Una montaña de derrotas y un marcado descenso en la venta de boletos hizo de la temporada 2017 una pesadilla para los frailes
Por León Bravo 
Con la finalización de la temporada regular de las Grandes Ligas, a los Padres de San Diego les llegó la hora de hacer el recuento de los daños.
El balance de la campaña 2017 para la escuadra sandieguina está llena de números rojos y lo preocupante es que esa tendencia se ha convertido en una constante.
Al sumar más derrotas que triunfos por séptima temporada consecutiva, los Padres extendieron a 11 años su racha de no aparecer en los playoffs.
La patética actuación en el terreno de juego llevó a los aficionados del equipo a alejarse del estadio.
En cuanto a la asistencia de aficionados a Petco Park se refiere, esta campaña fue la más pobre en los últimos siete años.
Los Padres apenas pudieron convocar a 2 millones 100 mil fanáticos en 82 partidos, su peor marca en este rubro desde que en 2009 sumaron un millón 900 mil aficionados.
Dentro de la División Oeste de la Liga Nacional, el cuadro de San Diego quedó a 29 juegos de distancia del primer lugar, Dodgers de Los Ángeles.
Esa es la peor diferencia desde que los Padres de 2003 quedaron a 36 y medio juegos de distancia de los Gigantes de San Francisco.
La triste actuación del equipo de San Diego contrastó de sobre manera con la del resto de los equipos de su división.
Con excepción de los Gigantes de San Francisco, que tuvieron una temporada desastrosa, las otras franquicias mostraron una enorme mejoría.
Los Dodgers ganaron su quinto título divisional consecutivo, los Diamondbacks de Arizona ganaron 20 partidos más que el año pasado y los Rockies de Colorado experimentaron su primera campaña ganadora en siete años.
Para la próxima temporada, los Padres tendrán que reforzarse muy fuerte y deberán encontrar prospectos de calidad dentro de su organización si es que quieren revertir la tendencia que los ha llevado de ser uno de las peores equipos en las Grandes Ligas.