Comentario:
Por Maribel Hastings
Ahora que el senador floridano Marco Rubio oficializó que buscará la nominación republicana a la presidencia, la decisión lo enfrentaría a su mentor, el ex gobernador de la Florida, Jeb Bush, si éste decide buscar la misma nominación. Esa batalla promete mucho drama en la primaria republicana del estado del Sol en marzo de 2016, claro está, si ambos llegan hasta esa etapa.
¿Por quién votarían los electores hispanos de la Florida en la primaria republicana? ¿Por su joven senador o por el “casi hispano” Bush que gobernó este estado durante ocho años?
Para Darío Moreno, profesor adjunto del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), es prematuro hacer pronósticos, pero reconoce que una contienda en primarias en Florida donde figuren Bush y Rubio promete una dura competencia por el favor de los electores hispanos que voten en esa etapa que es cerrada; es decir, sólo personas afiliadas al Partido Republicano pueden votar.
“Son dos candidatos (Bush y Rubio) que históricamente han gozado del apoyo de los hispanos de la Florida; que han ganado el voto hispano de la Florida, así que será una contienda muy competitiva entre ambos por el voto hispano de este estado”, declaró Moreno.
“Y en este momento ninguno de los dos tiene una clara ventaja. Jeb (Bush) goza de más reconocimiento de su nombre, pero estamos hablando de que falta un año para la primaria republicana en la Florida”, agregó Moreno.
Rubio y Bush muestran ciertas diferencias en el manejo del tema migratorio, principalmente porque hasta ahora Bush defiende una vía a la legalización que en algún momento puede llevar a la ciudadanía, mientras Rubio dio marcha atrás en su apoyo a la reforma migratoria con vía a la ciudadanía y ahora sólo habla de seguridad fronteriza primero y de una reforma por partes. Moreno opina que siendo una primaria cerrada, el tema migratorio no jugaría un papel central en las decisiones del voto latino, aunque en la elección general sería diferente. Tanto Bush como Rubio han condenado las acciones ejecutivas migratorias que anunció el presidente Barack Obama en noviembre de 2014 y que, por cierto, gozan del apoyo de 89% de los latinos, según un sondeo de Latino Decisions.
“(La inmigración) no será importante en la primaria republicana en la Florida porque no hay suficientes hispanos no cubanos que voten en esa primaria. La mayor parte de quienes votan en las primarias republicanas de este estado son cubanoamericanos”, indicó Moreno.
Pero agregó que el tema migratorio “podría marcar una diferencia en la elección general”.
Aunque no quiso hacer pronósticos sobre una primaria republicana entre Bush y Rubio, Moreno adelantó que si la elección general fuera entre Bush como candidato republicano y Hillary Clinton por el bando demócrata, “Florida se inclinaría por Bush”.
El estado del Sol y sus 29 votos electorales son botín de gran peso en la pelea por la Casa Blanca. Los últimos demócratas en ganar en la Florida fueron Bill Clinton en 1996 y Barack Obama en 2008 y 2012.
Una contienda Clinton-Bush “será muy competitiva en Florida, pero Bush sería el favorito”, concluyó Moreno.
Para el estratega demócrata José Parra, si Bush y Rubio sobreviven el proceso de primarias y de asambleas hasta llegar a Florida, “definitivamente habría lealtades divididas”.
“Si Jeb hace buena campaña, creo que los republicanos de corte moderado se irían con Bush y eso va a incluir mucha gente joven. El voto cubano lo veo dividido entre la vieja guardia apoyando a Rubio, cuyas posiciones son paradójicamente más ortodoxas que Jeb, y, por supuesto, está el tema de la lealtad de la generación del exilio a otro cubano-americano, mientras que los (cubanoamericanos) nacidos aquí van a examinar más los temas del día a día”, agregó Parra.
Clinton ya se lanzó al ruedo por la nominación demócrata y, de momento, no tiene contrincantes.
Si al final del viaje la elección general es entre Bush y Clinton, el tema migratorio será vital. Parra indicó que “si Hillary hace un acercamiento respetuoso, demostrando que entiende la carga emocional que lleva el tema, y toma posiciones concretas, sin miedo al qué dirán otros votantes, puede ganarle a Jeb el voto latino de la Florida”.
“El reto de Jeb va a ser no virar tanto a la derecha en inmigración que después no pueda regresar. Ya ha dejado interrogantes con su declaración de que acabaría con DACA y DAPA. Los floridanos a quienes el tema migratorio toca de cerca van a ver eso con cuidado”, afirmó Parra.
“Por otro lado, Bush tiene el problema de imagen de su partido. O sea, le tocaría hacer campaña distanciándose del Partido (Republicano)”, opinó Parra.
Ciertamente Bush, de ser el abanderado republicano, tendría que lidiar con la mala imagen de su partido entre los votantes latinos, pero Clinton, de ser la nominada demócrata, no debe dar el apoyo latino por sentado. No estamos en los noventa. Hay una nueva cepa de votantes hispanos que no guarda una lealtad ciega a candidatos y partidos y esperan posturas claras y definidas en temas como la inmigración, donde Clinton tiene bastante qué explicar. Asimismo, tiene que vencer la fatiga que puede generar entre los votantes ocho años de un mismo partido en la Casa Blanca.
Falta año y medio para la general, pero ya comienzan las apuestas.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice