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<p>Gran parte de los mexicanos el 31 de diciembre siguen la tradición de pedir doce deseos, uno por cada una de las últimas campanadas del año. Esta tradición nos viene de España cuando en 1895 el Presidente del Consejo de Ministros despidió el año con uvas. Las peticiones más recurrentes de los mexicanos son la buena salud, felicidad, amor, dinero y éxito profesional, pero en la mente de una gran mayoría seguro están doce deseos que compartimos para el 2010.</p>
<p>Uno – Crecimiento económico. En la primera década del Siglo XXI México tuvo un crecimiento del uno punto seis por ciento. El Presidente Vicente Fox había prometido que nuestro país tendría un crecimiento del siete por ciento anual y fue una de las tantas promesas incumplidas. Los mexicanos deseamos que nuestro país empiece a recuperar su crecimiento económico y que este año llegue a ser por lo menos del cinco por ciento.</p>
<p><strong>Dos – Empleo.</strong> México perdió más de 400 mil empleos de enero a abril del 2009. La pérdida de empleos calificados y no calificados en el país ponen en riesgo los patrimonios de las familias. No sólo deseamos que se generen un millón de empleos por año, sino que sean empleos mejor pagados, que permitan ir cerrando la brecha tan pronunciada entre ricos y pobres.</p>
<p><strong>Tres – Alimentación.</strong> En México el catorce por ciento de la población vive en pobreza extrema, sobreviven familias con menos de un dólar al día. Prácticamente en ocasiones ni tienen ni para comer, en contraste, el setenta por ciento de los adultos padecen obesidad. Ocupamos el segundo lugar en el mundo en obesidad por la mala alimentación y comida chatarra. Estos dos extremos tienen implicaciones negativas y representan erogaciones económicas muy fuertes para el país. El tercer deseo es que podamos combatir la pobreza extrema, que todos los mexicanos tengan la posibilidad de alimentarse bien y que se elimine toda la comida chatarra de las escuelas.</p>
<p><strong>Cuarto – Influenza AH1NI</strong>. En el 2009 el brote de la influenza AH1N1 tuvo graves repercusiones económicas y sociales. No estábamos preparados para enfrentar una enfermedad de esta naturaleza y menos un sistema de salud preparado para controlar y encontrar una cura rápida y vacunas para prevenir que otros se contagiaran. El cuarto deseo es que nuestro país invierta en la investigación científica con el objeto de encontrar curas a enfermedades nuevas y las ya existentes, como VIH/SIDA, diabetes, cáncer, entre otras.</p>
<p><strong>Quinto </strong>– <strong>Turismo</strong>. Una de las principales fuentes de ingresos en nuestro país es el turismo. Con el brote de la influenza AH1N1 y la inseguridad, el turismo cayó, tan sólo en el segundo trimestre del año, un treinta y siete por ciento. El quinto deseo es que se refuercen las medidas para promover el turismo en nuestro país y fortalecer el trabajo de esta Secretaría.</p>
<p><strong>Sexto – Inseguridad. </strong>Vivimos una época de inseguridad absoluta que no es necesario detallar. El sexto deseo es que se cumplan los otros once deseos, sólo así la inseguridad disminuirá.</p>
<p><strong>Séptimo – Respeto y Tolerancia.</strong> En el 2009 más de catorce estados aprobaron leyes en donde se atenta contra los derechos de las mujeres. Nuestra sociedad se ha polarizado sin realmente tener debates de fondo sobre los temas de derechos universales como son el derecho a decidir sobre el cuerpo, los matrimonios entre personas del mismo sexo y su derecho a la adopción. El séptimo deseo es que nuestra sociedad sea tolerante, que sea respetuosa de las ideas de los individuos y que reconozcamos que vivimos en un Estado Laico, modificando una de las frases del Presidente Juárez: “el respeto al Estado Laico es la Paz.”</p>
<p><strong>Octavo – Educación.</strong> En México uno de cada cuatro jóvenes entre 18 y 23 años de edad está estudiando una carrera a nivel superior, pero aproximadamente un treinta por ciento deserta. De los que llegan a terminar su carrera universitaria sólo un cuarenta y un por ciento se titula. Un treinta y cinco por ciento de los estudiantes acuden a escuelas de educación superior privadas y el resto a públicas, este porcentaje va disminuyendo cada año. El octavo deseo es que se destinen mayores recursos al sistema educativo en México, en especial a las escuelas de educación superior para que más jóvenes puedan ingresar. Estas escuelas públicas deben cumplir con los estándares internacionales para que los egresados puedan ser competitivos a nivel mundial.</p>
<p><strong>Noveno – Desarrollo Sustentable.</strong> Los cambios climáticos derivados de las acciones humanas son evidentes. Hemos sido testigos de huracanes, tsunamis, temblores, sequías e inundaciones, entre otros desastres naturales. En diciembre 2009 se llevó a cabo la Conferencia sobre Cambio Climático en Copenhague de la que no se derivaron acuerdos sustanciales que nos permitan ir revirtiendo los daños que hemos ocasionado al medio ambiente. El noveno deseo es que en la Conferencia de Cambio Climático que se realizará en México se lleguen a acuerdos reales y con sustento legal entre los países para mejorar y revertir el medio ambiente en el cual vivimos.</p>
<p><strong>Décimo – Sueldos justos.</strong> En México tenemos injusticias en los sueldos que se pagan. El SAT fijó el salario mínimo para el 2010 de 54.47 pesos diarios a 57.46 pesos según el área geográfica del país. Sin embargo, un Ministro de la Suprema Corte de Justicia gana más de 300 mil pesos mensuales (unos 15 mil pesos diarios), lo cual representa unos 260 salarios mínimos. El problema no es que un Ministro gane eso, el problema es la inequidad en los sueldos y la gran diferencia entre uno y otro. El décimo deseo es que la brecha en sueldos se reduzca de forma sustancial y además que no haya discriminación de sueldo en los tabuladores salariales.</p>
<p><strong>Onceavo – Igualdad.</strong> Nuestro país sigue siendo un país intolerante, machista. Dentro del sistema de representación política hay cuotas de género para impulsar una verdadera equidad en los distintos puestos de elección, tal es el caso de la Cámara de Diputados. Nuestros funcionarios son tan hábiles que buscan la forma de sacarle la vuelta a las leyes como en el caso de las Diputadas Propietarias, quienes pidieron licencia para dejarle la Diputación a suplentes varones, son mujeres que fueron utilizadas y ellas se prestaron al juego. El onceavo deseo es que se respete a la mujer y ella se respeta a sí misma y que se impulse una verdadera ética de igualdad en todos los ámbitos.</p>
<p><strong>Doceavo – Que lean estos deseos.</strong> Nuestros representantes se olvidan de por qué fueron electos y pierden credibilidad, tanto ellos, como el partido que los postuló. El doceavo deseo es que lean los otros once deseos y realmente tomen acciones para que estos se lleven a cabo.</p>
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