Migrantes centroamericanos “estacionados” en Guadalajara: problemática en crecimiento

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<p>Es casi medio día en la Perla de occidente. El clima comienza a ser cálido. Regreso de impartir clases en un camión de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). El día de hoy, la clase giró en torno al Índice de Desarrollo Humano (IDH), la economía y el bienestar social. Los alumnos comprendieron que diversos elementos influyen en la calidad de vida de una sociedad, y que el IDH es un indicador elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que a grandes rasgos califica los avances de los países en tres ámbitos fundamentales del desarrollo: educación, salud y condiciones de vida. En tal indicador, en 2013 México se ubicó apenas arriba de la media en América Latina con un nivel calificado como alto, aunque -sobra decirlo- la violencia, mala distribución del ingreso e ínfima calidad de vida, continúan siendo alarmantes. Por otro lado, varios de los países centroamericanos se ubicaron en la zona más baja de la clasificación. En el mismo año El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala, a nivel mundial ocuparon las posiciones 107, 120, 129 y 133 respectivamente en el IDH.</p>
<p>Es precisamente este el tema que se conecta con las historias de los transmigrantes centroamericanos que cruza por territorio mexicano con destino hacia Estados Unidos. En escritos anteriores hemos señalado como en diversos países de Centroamérica, la migración es impulsada por el binomio violencia-marginación (contexto plenamente relacionado con el IDH). El terror de la violencia y la mala calidad de vida impulsan a las personas a movilizarse hacia donde puedan encontrar una vida mejor.</p>
<p>En los últimos años la ZMG se ha convertido no sólo en lugar de paso, sino también de “estación” para los migrantes. Cada vez son más quienes por diversas razones, necesitan o deciden permanecer durante días o meses en la ciudad antes de reiniciar su viaje con rumbo al norte. Algunos deciden trabajar, se van como cargadores al mercado de abastos, realizan trabajos de albañilería, lavan autos; también se mantienen de la asistencia proporcionada por las asociaciones, y otros tantos deciden pedir ayuda en calles y camiones, como lo ejemplifica el siguiente caso.</p>
<p>“Oye hermano, disculpa la molestia”, es el discurso con el que un migrante centroamericano pide dinero a los pasajeros del camión que abordé, justo después de hablar con los alumnos sobre el IDH y la calidad de vida. Desde el principio, argumenta que la ayuda sería para su sostenimiento y el de su familia (esposa e hijo) que le esperan a las afueras de la Casa del Migrante de FM4 Paso Libre, a un costado de las vías del ferrocarril. En pocos minutos expresa de gran manera su experiencia migrante: habla sobre la situación en Honduras, alude a pobreza y violencia, falta de oportunidades; destaca las extorciones de los famosos Maras; realiza una narración breve sobre las peripecias ocurridas antes de llegar a Guadalajara, el cruce por Chiapas, asaltos en Tabasco, diversas vejaciones en Veracruz; concientiza al que le escucha sobre el peligro al que él y otros compatriotas se enfrentan con las bandas de delincuentes que los hostigan. Menciona a los Zetas, refiere sobre secuestros, golpizas, violaciones. Al final nuevamente pide disculpas por “causar molestias”, y camina para empezar a recibir el apoyo.</p>
<p>Entre las personas de abordo, muchos ponen atención. Hay caras de asombro, la mayoría lo han escuchado con atención y no es para menos, las breves historias eficazmente contadas sobre su experiencia migrante, son interesantes, sensibilizan, atrapan a muchos de los pasajeros que, -afortunadamente para él- le ofrecen algo de dinero. En efecto cada vez son más las personas que en México son consientes de la problemática de los migrantes centroamericanos en tránsito. No obstante, para mejorar su situación no basta con la ayuda y buena voluntad de la sociedad civil. Más bien, será el trabajo en conjunto de las autoridades de todos los niveles, las asociaciones civiles y la sociedad, lo que puede contribuir a hacer menos penosa esta realidad; a la creación de leyes que los protejan, a hacer frente a las bandas de delincuentes que los castigan, a brindar apoyo a los migrantes y sus familiares, y a procurar justicia y respeto a sus derechos humanos.</p>
<p>No obstante, aun y cuando México le otorgara mejor trato a los migrantes en tránsito y se hicieran efectivos varios de los elementos arriba señalados, el éxodo de centroamericanos no se detendrá ni disminuirá si no se mejora la situación de sus países y regiones de origen. América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo en la distribución del ingreso. A decir del PNUD, países como los centroamericanos necesitan invertir más en las capacidades de las personas, mejorar los servicios de salud y educación, y trabajar para lograr un crecimiento notable en los puestos de trabajo de calidad. Sólo de esta forma se le podría hacer frente a la crisis humanitaria que significa la migración de centroamericanos.</p>
<p>La crisis humanitaria de la transmigración de centroamericanos, y en este contexto de la población “flotante” o “estacionada” en la ZMG, está lejos de aminorar. Por el contrario, el fenómeno podría acrecentarse. Desde que la llamada ruta del Golfo que incluye Tamaulipas fue tomada por la delincuencia organizada, los migrantes han elegido la ruta del Pacífico para transitar, y a Guadalajara como lugar de paso y estacionamiento. Según diversas organizaciones, entre 2012 y 2013 se registró un incremento de más del 20 por ciento entre los migrantes “estacionados” en la ZMG. En lo sucesivo, el actuar de la sociedad civil, las organizaciones de apoyo, pero sobre todo de las autoridades, será decisivo para darle un trato oportuno a este fenómeno migratorio de mayúsculas proporciones.</p>

Author
Abel Astorga Morales