Por León Bravo 
La historia de Jake Smith es increíble.
El pitcher relevista de los Padres de San Diego debutó la semana pasada en las Grandes Ligas. Smith por años fue parte de la cuadrilla de trabajadores que cuidaba el campo para un equipo sucursal de los Gigantes de San Francisco.
“Es una historia que parece ser sacada de un cuento de hadas”, dijo el Mánager de los Padres Andy Green.
“El trabajo de Jake era el de arreglar el montículo en en un equipo de ligas menores. El coach de pitcheo de ese equipo lo retó una vez para que lanzara en el bullpen”, contó Green.
“Jake hizo lanzamientos impresionante y entonces fue invitado a jugar para el equipo de ligas menores. De ahí en adelante, Jake ha ido ascendiendo hasta llegar a las Grandes Ligas con nosotros”, comentó el piloto de los Padres.
Antes de hacer su aparición con los Padres, Smith había tirado 27 innings este año en las ligas menores para acumular un porcentaje de carreras limpias admitidas de 5.67.
El primer lanzamiento que hizo en Grandes Ligas es uno que Smith nunca olvidará, aunque no por la mejor de las razones, ya que Hanley Ramírez de los Medias Rojas de Boston conectó la pelota para apuntarse un cuadrangular.
Después de la bienvenida que le dio el jugador dominicano de los Red Sox, Smith se asentó en el montículo y mostró buenas cosas en los lanzamientos de su brazo derecho.
“Fue un ruda bienvenida para Jake, pero después reaccionó bien y eso habla mucho del gran carácter que tiene”, dijo Green.
“El que su primer lanzamiento en Grandes Ligas haya sido un batazo de jonrón, y después haya tenido las armas para sobreponerse habla muy bien de él”, comentó el mánager del equipo de San Diego.
Smith dijo que su debut en Grandes Ligas es algo que nunca olvidará.
“Para mi fue como un sueño hecho realidad, el solo hecho de estar en un vestidor de un equipo de Grandes Ligas significa mucho para mí”, afirmó el jugador.