es entender y ver bien y el gobernante Torreblanca tiene razón en relación a que no merecemos un gobernante con antecedentes indeseables porque eso desestabilizaría a la entidad. En la entidad vivimos la gente, las personas, el gobernante Torreblanca está pensando en ello y tiene razón. En esta época el sentido común nos indica prudencia pero también firmeza, sentido de responsabilidad y determinación, no nos vayamos a confundir. A la elección venidera deben ir candidatos probados, en los diversos sentidos, candidatos probos en el plano personal y en el historial, en el plano político. En los conocimientos acerca de la entidad, en los conocimientos acerca de la gente. No es fácil decir esto pero la verdad es que, por muy gobierno que sea de transición, el próximo debe ser encabezado por un hombre con experiencia política, con el más alto conocimiento acerca de la entidad, con sensibilidad social, con visión. Si se comete un error las cosas se descompondrán, no hay margen para el error. Por esa razón se cita a los que se cita y veremos todo hasta el final.
Esa es la visión personal. A la contienda venidera sólo deben ir buenos candidatos. Esa es una premisa pero también una conclusión. Lo bueno es que los hay. La interrogante es sólo si va a ganar el PRI o si lo va a hacer la Izquierda pero éticamente, como se supone debe ser. El hombre que dirigirá los destinos de la entidad a partir de abril de 2011 saldrá de los citados con anterioridad. Son los mejores, no hay duda, no para su servidor. El problema va a ser (un poco) la definición, la del método a seguir, la distinción. La del candidato, la de los candidatos, así en plural. Ganará el PRI con uno de los citados o la Izquierda, con uno de los citados también. Cualquier otro escenario lo descarto porque los citados son lo mejor, es esa la percepción de mucha gente y dicha percepción la comparto también yo. Podríamos citar por qué pero no hay espacio aunque más adelante lo habrá. El caso es que gobernar no es sencillo y a un gobierno no se puede enviar sino a lo mejor, aquello que ofrece desarrollo, capacidades y también seguridad. El que resulte debe preocuparse por el mejor cuadro a su vez. Por el mejor cuadro de gobierno para que me entienda bien. Las cosas como están y el grado de simpatía por los citados es una realidad, encuestas habrá pero la confiabilidad de la gente en sus más amplias expresiones está con las personas citadas y de ahí vamos a determinar, a elegir. Y a la elección no debe ir quien no debe ir, eso es claro también. Si hay gente mezclada con irregularidades graves, NO debe ser depositaria de los intereses de la entidad. Sería un error, un grave error. Lo puede usted creer.
Es todo.