La plataforma

Comentario:
Por Rafael Prieto Zartha

Este domingo que pasó, en el programa Al Punto de Univisión fue invitado el exburócrata de la Administración del expresidente George W. Bush, Adolfo Franco, quien nos llegó a los televidentes con un cuento nuevo: las plataformas que aprueban los partidos en las convenciones no cuentan.

Es decir, que todo el esfuerzo de gastar millones de dólares para hacer los encuentros cuatrienales en los que se oficializa el lanzamiento de la fórmula presidencial y se establecen los principios del partido no sirven, en lo que tiene que ver con el delineamiento de los fundamentos de la agrupación política.

Afortunadamente, la gente no es tonta y no se traga entero todo lo que dicen en los medios de comunicación.

Franco pretendía desviar la atención de la grosera plataforma republicana en materia de inmigración, que solo ofrece dolor y sufrimiento para la comunidad indocumentada afincada en Estados Unidos.

La carta de principios del partido republicano para los inmigrantes fue presentada nada menos que por Kris Kobach, el autor intelectual de la mayoría de las medidas antiinmigrantes que se han propuesto o aprobado en este país en la última década.

Sus obras iniciales fueron las normativas locales en Hazleton (Pensilvania) y Farmers Branch (Texas), que proponían prohibir el alquiler de vivienda a los indocumentados.

Después, impulsó la ley SB1070 de Arizona, con el fin de criminalizar a los indocumentados y metió la mano en las otras leyes estatales que buscan la “autodeportación” cacareada por el candidato Mitt Romney durante las primarias republicanas.

Kobach ha estado detrás de la ley de Alabama, que asigna funciones migratorias a los educadores asignándoles la tarea de preguntar por el estatus migratorio a los niños, para determinar si entre sus alumnos hay indocumentados. Ese invento de Kobach hizo que el ausentismo, entre los menores de edad latinos, llegara al 13 por ciento.

Las palabras de Kobach durante la pre-sentación de la plataforma republicana de inmigración fueron más que dicientes: “Si verdaderamente quieres crear empleos mañana, puedes eliminar a un inmigrante ilegal hoy”.

Los principios republicanos en inmigración, que se votarán durante la convención de Tampa, incluyen:

– Más E-Verify.
– No a las ciudades santuario.
– Terminar el muro fronterizo con México.
– No a las matrículas para estudiantes indocumentados, al precio de residentes estatales.

Claramente los republicanos se lanzan de hecho contra los soñadores, que aspiran a continuar sus estudios superiores pagando, pero pagando unas tarifas asequibles.

La última aventura de Kobach, el “de facto” portavoz republicano en inmigración, es asesorar una demanda de agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de Texas contra la acción diferida. La querella, alabada por el congresista antiinmigrante Lamar Smith, argumenta que la medida del ejecutivo hace que los agentes migratorios “violen la ley”. Esa es la oferta republicana: pretender negar una oportunidad a dos millones de jóvenes, que son vitales para el país y la mejora de la economía.

Pero eso es algo que no entiende gente como Kobach y Franco.

Las aseveraciones de Franco durante el programa de Jorge Ramos, fueron tan descaradas, que su copartidario, el exdirector del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), Alfonso Aguilar, se vio obligado a corregirlo.
Hace unos días, Franco elogiaba al alguacil Joe Arpaio y justificaba las cárceles privadas de ICE, en un programa de la cadena internacional NTN24, diciendo que el sheriff actuaba de acuerdo con la ley y los centros de detención funcionaban relativamente bien.

Las demandas contra Arpaio indican que lo dicho por Franco no es cierto, y los estudios sobre las prisiones señalan lo mismo. Tampoco es verdad que la plataforma de un partido que tiene siglo y medio de existencia no valga para nada.

Rafael Prieto Zartha es el director editorial del semanario Qué Pasa-Mi Gente, en Charlotte, Carolina del Norte.

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