México: Corredor Migratorio

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<p>Cada vez son más diversas las nacionalidades de los inmigrantes que transitan por el&nbsp; territorio nacional mexicano. La mayoría de estos migrantes intentan llegar hasta Estados Unidos, aunque también existen casos de personas que deciden permanecer por tiempo indefinido en México o incluso establecerse. Así, actualmente México no sólo se caracteriza por ser un país de origen, sino también de tránsito, destino y retorno de migrantes.<br>
Los connacionales siguen siendo uno de los grupos más numerosos que intentan llegar hasta el norte. También destaca el caso de los centroamericanos que ingresan al país por la frontera sur y, en los últimos años, cada vez con mayor frecuencia se ha acogido a ciudadanos de casi todos los continentes. Tales eventos implican un desafío para las autoridades, propician diferencias de opinión y acción en la sociedad mexicana y, penosamente, representan una oportunidad para las bandas de delincuentes.<br>
El primer caso a destacar, y el más conocido en los últimos años por su volumen y continuidad, es el de los centroamericanos, particularmente de ciudadanos del llamado Triángulo Norte Centroamericano (TNCA), conformado por los países de Guatemala, Honduras y El Salvador. Las condiciones de pobreza y violencia que imperan en dichos territorios, expulsan a miles de personas al exterior; el destino desde luego es Estados Unidos, a donde intentan llegar desde la frontera sur de México siguiendo múltiples rutas y medios de transporte entre los que destaca La Bestia, el llamado “tren de la muerte” que ha cobrado la vida de miles de migrantes. Se estima que al año ingresan al país un promedio de entre 150,000 y 300,000 centroamericanos, la mayoría de los cuales sufrirán el maltrato de la sociedad, grupos delictivos y hasta de los elementos de seguridad. Entre estos maltratos se sufren golpizas, asaltos, extorsiones, secuestros, violaciones, o asesinatos. Las mujeres y niños son los más vulnerables, pues se estima que antes de llegar a Estados Unidos el 80 por ciento de las mujeres y niñas provenientes de Centroamérica sufren algún tipo de violencia sexual. La misma vulnerabilidad es afrontada por los niños que viajan sin compañía; hasta julio de 2014 aproximadamente 70,000 menores provenientes del TNCA transitaron por México y llegaron de forma indocumentada a Estados Unidos.<br>
Los conflictos bélicos y crisis humanitarias que se viven en África y el Medio Oriente también han colaborado en la revitalización del corredor migratorio más concurrido a nivel mundial. El Instituto Nacional de Migración (INM) informó que en la frontera sur de México, entre el 2 de agosto y el 25 de septiembre de este año, se tuvo un ingreso inusitado de “extracontinentales”: un total de 11,900 personas provenientes en su mayoría de África (principalmente de República Democrática del Congo con 9,000 ciudadanos, y muy por debajo procedentes de Ghana, Senegal, Somalia, Mali, Guinea, Eritrea, entre otros). Los africanos viajan hasta cuatro meses desde sus países a México. Cruzar el Atlántico, sortear la selva brasileña y peruana, y atravesar en autobús o en otros medios desde Ecuador hasta Guatemala, son sólo algunas de las peripecias de su travesía antes de llegar a Chiapas para buscar asilo político.<br>
Cubriendo un trayecto similar, desde hace meses los cubanos están arribando a México en cantidades considerables. Su caso es muy particular y diferente si consideramos que de por medio, como incentivo para el éxodo, está la Ley de Ajuste Cubano que provee un procedimiento especial bajo el cual los oriundos de Cuba o ciudadanos cubanos y sus cónyuges e hijos que le acompañan pueden solicitar la residencia permanente. Desde su creación en 1965, esta ley ha propiciado grandes oleadas migratorias, siendo la última de ellas la del año 2015. Hasta antes del 1 de diciembre de ese año Ecuador no solicitaba visa al cubano que ingresara, lo cual, sumado a la creciente precarización, pero sobre todo, a la incertidumbre social que provocó en la Isla el reciente acercamiento entre los gobiernos de Obama y Raúl Castro, y el temor ante el fin del bloqueo y con ello de la Ley de Ajuste, fueron el impulso para que miles de cubanos abandonaran la isla. El INM informó que de enero a noviembre de 2015, 8,000 cubanos ingresaron al país. Un recorrido desde Ecuador hasta Estados Unidos puede rondar los 10,000 dólares (entre necesidades básicas, transporte y coyotes), pero más difícil -o fatal- puede resultar para quienes usan una balsa para intentar llegar a Florida o Yucatán.<br>
Otros caribeños que apenas el mes pasado arribaron en gran número son los haitianos. Más de 300 personas, incluidas mujeres y niños, saturaron los albergues en Tijuana. En el año suman más de 8,000&nbsp; los inmigrantes de Haití, por lo que las organizaciones solicitan al Gobierno Federal que declare una crisis humana y puedan llegar apoyos. Sumado a todos los anteriores casos, en el año 2013 México aceptó la solicitud como refugiados de 5,000 ciudadanos sirios que huían de la guerra, pero cientos más -en ese año y en los siguientes-, no lo lograron. El flujo reciente migratorio además incluye a ciudadanos asiáticos, sudamericanos, e incluso personas originarias de Europa del Este.<br>
Ante tal panorama, las autoridades y la sociedad mexicana tienen el reto de brindar la mayor protección y apoyo posible a los transmigrantes. Aunque, cabe destacar, los recientes resultados electorales en Estados Unidos generan incertidumbre en el tema migratorio, la retórica de campaña del hoy&nbsp; Presidente Electo refería a lograr “barrios seguros, fronteras seguras, protección anti-terrorismo”. Desde enero del año 2016, se comprobará que tan cierto resulta todo ello en la práctica. Lo cierto es que se vislumbra una etapa anti-inmigratoria que implicará un mayor blindaje en la frontera. Esto puede traer consecuencias negativas para los transmigrantes, y mayores retos para México.</p>

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Abel Astorga Morales