Debate sobre “Ciudades Santuarios” para Inmigrantes Indocumentados

Rasmussen Reports recogió un fuerte apoyo a medidas legales y sanciones contra las mismas, luego del asesinato de una joven norteamericana en San Francisco a manos de un inmigrante mexicano que había sido deportado cinco veces. También se fortalece el apoyo a la seguridad fronteriza.

El asesinato de una mujer a manos de un inmigrante indocumentado en San Francisco, California, empeoró la impresión que tienen los votantes estadounidenses de la inmigración no autorizada y de las llamadas “ciudades santuarios” que la protegen.

Una escuesta realizada por la firma Rasmussen Reports señala que un alto porcentaje de los estadounidenses quiere que se castigue a esas ciudades y que inclusive el gobierno federal suspenda la entrega de fondos a los gobiernos municipales de las mismas. El sondeo revela también que el estadounidense promedio está más interesado en la seguridad fronteriza que en la legalización de inmigrantes.

La encuesta de Rasmussen indica que 62% de los votantes piensa que el Departamento de Justicia de Estados Unidos debe emprender acciones legales en contra de las “ciudades santuarios”, y 58% cree el gobierno federal debe suspender la entrega de dinero público a esas localidades.

La joven Kathryn Steinle, de 32 años, murió de un balazo en el pecho el 1 de julio (2015), cuando se encontraba con su padre en un muelle de la Bahía de San Francisco. El confeso autor del disparo es Juan Francisco López Sánchez, inmigrante mexicano que había sido deportado cinco veces antes de este incidente. El debate comenzó cuando se supo que el Sheriff del condado de San Francisco no entregó a López Sánchez al Servicio federal de Inmigración y Aduanas, luego de que la fiscalía llegara a la conclusión de que no había pruebas para juzgarlo por un incidente de drogas. San Francisco es una “ciudad santuario”.

Este incidente coincide con una nueva ofensiva antiinmigrante, que comenzó públicamente en junio cuando la comentarista ultraconservadora Ann Coulter dijo al periodista mexicano Jorge Ramos, durante una entrevista para la cadena Fusion (Univisión/Disney), que la cultura mexicana era “deficiente”, y que los mexicanos al llegar a Estados Unidos “traen con ellos su cultura” y “eso incluye asesinatos por honor, tíos violando a sus sobrinas, tirar basura, no pagar impuestos y sobornar a autoridades gubernamentales”. Días después de las declaraciones de Coulter, el 16 de junio, el multimillonario también ultraconservador Donald Trump dijo en la apertura de su campaña electoral como precandidato presidencial republicano que los inmigrantes mexicanos eran “criminales y violadores”, lo cual desató una ola de críticas y boicots contra Trump.

También en julio de 2015, el magnate Rupert Murdoch, considerado un hombre de derechas y propietario de la cadena televisiva Fox, el diario The Wall Street Journal y de otros 800 medios en 50 países, se sumó al debate al corregir a Trump señalando que los niveles de criminalidad de los inmigrantes, son mucho más bajos que entre los nacidos en Estados Unidos.

Datos de distintas fuentes parecen dar la razón a Murdoch, nacido en Australia y nacionalizado estadounidense.

Rasmussen dio a conocer esta encuesta el pasado 10 de julio de 2015, en la que participaron mil votantes estadounidenses que fueron entrevistados entre el 8 y el 9 de julio. El sondeo tiene un margen de error de +/- 3 puntos porcentuales con un nivel de confianza de 95%.

El apoyo a las medidas legales fue mayor entre votantes republicanos (79%) e independientes (65%), mientras que los demócratas (43%) representaron un porcentaje mayor de lo esperado. El respaldo a suspender la entrega de fondos fue parecido entre los dos primeros grupos: 79% entre los republicanos y 61% entre los independientes. Sin embargo, aumentó entre los demócratas a 54%.

Por supuesto, el 84% de quienes apoyan las medidas legales contra esas ciudades también está de acuerdo con recortar los fondos, mientras que el 80% de quienes se oponen a las medidas legales también se opone a recortar el dinero público.

Varias ciudades norteamericanas importantes han sido declaradas “santuario” de inmigrantes indocumentados, entre ellas Los Angeles, San Francisco, Miami, Nueva York, Filadelfia, Chicago, Denver, Houston, Detroit y Washington D.C. El concepto de “ciudad santuario” se hizo popular en la década de los años 80 del siglo pasado, cuando se produjeron las grandes olas migratorias desde México y Centroamérica, debido a fuertes crisis económicas y guerras civiles que dejaron decenas de miles de muertos.

La encuesta tocó también otro punto importante: la impresión que los encuestados tienen de los inmigrantes indocumentados.

En este sondeo, 53% piensa que la inmigración ilegal aumenta el nivel de crímenes serios en Estados Unidos, mientras que 33% cree que no tiene efecto alguno en la criminalidad.

Otro golpe de la encuesta al rostro de los indocumentados fue que 63% piensa que en estos momentos “es más importante tener control de la frontera que legalizar el estatus de trabajadores inmigrantes que viven en Estados Unidos”. Según Rasmussen, este es el mayor nivel de apoyo a la seguridad fronteriza desde otra encuesta realizada en diciembre de 2011.

Mientras tanto, 34% favorece las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama, encaminadas a proteger de la deportación a por lo menos cinco millones de indocumentados.

El Departamento de Justicia también recibió sus golpes en el sondeo. El 56% de los participantes piensa que ese organismo federal “está más preocupado con la política que con garantizar que se haga justicia”, cuando investiga crímenes locales.