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Por Sandra G. León
Un nuevo informe ordenado por un juez revela que agentes de la Patrulla Fronteriza en Michigan y partes de Ohio arrestaron a muchos más ciudadanos estadounidenses y latinos documentados que inmigrantes indocumentados que intentaban ingresar ilegalmente al país.
El informe, titulado La larga sombra de la frontera: cómo la Patrulla Fronteriza utiliza el perfil racial y la policía local y estatal para infundir miedo en las comunidades de inmigrantes de Michigan, publicado por la ACLU de Michigan, encontró que solo el 1.3% de los arrestos por agentes de la Patrulla Fronteriza en Michigan y Ohio incluían inmigrantes indocumentados que intentaron ingresar ilegalmente al país. Casi la mitad de los arrestos fueron ciudadanos estadounidenses o inmigrantes debidamente documentados.
Los críticos argumentan que los oficiales de inmigración federales abusan de sus poderes que les permiten detener a cualquier persona dentro de 100 millas de una frontera internacional y realizar búsquedas sin orden judicial. Se considera que todo el estado de Michigan se encuentra dentro de 100 millas de la frontera canadiense, o uno de los Grandes Lagos, que sirven como fronteras internacionales aunque el lago Michigan no comparte una costa con Canadá.
Entre 2012 y 2019, el sector de Detroit de la Patrulla Fronteriza arrestó a 14,142 personas de 132 países diferentes. Pero aunque los latinos representan solo el 16.8% de la población de Michigan nacida en el extranjero, el estudio muestra que los latinos eran el 84% de los no ciudadanos detenidos por la Patrulla Fronteriza en Michigan y el norte de Ohio.
“Todos tienen derecho a las protecciones que brinda nuestra Constitución, inclusivo los inmigrantes indocumentados”, dijo Monica Andrade, abogada de la ACLU que coescribió el informe. “No se trata solo de inmigrantes indocumentados, los datos muestran que una de cada tres personas que han sido detenidas son ciudadanos estadounidenses, otro 13% estaba aquí legalmente y la única razón por la que fueron detenidos es por el color de su piel, o por en sus estándares de habla”.
El informe describe el uso que hacen los agentes de la Patrulla Fronteriza de “códigos de complexión” para documentar la complexión de las personas que detienen, según el informe. Más del 96% de las personas arrestadas fueron descritas como “Negras, Marrón Oscuro, Oscuro, Marrón Claro, Marrón Medio, Medio o Amarillo”.
La mayoría de los detenidos fueron detenidos mientras conducían y, en el 77% de los casos, un agente de la Patrulla Fronteriza cita la supuesta reacción de una persona al ver a un agente o vehículo de la Patrulla Fronteriza como base de sospecha.
“Los registros muestran que todo lo que hace una persona cuando conduce cerca de un vehículo de la Patrulla Fronteriza se usa como pretexto para detenerlo”, dice el informe. “La apariencia ‘hispana’ de una persona con frecuencia conduce a una investigación y arresto”.
El informe encontró que más del 80% de las personas arrestadas por la Patrulla Fronteriza eran residentes a largo plazo de Michigan u Ohio entre las edades de 7 y 26 años, y dos tercios de las áreas de arresto que no comparten una costa o vía fluvial internacional.
“Esto sucede cuando la policía trata a las comunidades de inmigrantes como menos que humanas”, dijo Andrade. “Algo tan simple como una parada de tráfico puede ser traumatizante y separar a las familias”.
La ACLU ha pedido al Departamento de Justicia y al Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU que prohíban la elaboración de perfiles basados en la raza, la religión, el origen nacional, el género y el dominio del inglés. La ACLU también está pidiendo una legislación estatal contra el perfil racial y una legislación que proporcione la elegibilidad para una licencia de conducir estatal a todos los residentes, independientemente de su estado migratorio.
El informe detalla el caso de Arnulfo Gómez, un residente permanente de 30 años debidamente documentado, que fue detenido por un policía del Estado de Michigan por un escape ruidoso en su automóvil. Su esposa y su cuñado también estaban en el auto. El conductor proporcionó al oficial de policía su licencia de conducir, registro, comprobante de seguro y también la identificación de los otros pasajeros en el automóvil. Su esposa es indocumentada.
Otro policía estatal que tenía un agente de la Patrulla Fronteriza que lo acompañaba fue llamado a la escena. El agente interrogó a Gómez y su esposa, pero luego dejó a los tres ir libres.
“No había ninguna razón para que nos detuviera”, afirma Gómez en el informe. “Tan pronto como vio que somos marrones, nos persiguió. Luego llamaron a la Patrulla Fronteriza de inmediato. Todo lo que nos pasó estuvo mal “.
