LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero
Los avances tecnológicos y las ventajas de la modernidad hacen que, hoy por hoy, la perspectiva de vida de hombres y mujeres sea cada vez mayor; eso quiere decir que cada vez habrá más ancianos, y también, que quienes aun no lo somos tenemos muchas posibilidades de llegar a serlo.
Actualmente, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el planeta que habitamos, la población de 60 años o más, llega a los 650 millones. Se calcula que en 2050 alcanzará los 2000 millones.
El indicador es bueno, quiere decir que hemos hecho algunas cosas bien, que podemos cuidarnos mejor y aspirar a morirnos de viejos como es debido; sin embargo, la realidad de muchos ancianos si no cruel y dolorosa, es por lo menos lamentable.
Si bien es cierto que miles de seres humanos logran extender su vida activa eficientemente a pesar de llegar a edades avanzadas, manteniendo su vida laboral o realizando labores como voluntarios, también lo es que muchos, víctimas de las congojas del cuerpo o del alma, se ven obligados a aislarse o son rechazados por sus familias.
El aturdimiento al que pueden llevarnos las angustias y los afanes de la vida diaria, hace cada vez con más frecuencia que olvidemos, como sociedad, que con los años llega también la sabiduría.
Y el asunto es que esto de la vejez nos atañe a todos. Todos nos veremos enfrentados, en algún momento, con el reto de ver envejecer a parientes, padres o amigos y muy probablemente deberemos hacernos cargo.
Este proceso, sobre todo cuando se trata de nuestros seres queridos, puede ser doloroso, por eso, debemos prepararnos para enfrentarlo. La buena noticia es que como casi siempre la clave es el amor.
Sólo el amor puede darnos las herramientas que necesitamos para sobrellevar una situación que seguramente nos exigirá muchísimo como seres humanos.
¿Qué hacer?
Para empezar debemos, si somos hijos, estar al tanto de la condición médica de nuestros padres, para ser capaces de preveer con tiempo cualquier circunstancia y estar preparados para atenderla.
Debemos comunicarnos con ellos y saber cuáles son sus necesidades y deseos, en caso de enfermedad, debilidad mental, inconciencia y demás. Y debemos hacerlo cuando aun estén en condiciones de expresarse, porque el deterioro que viene con la edad, puede jugarnos una mala pasada.
En el mundo, cerca del 30 por ciento de las personas de 85 años o más padecen cierto grado de deterioro cognoscitivo pero los expertos coinciden en que estas condiciones pueden sobrellevarse mejor en un ambiente familiar en el que estén presentes cosas como afecto, apoyo y solidaridad.
En un estudio cuyos resultados fueron publicados recientemente, especialistas de la Universidad de Ámsterdam, que estudiaron a 2,200 pacientes de entre 65 y 86 años por tres años, descubrieron que aquellos que reportaron sentirse solos – a pesar de tener personas a su alrededor – estuvieron más propensos a sufrir demencia que aquellos que se sentían acompañados y amados.
Estudios previos han llegado a concluir que la soledad mata, generalmente al aumentar la presión arterial e incrementar el riesgo de padecer enfermedades coronarias o infartos. La tristeza baja las defensas, no podemos olvidarlo.
Si bien hacerse cargo de una persona mayor con ciertas necesidades propias de su edad, no es fácil, es posible generar estrategias de apoyo y acompañamiento familiares y comunitarios que nos permitan hacernos cargo de nuestro trabajo y nuestros hijos o conyugues sin abandonar a nuestros viejos. Ellos merecen nuestro amor, nuestro reconocimiento, nuestro respeto y si es el caso, también nuestra piedad.
Para saber más sobre los recursos disponibles y aprender sobre lo que necesitan nuestros adultos mayores puedes ir a www.usa.gov o visitar la página del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento en www.nia.nih.gov. Ambas ofrecen información en español.