¡Los niños son inocentes!

LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero

Los rostros de los inmigrantes han cambiado con los tiempos. Los ha habido blancos muy blancos, como los de los irlandeses o los franceses, oscuros como los de los indios o bangladesís, negros como los africanos, amarillos orientales y bronceados de las américas. Inmigrantes todos y todos con la luz de la esperanza fija en la mirada.

Esos inmigrantes todos y otros más han construido y siguen construyendo el país que hoy se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes, porque no estaba listo para los rostros de los niños.

Los rostros de los niños que llegan del desierto, que cruzan el rio Bravo, que saltan al tren de la muerte, son el reflejo de la cruel realidad que viven los países del centro del continente.

Los niños son las víctimas más frágiles de los altos niveles de pobreza, la violencia y la impunidad que reinan en las calles de Honduras, Guatemala y El Salvador. Arrasados por la crueldad de su mísera realidad, estos niños pobres no tienen más opción que buscar el norte y aquí están, son más de 57 mil y los gobiernos no saben qué hacer con ellos.

Los presidentes se reúnen en la Casa Blanca para tomar determinaciones a corto, mediano y largo plazo. Los centro americanos piden ayuda y Obama habla de responsabilidades conjuntas y de compasión, pero aclara que muchos de estos niños deberán regresar a su país de origen porque, claro, Estados Unidos es un país de leyes.

Mientras tanto, en el congreso, siguen amarrados los fondos que pidió Obama para enfrentar la crisis; porque al final del día el asunto es político y eso es poco menos que vergonzoso.

¡Son niños! Son niños inocentes. Son víctimas. No tienen alternativas. Sin embargo para muchos sigue siendo primordial eso de la ley.

Son muchas las preguntas que surgen sobre los valores de una sociedad que es capaz de rechazar a un niño desamparado. Comunidades enteras han salido a las calles a gritar que no los quieren, que se vayan con su pobreza para otro lado. Eso es inhumano.

Pero por suerte, para aquellos que todavía creemos en la grandeza de este país que ha acogido a tantos, está crisis también ha sacado lo mejor de muchos.

Iglesias, organizaciones no gubernamentales, activistas, líderes espirituales y buenos samaritanos se han unido en muchos frentes para apoyar de uno u otro modo a los pequeños viajeros que llegan sin compañía y a las familias de inmigrantes que huyen de las maras, la pobreza y la injusticia.

La Hispanic Heritage Foundation, por ejemplo, dirige un grupo de voluntarios en McAllen, Texas, al que pertenece la reconocida actriz América Ferrera.

Los voluntarios han empezado a leer, jugar y orar con los pequeños en un esfuerzo conjunto con las Caridades Católicas, cuyo actuar en esta crisis ha marcado la diferencia en la vida de muchos inmigrantes, y Elevare Internacional.

El proyecto READ, iniciales en inglés de “Refugio, Enriquecimiento y Desarrollo” pretende darles a los pequeños refugiados esperanza y alivio a través de actividades lúdicas y lecturas.

“Este esfuerzo está enfocado en ayudar a estos niños a superar el momento y a darles esperanza a través de la lectura y la oración”, afirmó Antonio Tijerino, presidente de Hispanic Heritage Foundation recordando que estos menores están escapando de la horrible violencia de sus países de origen.

El proyecto está inspirado en las palabras que adornan el pedestal de la Estatua de la Libertad y que dice “ Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres/Vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad/El desamparado desecho de vuestras rebosantes playas/Enviadme a estos, los desamparados, sacudidos por las tempestades a mí/¡Yo elevo mi faro detrás de la puerta dorada!”.

Todos podemos sacar lo mejor de nosotros y unirnos a alguna misión humanitaria, donando tiempo o recursos, porque, aunque algunos lo olviden, los niños son inocentes.

Para saber más sobre el papel de Las Caridades Católicas en la vida de los inmigrantes puedes visitar http://catholiccharitiesusa.org/.