Por Leon Bravo
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a temporada de Grandes Ligas todavía no llega ni a mitad de camino y los Padres de San Diego ya sacaron las banderas blancas en señal de dar por perdida la campaña.
Al ocupar el sótano de la División Oeste, y estar a kilómetros de distancia del líder, Gigantes de San Francisco, la directiva de la escuadra sandieguina comenzó a desmantelar el equipo.
La semana pasada, los Padres enviaron a los Medias Blancas de Chicago a su pitcher abridor James Shields. Los Padres recibieron a cambio recibieron dos prospectos de la organización patipálida.
Shields llegó a San Diego en 2015 procedente de los Reales de Kansas City, equipo con el que se convirtió en uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas.
Con los Padres Shields no pudo demostrar su calidad; en su paso por esta organización apenas ganó 15 partidos a cambio de 14 derrotas. Shields dio un porcentaje de carreras limpias admitidas de 4.00.
La partida de Shields representa también un golpe financiero muy grande para el equipo de San Diego, que accedió a pagar la mitad del resto del contrato de 57 millones de dólares del pelotero que ahora juega para los Medias Blancas.
En el intercambio con el equipo de Chicago, los Padres obtuvieron a Fernando Tatis Jr, un parador en corto de 17 años de edad, y al lanzador Erik Johnson.
La salida de Shields por dos peloteros sin recorrido en Grandes Ligas es otro doloroso capítulo en esta temporada que ha sido una verdadera pesadilla para la franquicia sandieguina.