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<p>Nacida en la Ciudad de México, Mónica Bauer, siempre ha sentido un llamado por la justicia social, vocación que brota de la historia de su familia.<br>
“Yo vengo de una familia que llegó a México buscando refugio”, cuenta Bauer, quien hoy funge como Subdirectora de la Liga Antidifamación en la Oficina de San Diego. “Tengo miembros de mi familia que llegaron de Lituania escapando el régimen nazi y por otro lado mi abuela venía escapando a los nazis de Austria. También tengo familia que huyó de la guerra civil de España”.<br>
A lo largo de su vida, Bauer ha escuchado múltiples historias de sus seres queridos que la han impactado, reafirmando su compromiso con las causas humanas.<br>
“Tengo una tía que dejó a su hija con unas monjas quienes la bautizaron con otro nombre. He escuchado tantas historias de esconderse y de guerras pobreza y llegar sin nada.<br>
Tras haber crecido en un entorno familiar con un historial tan doloroso, Bauer siempre se sintió identificada con hacer el bien. A pesar de esto, Bauer realizó sus estudios superiores en el campo de la informática, completando una licenciatura en sistemas computacionales en la Universidad Iberoamericana.<br>
Luego de terminar su licenciatura con honores en 1989, Bauer trabajo en un laboratorio de cómputo, en donde ayudó a impartir clases, capacitar a maestros, y se encargaba de la instalación de sistemas de cómputo. Con el pasar del tiempo, Bauer se dio cuenta que este campo no era para ella.<br>
Tras ciertos eventos en su vida, Bauer y su familia llegaron a San Diego en 1999 con la idea original de mudarse de la Ciudad de México a Los Ángeles. Al desbordar del avión, Bauer quedó enamorada de la bahía y con el tiempo la familia decidió quedarse en la región. Ya instalada en San Diego, Bauer operó un negocio de importación de artesanías mexicanas para su venta en Estados Unidos.<br>
Aún administrando una empresa, la cual requería toda su atención, Bauer comenzó a hacer trabajo como voluntaria en la comunidad.<br>
“Yo empecé haciendo trabajo de voluntario en varias organizaciones, pero la que más me llamó la atención fue la Liga Antidifamación porque me gustó mucho lo que hacían”, explicó Bauer. “A pesar de nacer de un evento antisemita, la meta de esta organización es combatir el odio y la discriminación contra todas las comunidades al igual que todo odio hacia cualquier grupo y persona. Me llamo mucho la atención y como a los tres años abrieron un puesto”.<br>
En 2008 Bauer entró a la Liga Antidifamación como Directora Regional Adjunta en la Liga Antidifamación, labor cuyas responsabilidades incluyen establecer nexos en las organizaciones educativas como universidades y escuelas, crear relaciones entre grupos étnicos y religiosos, crear diálogos en espacios públicos acerca del odio y sus efectos, y establecer y crear relaciones con los medios de comunicación de la región.<br>
“Lo primero que hice, al ser de México, fue conectar a la organización con la comunidad latina”, recordó Bauer. “Esto involucró estrechar los lazos de comunicación entre la comunidad latina y la judía. También trabajé con la comunidad afroamericana, la comunidad gay, mormones, musulmanes, y con refugiados”.<br>
Aun con un nuevo empleo que la mantenía sumamente ocupada, el impulso de Bauer por seguir aprendiendo la llevó a tomar una maestría en historia, de nuevo en la Universidad Iberoamericana, donde enfocó su tesis en el tema de la amplificación de retórica de odio contra los hispanos en medios de comunicación, cual terminó en 2010.<br>
En el 2012, Bauer asumió el cargo de Coordinadora Comunitaria dentro de la Liga Antidifamación. Dentro de este cargo, ella se involucró más con temas legales y con cabildear por acción en pro de varias comunidades.<br>
Tras dos años en este cargo, Bauer paso a su cargo actual de Subdirectora de la Liga Antidifamación en la Oficina de San Diego.<br>
Bauer relato a la Prensa San Diego los retos que enfrenta hoy en día la Liga Antidifamación, en particular con la retórica antiinmigrante.<br>
“Lo que hemos visto en un incremento en todo accionar”, contó Bauer a La Prensa San Diego. “Un director nacional decía que los crematorios de Auschwitz no se construyeron con ladrillos, sino con palabras. Para llegar a un momento en que se pueda herir, atrapar, y exterminar tienes que comenzar con palabras para demostrar que una población es peligrosa los vecinos no los van a entregar. Por eso combatimos el discurso de odio”.<br>
“Sabemos que en San Diego la mitad de la población indocumentada es mexicana y además en San Diego hay mucha gente indocumentada. Esta gente es víctima de este discurso de odio y en California tenemos muchísimos grupos de odio”, explicó Bauer. “Con más razón queremos educar al público. Trabajamos mucho en las escuelas con niños que viven bullying por temas como el muro y las deportaciones”.<br>
A pesar de tener una agenda muy ocupada, Bauer continúa trabajando para que se creen puentes dentro de las comunidades que forman nuestra ciudad.<br>
“Nosotros creemos que es un país muy diverso que celebra las diferencias culturales. Nadie quiere borrar las diferencias, pero nosotros buscamos romper estereotipos y creemos que la mejor manera es erradicar el odio mediante la educación”, afirma Bauer. “Educando a la gente podemos combatir la ignorancia. Todos tenemos tendencias y una vez que las reconoces puedes ir rompiéndolas”.<br>
“No puedes aprender cómo es la gente de ciertas culturas hasta que no tengas contacto miembros de esas poblaciones”, cerro Bauer.</p>
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