México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
Tradicionalmente, México ha mantenido una muy decente postura ante Estados Unidos respecto a los migrantes que tratan de cruzar la frontera p’al norte. Eso no quita, claro, los asaltos, robos, vejaciones y demás de parte de las llamadas autoridades, policías de todo tipo y demás en contra de los migrantes, tanto los que van a cruzar como los que regresan los gringos.
Y tampoco quita la bola de tropelías cometidas en contra de los otros migrantes, los que llegan a México tratando de cruzar hacia gringolandia. No por nada el centro de detención de migrantes más grande del mundo está en Tapachula, pese a que la ley actual de población no considera un crimen estar en México sin papeles migratorios.
Pero se nos viene un cambio encima. Hace unos días, en un evento casi clandestino, la Secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano firmó una declaración con Genaro García Luna, Secretario mexicano de Seguridad Pública, para “lanzar un ataque conjunto sistemático al flujo de drogas y migrantes hacia el norte”. Es un esfuerzo que envolverá a cientos de agentes en ambos lados de la frontera. A final de cuentas, resultará en la creación de una contraparte de la Patrulla Fronteriza del lado mexicano.
En palabras del Comandante Armando Treviño, jefazo de la policía federal preventiva en Sonora, “Estamos plantando la semilla de una cooperación binacional que nos interesa a ambos. Estamos luchando contra un enemigo común. Vamos a trabajar juntos como amigos, como camaradas, como hermanos”.
Nomás por tener la esperanza, que siempre muere al último, esperamos que Treviño se refiera a los traficantes de drogas y armas, y no a los migrantes.
Centenares de oficiales mexicanos, previo chequeo de antecedentes penales por parte de los gringos, serán entrenados en uso de armas, asistencia médica, análisis de conducta y formas de detección de “contrabando escondido en vehículos”. De nuevo esperamos, por esperar, que “contrabando” se refiera a droga y armas y no a migrantes.
“Migrantes que no sean criminales”
Por de pronto, Treviño y su gente ya cuentan con cuatro “barreras móviles” por el rumbo de Nogales, que supuestamente han resultado ser bastante eficientes. “Han dejado de apedrearnos después de ser instalados”, dice Al White, jefe de la Patrulla Fronteriza en Nogales. A lo que se refiere, es a que hay bandas del lado mexicano que apedrean a los agentes de la Migra cuando se acercan demasiado a la rayita fronteriza, y que son alertados por vigías que andan viendo a qué hora se puede pasar a gringolandia. Al parecer, las barreras móviles de Treviño funcionan.
Mientras le cuida las espaldas a la Patrulla Fronteriza, Treviño parece querer indicar que no hará mucho contra los migrantes, pero dice algunas cosas preocupantes: “Vamos a perseguir agresivamente a los coyotes y a arrestar a los migrantes que no sean mexicanos”, dice, “pero no a los migrantes mexicanos si no hay evidencias de otra actividad criminal”. Como quien dice, habrá que probar ser mexicano para no ser arrestado por Treviño y sus muchachos.
Por su parte, al embajador mexicano en Estados Unidos le encanta la idea. Arturo Sarukhan alaba el proyecto conjunto como parte de un modelo de cooperación cercana entre los gobiernos, para detener “la creciente frecuencia de traficantes de drogas que también trafican con gente”. “Las organizaciones de narcos”, continúa Sarukhan, “han diversificado sus operaciones. Así como el crimen organizado se desarrolla, nosotros tenemos que hacer lo mismo y combatir todo tipo de tráfico”.
Al parecer, igual que en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001, lo que a estos mexicanos en el gobierno se les ha desarrollado en la cabeza es la idea de que la migración es igual a algún tipo de crimen. En vez de combatir la idea de que los migrantes son criminales, y que el responsable de que haya coyotes e indocumentados es un sistema de inmigración caduco y deficiente, García Luna, Treviño y Sarukhan están decididos a combatir el crimen a través de combatir los mecanismos creados para burlar ese sistema inoperante y caduco.
La guerrita calderoniana contra el crimen parece estar a punto de cobrar otra víctima, los migrantes que andan tratando de escaparse, entre otras cosas, de esa misma guerra, en santa alianza con sus nuevos, “amigos, camaradas y hermanos” de la Patrulla Fronteriza.
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