Por Estephania Baez
A tan solo unos cuantos metros de la frontera entre Tijuana y San Diego, justo en Otay Mesa está ubicado el primer dispensario de marihuana medicinal en San Diego, el local que lleva por nombre Alternativa Verde, tuvo un costo de inversión de doscientos cincuenta mil dólares y fue aprobado por el cabildo de la ciudad, debido a que cumplió con todos los requisitos de uso de tierra, una característica que ningún otro local había logrado con anterioridad.
“Este es el primero que es aprobado por todo el proceso, desde el Cabildo de la Ciudad, la Comisión de Planificación hasta el Departamento de Policía, todo, ha sido un largo proceso, de hecho empezamos hace un año, lo primero que tuvimos que hacer es tener una dirección física, así que empezamos a rentar este lugar, literalmente desde marzo pasado, después iniciamos con la Comisión de planificación y tuvimos que asegurarnos que cumplíamos con todos los requisitos”. Destacó Bob Walder, Director Ejecutivo del Dispensario de Mariguana Alternativa Verde.
A pesar de que el uso de la marihuana medicinal en California fue aprobada en mil novecientos noventa y seis, no había sido autorizado ningún dispensario en San Diego, debido a que la ciudad impuso reglamentos tan estrictos que los puntos de venta fueron considerados ilegales, sin embargo, el gobierno de la ciudad, dio a conocer nuevas medidas en donde se aprueban estos locales, siempre y cuando no se encuentren a treinta metros de un área residencial ni tampoco a trescientos cuatro metros de escuelas, bibliotecas, templos religiosos, parques o recintos dedicados a espacios juveniles, entre otras normativas.
Además para que los dispensarios puedan operar de manera legal en San Diego, los miembros de cabildo votaron a favor de hacer revisiones adicionales a lo largo de todo año y con ellas verificar los antecedentes de los empleados, al igual que realizar pruebas constantes de cada producto. Las restricciones causaron inquietud en diversas asociaciones y miembros de la comunidad quienes aseguraron no son tan estrictos como se debería.
“Somos una comunidad sana, el hecho de imponer un dispensario de mariguana cerca de nuestros niños va a traer a pandilleros, drogadictos quienes no pertenecen aquí, lo que causara molestias entre nuestra comunidad” Josefa Sánchez, madre de familia de la comunidad de San Ysidro.
“Podría ser algo que beneficiara a los dueños del local, pero no a la economía de la comunidad sandieguina como los dueños manifiestan, el gobierno debería de hacer algo, dicen y hablan de nuevas restricciones, pero el consumo de esta droga incrementa con los años, así lo dicen los estudios realizados por expertos. Pedro Orso, comerciante de Otay Mesa.
A pesar de que miembros de la comunidad demanda restricciones más fuertes, el gobierno de la ciudad ha castigado de manera severa a quienes han tratado de comercializar este producto de manera irregular, un claro ejemplo fue la multa impuesta por la Fiscalía de San Diego a los dueños de un dispensario de marihuana ubicado en Pacific Beach, con un total de ochocientos treinta y cinco mil dólares fue la cantidad fijada por un juez federal quien manifestó que son dos mil quinientos dólares por cada día que operaron de manera ilegal, lo equivalente a dos años de operación. Con este se sumaron un total de doscientos noventa dispensarios los que han sido clausurados por autoridades desde septiembre del dos mil once a la fecha, todos por haber operado sin autorización.
El nuevo reglamento de la ciudad indica que únicamente, se permiten treinta y seis dispensarios de marihuana medicinal en toda la ciudad, cuatro por distrito. En San Diego, además de que ya se encuentra en operaciones el de Otay Mesa, fueron aprobados dos dispensarios más, el de Kearny Mesa y San Ysidro, este último ha causado gran controversia por los habitantes de dicha comunidad debido a la afluencia de personas que se tiene en dicha zona, por otra parte el sector turístico asegura atraerá a clientes de ambos lados de la frontera.