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<p>La escasez de trabajo es la principal razón para que hoy en día Honduras se encuentre entre los países que más expulsan migrantes en Centroamérica. Buscar una vida mejor en otras tierras y tener un empleo que les permita enviar remesas a sus familiares para su sostenimiento, es el señuelo que impulsa a miles de mujeres y hombres hondureños que año con año emprenden el éxodo hacia Estados Unidos principalmente. Esta problemática está íntimamente ligada a México, pues de los miles de migrantes centroamericanos que transitan el país con el objeto de lograr el sueño americano, la mayoría provienen de ese país.</p>
<p>Pero la tradición migratoria en Honduras ya es bastante añeja. A finales de los setenta, época de crisis económica, política y social, comenzó a formarse un nuevo patrón de movilidad poblacional en Centroamérica. Nicaragua, El Salvador y Guatemala, países en conflicto durante la década de los ochenta, se convirtieron en los principales expulsores de emigrantes. Belice y Costa Rica fueron considerados países receptores; mientras que Honduras se volvió receptor de refugiados. Con los años, el éxodo desde este país se acentuó; y hoy en día, Honduras es un asiduo expulsor de migrantes, la mayoría de los cuales se internan en territorio mexicano cruzando por cualquiera de los más de 300 cruces informales entre la frontera de Guatemala con México.</p>
<p>La Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes, conformada por más de una decena de casas del migrante y organizaciones de ayuda, informó que en el primer semestre de 2013 (enero-junio), el 43.97 por ciento de los migrantes que llegaron a los albergues de la Red, fueron hondureños. Concurrencia que superó la de salvadoreños, guatemaltecos, mexicanos y nicaragüenses. Los datos de la Red también rebelaron que el mes más álgido en el arribo de hondureños fue el de marzo, con 1,337 migrantes. En total (de enero a junio del pasado año), 5 mil 888 migrantes de ese país cruzaron por México, y acudieron a alguna casa de esta Red. De estos, el 93 fueron hombres, y de ellos la mitad jóvenes solteros de entre 19 y 29 años (animalpolitico.com/2013/12).</p>
<p>Tal contexto lo pudimos advertir de primera mano, pues en el año 2011 conversamos con decenas de migrantes en FM4 Paso Libre, una de las cacas del migrante que integran esta Red (ubicada en Guadalajara, Jalisco), y la mayoría de ellos eran de origen hondureño. Destaca el testimonio de Iván Miranda Ballesteros, migrante de 47 años y originario de Ruinas de Copan, Honduras, quien contó que ya había estado en dos ocasiones en Estados Unidos, una en 1986 por un año y otra desde 2008 hasta 2010. Por lo cual esa ocasión era su tercer intento por internarse en dicho país y lo decidió pues a pesar de que “en Honduras si hay trabajo, el salario es muy bajo y no alcanza para vivir”. Además agregó: “trabajando de ayudante en construcción o algo así, ganas diario de 80 a 120 lempiras; por ejemplo una libra de huevo va como a 16 lempiras, ¡imagínate para sostener a una familia!”. En definitiva, en su testimonio el migrante enfatizó en su situación de precariedad y necesidad en su país de origen, para explicar los motivos de su emigración.</p>
<p>Sin embargo, para este hondureño y en general para todos los migrantes centroamericanos, la posibilidad de transitar por México sin ser objeto de algún tipo de agravio, es casi nula. Por el contrario, los viajes se vuelven verdaderos vía crucis en donde las penalidades están a la orden del día. Él por ejemplo, salió desde el 14 de abril (de 2011) desde su país, y arribó hasta el 19 de mayo a Guadalajara. Para eso tuvo que tomar varios autobuses en El Salvador y Guatemala, e ingresar caminando a México por Tecún, Guatemala. Posteriormente, recorrer a pie desde Tapachula a Arriaga, en Chiapas, escondiéndose de los asaltantes, rodeando cerros y por el monte como él rememoró. Finalmente, al igual que cientos de migrantes, tomar el tren conocido como La Bestia, y trasbordar en bastantes ocasiones, hasta lograr arribar a Guadalajara.</p>
<p>Pero su viaje no estuvo exento de abusos. En Tierra Blanca, Veracruz, lo asaltaron y despojaron de 600 dólares que guardaba para costear su cruce hacia Estados Unidos. Personas armadas vestidas de policía los abordaron y les pidieron que se bajaran del tren; llevaron como a veinte en una camioneta a una casa, los interrogaron y golpearon hasta que lograron sacarles el dinero a todos. De nada sirvió que él se hubiera guardado el dinero en la ropa interior, pues lo desnudaron y lo despojaron del mismo. En esa ocasión, Iván rememoró que violaron a una joven de 14 años.</p>
<p>Estamos hablando entonces de un secuestro exprés del que afortunadamente logró salir. En adelante sobrevivió pidiendo en casas particulares y casas del migrante.</p>
<p>Testimonios como el anterior, ponen en evidencia como en los últimos años los migrantes centroamericanos, entre los que destacan los hondureños, se internan en territorio mexicano con objeto de cruzar a Estados Unidos y lograr el sueño americano; no obstante, por las múltiples peripecias que pasan en México: abusos, secuestros, o hasta perder la vida, su éxodo se vuelve más bien un desencanto mexicano.</p>