La Reforma “Comprensiva”

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

No solo por respeto al idioma (aunque algunos de mis lectores pueden pensar que mis artículos no reflejan ese sentimiento), francamente me carga ese concepto de “Reforma Comprensiva de Inmigración”.

En una burrada grande, empezando por el idioma. “Comprehensive”, en inglés, debe traducirse como “integral”, en español, no como “comprensivo”. Cuando la gente que habla de la necesaria reforma migratoria, generalmente habla en inglés, porque lo hace con legisladores y políticos que se supone son los encargados de hacer la tal reforma, y ninguno de ellos habla en español. Ninguno prácticamente, es inmigrante y menos latino. A los líderes los traducen sus trabajadores, que muchas veces tampoco son inmigrantes, aunque algunos de ellos si son más o menos bilingües.

En buen español, “comprensivo” es un adjetivo, según el diccionario, que quiere decir “Que tiene la facultad o la capacidad de comprender o entender una cosa”, y se puede referir a una “persona, tendencia o actitud tolerante”, como un amigo comprensivo, o también se puede referir a una “ley comprensiva”. La segunda acepción del adjetivo significa algo “que está integrado de varias cosas”.

Ahí hay una bronca. Ya quisiéramos que la remotamente posible reforma migratoria fuera “comprensiva” por tolerante” y por su “capacidad de entender”, pero más bien los que dicen que ya la estén negociando se refieren más bien a que será “integrada de varias cosas”.

Según dijeron los grupos reunidos en la Conferencia Nacional de Estrategia, reunida en Washington, esta debe ser “la primera prioridad (sí, así dice, en pleonasmo total), legislativa del 2013”.

De hecho, en esa reunión ya comenzaron a darse las versiones de qué tan “compresiva” que debe ser la reforma. Los granjeros pidieron que “proporcione trabajadores con la legalidad y las habilidades necesarias para las granjas y negocios de Estados Unidos”; las autoridades policiales pidieron “una política del siglo XXI que elimine el miedo de la población que le impide colaborar con nosotros y hace nuestro trabajo casi imposible”; y los políticos locales pidieron una “legislación que mantenga el balance entre el necesario ejercicio de la ley y las preocupaciones humanas y económicas” del país.
La Reforma “Civil” y “Respetuosa”

Por no quedarse atrás, los religiosos metieron la cuchara, expresando que como “la reforma migratoria es un hecho moral”, “no debe basarse en las agendas políticas del burro (símbolo Demócrata) y del elefante (símbolo Republicano), sino en la agenda de los borregos”.

A la mejor la traducción es mala (de nuevo), y parece referirse a las necesidades del “rebaño” en términos religiosos, no de “la borregada”, en términos políticos mexicanos.

Pero a la mejor si. Por lo menos los senadores Republicanos Kay Bailey Hutchinson y Jon Kyl, de Texas y Arizona, presentaron ya la ACHIEVE Act, como un primer paso hacia la reforma. Y como sería de esperarse, es una chorrada.

La ACHIEVE es una propuesta de legalizar jóvenes que cumplan “ciertos requisitos”, como hablar inglés y tener un mínimo de habilidades especiales, y es básicamente lo mismo que la “acción diferida” que concedió Barack Obama hace tres meses, es decir, una visa temporal para no ser deportado, pero sin chance de legalizarse completamente. Por el contrario, refuerza las medidas contra quienes no “califiquen” bajo esas condiciones, y prácticamente tiende a extender a nivel nacional algunas de las disposiciones de la ley anti inmigrante de Arizona La mínima crítica a ACHIEVE es que no es “comprensiva”, porque ni “entiende la cosa” ni es “bondadosa”.

Y por ahí va la bronca. La eventual reforma, las partes que la compongan, dependerán en mucho de lo que se pelee porque tenga. La mayoría de organizaciones y activistas coinciden en puntos mínimos, empezando porque sea para todos los indocumentados, no solo para los de tal a tal edad o los que llegaron hace cuánto tiempo, sino todos; debe legalizarlos completamente, dándoles la categoría de residentes permanentes legales, y mantener la opción actual de convertirse algún día en ciudadano estadounidense si quiere.

Y en pedir está el chiste. Pero por lo menos una coalición, supuestamente compuesta de más de 300 organizaciones, llamada el “Grupo de Trabajo sobre Derechos” (Rights Working Group), está pidiendo que el gobierno “ejercite la Ley protegiendo los derechos humanos y civiles”, redadas en el trabajo que “mejoren en vez de deteriorar las condiciones de trabajo y los salarios”, y “detenciones con respeto a los derechos civiles”.

Si seguimos por esa vía, vamos a terminar por pedir bardas fronterizas menos altas, y que todos los agentes de La Migra sean bilingües.

Comprensiva o integral, la reforma no debe terminar en eso…

Contacto Jorge Mújica Murias e jmujicam@gmail.com