Latinas en Acción

Vinculando el acceso a la atención de salud reproductiva y la necesidad de la reforma inmigratoria integral

Por Lorena Garcia

Un taller le enseña a latinas información importante sobre el cuidado de salud que pueden usar para ayudar a otras mujeres en sus comunidades y entender las opciones disponibles cuando necesitan la atención médica. SOURCE: Flickr/Christiana Care

    A primera vista, no existe un vínculo evidente entre la reforma inmigratoria y el acceso a la atención de salud reproductiva. Es decir, hasta que se definen algunos de los efectos de la falta de reforma inmigratoria en los Estados Unidos. Por ejemplo, los trabajadores migrantes que viven y trabajan en zonas rurales no solo enfrentan explotación y maltratos por parte de los empleadores, sino que también suelen carecer de acceso a una atención de salud y educación de calidad, incluida la educación sexual integral.

    Las políticas antiinmigrantes limitan de manera grave el acceso a la atención de salud reproductiva básica para muchas Latinas. Por ejemplo, conforme a las leyes vigentes, a las mujeres inmigrantes de bajos ingresos que llevan menos de 5 años en EE.UU se les niega la cobertura médica federal del Medicaid para recibir servicios de salud reproductiva esenciales como la atención prenatal, independientemente de cuál sea su condición legal. La cobertura solo está disponible para los servicios de urgencia como el trabajo de parto.

    Las latinas poseen las tasas más elevadas de carencia de seguro—y las tasas de carencia de seguro entre los trabajadores migrantes son asombrosamente elevadas. La incapacidad para acceder a la atención de salud preventiva, junto con la falta de educación, contribuyen a mayores tasas de embarazos no deseados e infecciones de enfermedades de transmisión sexual entre los trabajadores migrantes. Además, muchas familias temen acudir al médico debido a su situación inmigratoria real o percibida.

    La segunda Jornada de Acción Latina anual propuso a poner la difícil situación de las mujeres inmigrantes sobre el tapete del debate principal acerca de los derechos reproductivos. Al promover una conversación sobre la intersección de la reforma inmigratoria y el acceso a la atención de salud reproductiva, ello sirvió de vía para la participación de las latinas que de otro modo no hubieran sabido de la existencia del movimiento por la justicia reproductiva.

    Nuestras jóvenes latinas crecen recibiendo señales contradictorias—por un lado se les inculca valorar la pureza mientras que por otro se les bombardea con la cultura popular que les dice que ostenten su sexualidad “exótica”. También se les estigmatiza por su sexualidad asumida.

    Y las inmigrantes latinas enfrentan retos adicionales. Las que trabajan en ámbitos no regulados son explotadas con facilidad por los empleadores y son vulnerables al acoso, agresión y discriminación sexuales. Pero las acciones de estos empleadores suelen quedar impunes porque estas trabajadoras indocumentadas, e incluso trabajadoras con visas temporales, temen que si denuncian dichas acciones podrían poner en peligro su estatus inmigratorio. Muchas mujeres sufren tratos inhumanos en los centros de detención de inmigración donde suelen violarse sus libertades fundamentales y enfrentan la amenaza de deportación y la separación de sus familias

    En el movimiento por la justicia reproductiva, se da una transversalidad intrínseca entre la política de la identidad como la raza, ciudadanía, clase, orientación sexual y la educación. El trabajar dentro de un marco de justicia reproductiva desafía a las instituciones y a las personas a pensar en una forma más amplia acerca de la salud y la libertad reproductivas. Pese a las declaraciones de que hoy en día ya se ha erradicado el racismo y el sexismo en EE. UU, estamos presenciando cada vez más atentados contra la soberanía de la mujer sobre su propio cuerpo.

    Para asegurar que todas las mujeres tengan acceso a la atención de salud reproductiva, el movimiento por la justicia reproductiva considera el problema desde distintas ópticas. Por ejemplo, al garantizar que las escuelas brinden una educación sexual integral puede darles a las mujeres jóvenes la información necesaria para tomar decisiones bien fundadas con respecto a su salud reproductiva. El hacer accesibles los servicios de planificación familiar y los anticonceptivos les permiten a mujeres de bajos ingresos tener el control de su fertilidad. Y con la aprobación de una reforma inmigratoria integral se eliminarían muchos de los retos que enfrentan las familias inmigrantes a diario y también se reduciría el temor que tienen muchos inmigrantes a tener acceso a los servicios de salud reproductiva.

    Liderado por el Instituto Nacional para la Salud Reproductiva de la Latina (NLIRH), en colaboración con Latinas de California para la Justicia Reproductiva (CLRJ) y la Organización de Colorado para la Oportunidad y los Derechos Reproductivos de la Latina (COLOR), la Jornada de Acción Latina ha contribuido a abrir la puerta a los temas de abogacía y educación que están fuera del movimiento por los derechos reproductivos “tradicionales”. Ello atrajo una atención muy necesaria a la intersección entre la reforma inmigratoria y los derechos reproductivos, la salud y la justicia.

Lorena Garcia es directora ejecutiva de Colorado Organization for Latina Opportunity and Reproductive Rights y miembro de la red de Liderazgo de Salud de la Mujer del Center for American Progress. Para más información y para tomar acción, visite http://colorlatina.org/.