Por Marinee Zavala 
La población de origen latinoamericano resultó una vez más una de las más afectadas ante la economía que se desarrolla en el condado de San Diego donde, junto a los afroamericanos, son quienes enfrentan los niveles de pobreza más grandes en la región.
El Centro de Iniciativas Políticas informó en su último censo que el 23.4 por ciento de los latinos e hispanos en San Diego sufren de pobreza extrema y falta de oportunidades, mientras que los afroamericanos y otras personas de color ocupan el 21.8 por ciento. Estas cifras colocan a estos grupos como los dos sectores más afectados por la falta de ingresos en sus hogares. La comparación es grande con el sector anglosajón, que apenas alcanza el 10.8 por ciento de la población total en el condado de acuerdo a las estadísticas.
Para muchos esta condición se vuelve más complicada con los años, aunque en teoría la gran recesión en el país generada durante el 2007 fue superada en el resto de la nación a partir de junio del 2009.
Los últimos estudios dados a conocer por el Centro de Iniciativas Políticas revelan que el 15 por ciento de la población en total sobrevive bajo el nivel de pobreza federal establecido en el 2015 por el gobierno. Este nivel federal establece un ingreso promedio de 12,082 dólares anual generados por una sola persona, y 24,036 dólares de ingresos por una pareja y con dos hijos como el límite de pobreza.
“La pobreza y el ingreso de los hogares no muestran ninguna mejora significativa; la mayoría de las familias están mucho peor que antes de la recesión”, aseguró Jessica Cordova, vocera del Centro de Iniciativas Políticas en San Diego.
Durante la recesión en la Unión Americana se registraron a más de 352,362 residentes en San Diego que vivían bajo difíciles situaciones económicas. Sin embargo, para el 2015, los números no hicieron más que aumentar y reflejaron incrementos del 31.7 por ciento del total; es decir, en San Diego hoy viven más de 432,203 personas en una seria situación económica.
Miles de familias en la actualidad, y sobre todo las dedicadas a la limpieza, trabajo en el sector restaurantero, y dedicado a la agricultura experimentan las dificultades de pagar rentas superiores a los $1,200 dólares y proporcionar una mejor calidad de vida a sus hijos.
Mujeres como Rosa López, quien se dedica a la limpieza, dicen sufrir la experiencia de compartir su vivienda con extraños para poder pagar el alquiler y solventar gastos básicos con dificultad.
“Yo soy madre soltera, trabajo 365 días al año, y yo no tengo ningún día de descanso. Imagínate, muchas veces nos vemos en la necesidad de trabajar en tres lugares distintos y no podemos ver a nuestros hijos”, aseguró Rosa Lopez.
Según Kyra Greene, directora adjunta del Centro de Iniciativas Políticas en San Diego, casi el 16 por ciento de los hogares de San Diego que viven por debajo del umbral de pobreza federal estarían sufriendo incluso si vivieran en las zonas más pobres de los Estados Unidos, como lo son Mississippi o Alabama. Sus Ingresos tan bajos hacen que sea extremadamente difícil sobrevivir en una ciudad tan costosa como San Diego y las familias tienen que tomar decisiones casi imposibles y hacer sacrificios sólo para sobrevivir.
POBREZA EN MENORES DE EDAD LATINOS
Un censo realizado en San Diego tampoco resultó favorable para los menores de edad, quienes reflejaron en la investigación en un 40 por ciento de los casos vivir en difíciles situaciones económicas.
El número de niños que enfrentan esta condición, según el estudio del Centro de Iniciativas Políticas, subió al 38.2 por ciento en comparación con el año 2007, donde en ese año se registró un promedio de 100,897 niños que vivían en una difícil situación económica, aún bajo el techo de sus padres. En la actualidad esta cifra ha superado a los 105,446 menores de edad que sufren las consecuencias de la falta de recursos en su vida diaria.
Lo más preocupante de la situación, aseguró Jessica Cordova, Vocera del Centro de Iniciativas Políticas en San Diego, es la poca atención que ponen las autoridades al problema.
“Cuando los niños no tienen acceso a la salud y alimentación, les afecta en su desarrollo integral, logrando un efecto negativo a largo plazo. En las investigaciones vemos que el condado no hace suficiente para que los niños puedan acceder a esos servicios”, informa Cordova.
Los estudios e investigaciones del instituto aseguran que la mejor solución serían mejores políticas que apoyen de manera efectiva a la comunidad que sufre de pobreza extrema en San Diego, aún cuando ganan el doble del mínimo establecido por el gobierno federal. Lo ideal, informaron miembros del Centro de Iniciativa Política, es que existan planes para crear empleos mejor remunerados, mejores condiciones de trabajo y servicios básicos específicos para la comunidad más necesitada.