Legalización de Trabajadores Agrícolas: una necesidad compartida

<p><strong>America</strong><strong>’s Voice</strong></p>
<p>¿Cuántos piensan en las condiciones laborales de quienes pizcaron las legumbres o frutas que consumimos? o ¿Cuántos acres de cosecha se pierden por falta de la mano de obra que le teme al recrudecimiento de medidas migratorias policiales?</p>
<p>Este año, al presentar otra vez la medida de legalización de trabajadores agrícolas, AgJOBS, la senadora demócrata de California, Dianne Feinstein, recordó que entre 2007 y 2008 un total de 1.56 millones de acres en Estados Unidos dejaron de producir. Los granjeros estadounidenses trasladaron 84,155 acres de producción y con ello 22,285 trabajos a México para seguir cultivando.</p>
<p>Para los que quedan, legales o indocumentados, las condiciones laborales son diario recordatorio de por qué la lucha emprendida por César Chávez, Dolores Huerta y tantos otros, sigue vigente.</p>
<p>Bruce Goldstein, director ejecutivo del Farmworkers Justice Fund, escribió que en 2010 Estados Unidos exportará 5,700 millones de dólares en frutas frescas y vegetales, comparado con 5,400 millones de dólares exportados en 2009, y 4,471 millones en 2007. “No hay ni que decir que los salarios y los beneficios de los trabajadores agrícolas en el periodo 2007-2010 ni se acercan a un alza de 27.5%”, dijo Goldstein.</p>
<p>AgJOBS formó parte de la fallida reforma migratoria de 2007 y sería parte de cualquier plan que se presente, aunque ha habido intentos de aprobarla de forma independiente.</p>
<p>De 2007 a este tiempo, dijo Goldstein a America’s Voice, “los cultivadores han sentido alguna evidencia de la intensificación de las medidas policiacas migratorias en la agricultura, y eso ha derivado en un creciente interés en la legalización”.</p>
<p>Arturo Rodríguez, presidente del Sindicato de Trabajadores Agrícolas (UFW), dijo a America’s Voice que cada día sin la legalización afecta no sólo a los trabajadores sino a la industria agrícola y en consecuencia, al consumidor.</p>
<p>“El 70% de los trabajadores agrícolas son indocumentados. El recrudecimiento de las medidas migratorias policiales ha provocado temor y ese temor hace que no haya suficiente gente para la pizca”, señaló.</p>
<p>En palabras de Feinstein: “El tema central aquí no es la inmigración. Es proteger y preservar la economía estadounidense”.</p>
<p>A eso le agregaríamos el garantizar que tan dura y necesaria labor reciba el trato justo y humano que merece.</p>
<p><strong>La historia</strong></p>
<p>Los trabajadores agrícolas, su estatus migratorio y sus condiciones de vida han sido temas polémicos que se remontan a principios del siglo XX y evidencian la inclinación de los granjeros y del gobierno estadounidense de utilizar mano de obra extranjera cuando le ha convenido.</p>
<p>La ley de inmigración de 1917 colocó en situación de irregularidad a campesinos mexicanos que emigraron a EEUU por la Revolución Mexicana.</p>
<p>Durante la Primera Guerra Mundial los granjeros solicitaron al Departamento de Trabajo que no impusiera restricciones a los trabajadores mexicanos hasta que el conflicto concluyera.</p>
<p>En 1929 sobrevino la Gran Depresión y con ella la repatriación de medio millón de mexicanos y sus hijos nacidos en EEUU. Gran parte de los deportados trabajaban en zonas rurales del Suroeste.</p>
<p>Tras el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941, EEUU intervino en la Segunda Guerra Mundial y la necesidad de mano obra llevó a los gobiernos de EEUU y México a suscribir el polémico Programa Bracero en 1942.</p>
<p>Cerca de cinco millones de mexicanos vinieron a trabajar a EEUU entre 1942 y 1964.</p>
<p>Empero, la ley de inmigración de 1952 creó el Programa de Trabajadores Huéspedes, que otorgó visas H-2 a trabajadores agrícolas procedentes de países diferentes a México. La ley incluyó la cláusula ‘Texas Proviso’, que protegió a los granjeros de ser sancionados por contratar indocumentados.</p>
<p>En pleno boom de la posguerra, el presidente Dwight D. Eisenhower ordenó la Operación Wetback que expulsó de EEUU a millón y medio de mexicanos. Se estima que 60% de los deportados en 1954 eran residentes legales.</p>
<p>Tras finalizar el Programa Bracero en 1964, las regulaciones del Programa de Trabajadores Huéspedes se extendieron a los campesinos mexicanos.</p>
<p><strong>César Chávez</strong></p>
<p>El activista César Chávez, fundador de la Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas, precursora de la UFW, encabezó en décadas subsiguientes marchas, procesiones, paros, boicots y huelgas de hambre en defensa de los trabajadores agrícolas que hoy día siguen enfrentando carencias. Chávez fue nominado tres veces al Premio Nobel de Paz y en 1994 recibió de manera póstuma la Medalla de la Libertad.</p>
<p><strong>IRCA y el H2-A</strong></p>
<p>IRCA, la ley de inmigración de 1986, legalizó a más de un millón de labriegos indocumentados mediante el Programa Especial para Trabajadores Agrícolas (SAW).</p>
<p>Pero la cifra de trabajadores agrícolas indocumentados creció significativamente en los diez años siguientes.</p>
<p>En 1998, cuando por primera vez se presentó AgJOBS, sólo 22,676 trabajadores ingresaron al país con visas H2-A.</p>
<p>La Encuesta Nacional de Trabajadores Agrícolas (NAWS) informó que en el ciclo 2005-2007, un 75% de los trabajadores agrícolas habían nacido fuera de EEUU. El 52% de los labriegos eran indocumentados.</p>
<p>Según el Consejo Nacional de Empleadores Agrícolas (NCAE), el programa H-2A sólo cubre 5% de la mano de obra campesina y el número de visas H-2A expedidas en 2007 fue de 78,089. Empero, alrededor de 35,000 granjeros contratan anualmente a 900 mil labriegos.</p>
<p><strong>AgJOBS</strong></p>
<p>AgJOBS fue reintroducido con mínimas variantes en los periodos del Congreso de 2003-2004, 2005-2006 y 2007-2008.</p>
<p>La más reciente versión se presentó en mayo de este año: S.1038 en el Senado (20 co-auspiciadores) y H.R.2414 en la Cámara Baja (56 coauspiciadores).</p>
<p>Se calcula que medio millón de campesinos indocumentados serían legalizados con el proyecto preparado por la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA).</p>
<p>El debate de la legalización de los campesinos siempre ha estado marcado por la controvertida cuestión de las condiciones laborales, de vida, salud y vivienda de los migrantes.</p>
<p>Pero esta vez, tanto las organizaciones campesinas como los granjeros están de acuerdo en que la aprobación del proyecto AgJOBS es una necesidad compartida.</p>
<p><em>&nbsp;Rafael Prieto Zartha colaboró en la elaboración de esta nota, <a href="mailto:rprietoz@hotmail.com">rprietoz@hotmail.com</a></em></p&gt;
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Maribel Hastings