Las Patronas: El Rostro de la Inmigración desde un Tren

POR Katia López-Hodoyán
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Desde un pequeño pueblo en el estado de Veracruz, un grupo de mujeres le están dando un giro al tema de la inmigración, enfocándose en un aspecto que seguido es ignorado, se llaman “Las Patronas”, que también es el nombre de su pueblo. Todos los días ayudan a cientos de desconocidos que pasan en un tren de carga, que lleva el apodo de ‘La Bestia’, no conocen el nombre, edad o nacionalidad de las personas, sólo saben que son inmigrantes que pasan por México, en su intento de llegar a los Estados Unidos, la interacción dura sólo unos segundos, fijan su mirada, los inmigrantes extienden sus brazos desde el tren en movimiento, y casi por instinto, Las Patronas comienzan a darles botellas de agua y bolsas con arroz, frijoles y tortillas. No se da una conversación, pero el acto de caridad habla por sí solo.

Un documental titulado “Llévate mis Amores”, cuenta la vida de estas mujeres, explica cómo a pesar de no tener educación formal o dinero, siguen siendo fuertes, devotas y fuente de inspiración.

El Trans-Border Institute de la Universidad de San Diego, presentó la película el pasado 25 de febrero, e invitó a la productora del documental y a una de las mismas Patronas.

“Se empezó a hacer sin querer”, cuenta Mariela Najero Romero, una de las aproximadamente 14 Patronas que forman parte del grupo, “Nació de la nada y se ha convertido en algo grande”.

Fue en 1995, cuando inmigrantes que caminaban por las vías del tren, le pidieron algo de comer a Norma Romero Vásquez, ella les ayudó y eventualmente más peticiones surgieron. Poco a poco familiares y vecinos empezaron a ayudar, con el pasar de los años incrementó el flujo de inmigrantes y con ello, también el apoyo que brindan Las Patronas. A pesar de sus limitaciones económicas, el grupo sigue preparando y entregando comida, dia y noche, para los inmigrantes,  cocinan por horas y con bolsas de plástico en las manos y con sus mandiles aún puestos, esperan que pase el tren para entregarle la comida a los inmigrantes. Aunque en un momento pasaban  desapercibidas 21 años después, se han ganado premios humanitarios por su labor, generando atención internacional, todo se hace gratis, su única compensación es ayudar al prójimo.

“Viene gente buena y mala en el tren”, dice Romero al hablar en USD, “Pero no es nuestro trabajo ver quién es quién, es Dios quién los juzgará”.
Mientras gobiernos y políticos descifran los problemas en el sistema migratorio, Las Patronas se enfocan en lo básico. Su servicio no se trata de política o diplomacia, sino de darle de comer a quienes tienen hambre. Cuando inmigrantes se han caído del tren,

Las Patronas les ofrecen hospedaje hasta que de nuevo se dirigen  hacia el norte, cuando algunos resultan heridos, ellas encuentran asistencia médica y dentro de sus posibilidades, cuidan a los desconocidos quienes no siempre hablan español.
El proceso no ha sido fácil, Las Patronas también dudaron sobre la legalidad de su caridad y cuestionaron si el ayudar a inmigrantes centroamericanos, en su mayoría de El Salvador y Honduras, es legal en México. Querían ayudar, pero no meterse en problemas al hacerlo.

“Teníamos miedo”, explica Romero, “No sabíamos que era legal o ilegal, hubo quienes intentaron intimidarnos, nos informamos y resulta que sí tenemos el derecho de ayudarlos”.

El tema del abuso también ha salido a relucir, México no siempre le ha dado la bienvenida a inmigrantes centroamericanos, esto, aunque su intención sea sólo pasar por el país rumbo a los Estados Unidos.  En algunas ocasiones, Las Patronas han sido testigos del abuso de poder de autoridades migratorias  mexicanas, desde insultos , robos y hasta violencia.

“Empezamos a preguntar”, cuenta Romero “Veíamos que a veces la policía municipal les robaba dinero a los inmigrantes, después nos explicaron que la policía municipal, sí tiene derecho a redadas y detenciones, pero no del abuso de poder”.

Mientras el tren pasa por ese pequeño pueblo La Patrona, Amatlán, Veracruz. Las Patronas siguen dando de comer a quienes están a bordo, la llamada ‘Bestia’ se ha convertido en un símbolo,  es un tren que va hacia adelante, pero también deja a muchos atrás, puede encaminar a inmigrantes hacia una vida mejor, pero también los puede matar, irónicamente el documental recalca como algunas de Las Patronas que ayudan a estos inmigrantes, también sueñan con un futuro más prometedor.  Ellas también han considerado dejarlo todo en busca de algo mejor en los Estados Unidos, y tienen un recordatorio que literalmente pasa a diario.

Una muchacha jóven, quien forma parte de Las Patronas, sale en la película llorando, explicando que en su pueblo no hay trabajo, oportunidades o futuro.
“En el norte dice con lágrimas en los ojos, que puede darles una mejor vida a sus hijos”.

A pesar de tener poco dinero, Las Patronas nunca han dejado de ayudar y cocinar para los inmigrantes. Algunas universidades y grupos independientes le han dado donativos al grupo para que sigan con su misión, a lo largo de los años, Las Patronas le han dado de comer a miles de inmigrantes desconocidos, de vez en cuando reciben una llamada de quienes llegaron con éxito a los Estados Unidos. Llaman, para dar las gracias….

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