Para Luis Vargas, era un día como cualquier otro en Los Ángeles cuando de pronto, fue arrestado por tres homicidios que no cometió. Tres delitos graves que lo llevaron a una sentencia de 55 años a cadena perpetua.
Los delitos eran violación, secuestro y sodomía con alevosía y ventaja.
“Era temprano, estaba esperando que empezara una clase de padres a la que fui, cuando oficiales del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por sus siglas en inglés) llegaron y me dijeron que querían hablar conmigo, yo pensé que era algo rutinario”, comentó Vargas, quien ahora se encuentra libre luego de 16 años en prisión por delitos que no cometió. “No tenía miedo porque el que nada debe, nada teme”.
Vargas no se dio cuenta en ese momento, pero detectives del LAPD detuvieron a quien creyeron era el responsable de tres delitos graves, que fueron atribuidos a un violador en serie conocido como el “Violador de la Lagrimita”.
“Yo estaba limpio, era el encargado en una tienda de Manhattan Bagels al Norte de Hollywood”, dijo Vargas en su visita a San Diego en la cual se reunió con el equipo del Proyecto de Inocencia de California (CIP, por sus siglas en inglés) quienes lo ayudaron a ser exonerado de los delitos en su contra. “Los oficiales del LAPD me dijeron que había unos detectives que querían hablar conmigo, que si los acompañaba a sus oficinas, y dije que sí, fue hasta que llegamos a la patrulla cuando me dijeron que me tenían que esposar para poder subirme a la patrulla, entonces dije que no había problema. No sabía que me estaban arrestado, en ese momento seguía pensando que era algo rutinario”.
Vargas fue trasladado a una estación del LAPD, en donde esperó varias horas, hasta que un detective llegó sin decirle nada a Vargas, sobre por qué estaba detenido, pero lo llevó para ser procesado, y fue hasta ese momento cuando un oficial le dijo los cargos que estaban en su contra.
“En ese momento pensé que mi vida se había terminado” dijo Vargas a La Prensa San Diego. “Yo sabía lo que le pasaba a las personas que son enviadas a las prisiones por agresiones sexuales. Sentí que mi vida corría peligro, que tenía que ser muy cauteloso con lo que hacía, además no sabía qué futuro me esperaba”.
Vargas tuvo su juicio en 1999, y aunque insistió en su inocencia, fue encontrado culpable por los delitos en su contra.
“Ellos no cuentan el tiempo de la cárcel del Condado, pero yo sí, fueron más de 17 años que estuve en la cárcel por delitos que cometió una persona que sigue libre y todavía no la detienen”, dijo Vargas, quien es originario de Tijuana, pero vivió desde su infancia en California. “Ellos sólo ven a un candidato que se parece a la descripción del agresor, todo para cerrar un caso, y desafortunadamente, eso fue lo que me pasó a mi”.
El caso de Luis Vargas inicialmente llamó la atención del personal del CIP en el 2011, cuando recibieron una carta explicando todos los detalles del caso, escrita por el mismo Vargas.
De acuerdo al CIP, el caso de Vargas estaba lleno de alertas rojas, y lo más importante era la mala identificación de testigos.
“Esto es algo que hacen, ellos muestran un paquete de seis fotografías a los testigos, y se elige a la persona que más se parece a la descripción del sospechoso, a veces todos son diferentes a la descripción, excepto el cliente”, explicó el Director del CIP, Justin Brooks. “El caso de Vargas estaba lleno de irregularidades, malos procedimientos policiacos y pésimos procesos de identificación, eso pasa una y otra vez”.
El ADN fue la salvación de Vargas, ya que lo exoneró de los delitos en su contra. El 23 de noviembre del 2015, el Juez de la Corte Superior de Los Ángeles, William Ryan exoneró a Luis Vargas, por su privación de la libertad ilegalmente.
Vargas no perdió el tiempo mientras estuvo en prisión, pudo obtener tres licenciaturas técnicas en arte, una en ciencias, y dos en consejería de alcohol y drogas.
“Nunca me quise dar por vencido, vi que había un programa de colegio, y en ese entonces no tenía esperanzas de ser exonerado pero lo vi como una oportunidad para salir hacia delante”, dijo Vargas.
El Proyecto de Inocencia de California, es un programa de clínica de leyes en la Escuela de Leyes de California Western dedicado a liberar de la prisión a todos aquellos reos que fueron encarcelados de manera equivocada. Al mismo tiempo que proporciona una formación profesional a los estudiantes que forman parte del programa.
Fundado en 1999, el CIP revisa 1,500 cartas de presunta inocencia por reos en California cada año. Los estudiantes participan en jornadas de clínica en periodos de un año, conjuntamente con abogados del personal del CIP, en casos donde existe una fuerte evidencia de inocencia. Juntos han logrado liberar a 25 personas inocentes, que de no ser por ese equipo estarían detenidos en prisión de por vida.