Por Alexandra Mendoza
El pasado año fiscal, se registraron 17,975 casos de violencia doméstica en el Condado de San Diego, un aumento del seis por ciento en comparación al 2014, según datos de la Asociación de Gobiernos de San Diego (SANDAG).
En el mismo año, 16 personas fueron asesinadas en casos de violencia doméstica, en donde el sospechoso fue la pareja actual o anterior de la víctima.
Con motivo del mes de concientización sobre la violencia doméstica, autoridades municipales buscan educar a la comunidad para que aprendan a detectar las señales de violencia y, de esta manera, prevenir incidentes mayores.
Claudia Grasso, abogada fiscal de la Fiscalía del Condado, señaló que el incremento de incidentes podría deberse a que más víctimas están perdiendo el miedo a denunciar.
“Quisiéramos ser más optimistas y pensar que más gente está reportando casos, y están al tanto de las señales, y que las víctimas tienen más recursos para salir y tomar los servicios que hay en la comunidad”, comentó.
Este año, la dependencia inició una estrategia para informar a adolescentes sobre esta problemática, luego de que se detectara que muchos casos de violencia inician desde el noviazgo. En 2015, la fiscalía procesó alrededor de 70 casos que involucran a adolescentes desde los 12 a los 17 años.
Parte de esta campaña consistió en distribuir folletos en inglés y en español en escuelas y otros sitios frecuentados por jóvenes para que estén informados y sepan reconocer las señales de una relación de abuso y controladora.
Aunado a ello, la fiscal señaló que muchos de los agresores han seguido este tipo de conducta violenta, debido a que cuando eran niños, observaban este comportamiento en casa con sus padres.
“Otro fenómeno que estamos viendo es que los niños que están en estas familias donde hay violencia doméstica están creciendo y ellos se están convirtiendo en los agresores y víctimas porque es lo que están viviendo”, indicó Grasso.
“Lo que queremos ahora es empezar a educar a los jóvenes, para que vean e identifiquen esos signos y puedan identificar que esa cachetada y ese control son el principio de la violencia doméstica”.
El Condado de San Diego cuenta con recursos para proteger a las víctimas y sus hijos en caso de ser necesario, subrayó la fiscal.
Parte de este esfuerzo que busca que las víctimas pierdan el miedo a la denuncia implica ayudarles a obtener un empleo o refugio que les permita salir de la casa y dejar de depender económicamente del agresor.
María García, representante de Interfaith Shelter Network de San Diego, agrupación que brinda refugio temporal a víctimas de violencia doméstica, coincidió en que en los últimos meses ha tenido más demanda el albergue dentro de la comunidad.
“Hemos visto que se ha incrementado el número de familias que han solicitado ayuda con nosotros. La mayoría de estas familias vienen de otros estados pero están huyendo; son familias con muchos niños”, dijo.
“[Las víctimas] están muy afectadas, la estadística nacional dice que una de cada cuatro mujeres tiene una experiencia de violencia doméstica en su vida. Cuando llegan con nosotros, estas mujeres llegan sin nada, sin dinero, sin su ropa, sin sus cosas personales y tienen que comenzar de nuevo”.