Demandar o No Demandar

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

“Él necesita desesperadamente nuestra ayuda hoy. Estas demandas legales frívolas están diseñadas para intimidarlo y le están impidiendo hacer su trabajo”.

No, el párafo anterior no se refiere a la demanda que le metieron a Barack Obama para impedirle poner en práctica sus nuevas políticas migratorias, sino al cherife de Arizona Joe Arpaio. Son parte de un e-mail que pide, desesperadamente, contribuciones económicas para que el terror de los inmigrantes pueda pagar los costos legales para defenderse de las demandas que le metió el Departamento de Estado. El comunicado hace notar, interesantemente, que las contribuciones pueden ser ilinmitadas y pueden venir de corporaciones y negocios. Están apelando, obviamente, a las buenas conciencias de lo peor de la ultraderecha millonaria y anti-inmigrante.

Arpaio está demandado por haber cometido actos de racismo y discriminación en contra de inmigrantes latinos a quienes detenía en sus cárceles en vez de entregarlos a inmigración para que los deportaran. El e-mail se queja precisamente de eso, de que ahora lo están obligando a entregar a los detenidos a inmigración para que los deporte. Curioso de nuevo, porque se supondría que la intención del cherife sería precisamente que los deporten, pero en fin.

Los anti-inmigrantes tiene, por supuesto, un doble estándar. Se quejan de unas demandas mientras ponen otras. El estado de Arizona, con otro veintitantos, donde el gobernador es Republicano, está demandando a Obama por abuso de autoridad, dicen, por su iniciativa de ampliar la cobertura del DACA, el programa de deportación diferida para los Dreamers, y DAPA la deportación diferida para padres de niños estadounidenses. La demanda funcionó, por lo menos en primera instancia, y el DACA sigue como antes. Un juez texano impidió que se quite la edad límite para solicitar DACA, que hasta ahora es de 30 años cumplidos.

Hábilmente, el juez Andrew Hanen ni siquiera se metió a discutir si Obama tiene o nó facultades para cambiar una política administrativa por otra, sino que paró la ampliación de DACA porque Obama “no publicó con suficiente tiempo su cambio de política y por lo tanto no le brindó al público la oportunidad de hacer comentarios por escrito al respecto”. Su argumento legal está basado en una ley de 1946 de Procedimientos Administrativos.

Pelear o No Pelear

El cálculo inicial de que “5 millones de inmigrantes” se iban a beneficiar del DAPA y el DACA ampliado ya bajó desde su anuncio, a apenas unos 3 millones, según Oficina de Investigaciones del Congreso. Para los otros 8 millones no hay cambio ni lo había antes de la decisión del juez.

Obama, por supuesto, apeló la resolución de Hanen, y dijo que está seguro de ganar el caso en la corte. De lo que nadie está seguro es del tiempo que esto llevará. La apelación entrará a la 5a Corte de Apelaciones en Nueva Orléans, donde la mayoría de los jueces fueron elegidos por Republicanos, y la discusión y resolución final puede llevarse meses. Por de pronto, quién quita, puede que le den la razón a Obama y se puedan meter solicitudes de DACA y DAPA en un mes.

Si eso sucede, capaz y al final de seis meses la gente que solicite tendrá su permiso de trabajo y su permiso de residencia temporal por tres años y estarán felices y contentos como por 15 meses, que es cuando un nuevo presidente tomará las riendas de la Casa Blanca y podría echar para atrás todas las políticas administrativas de Obama, especialmente si es Republicano.

Entonces, la pregunta de verdad en todo esto ya no es siquiera si vale o nó la pena solicitar DAPA y DACA, sino qué más hay que hacer.

Siempre nos ha parecido que esperar por soluciones que vengan desde arriba, desde el Congreso y ahora desde las Cortes, es como esperar que en Chicago haga calor en febrero. Con el cuento de que hay que votar para resolver la problemática de inmigración llevamos nueve años perdidos desde las marchas de la Primavera del Inmigrante en 2006. Esperar ahora a que las Cortes decidan en favor de los inmigrantes, y esperar después a ver quién gana la Casa Blanca la próxima vez es una pérdida de tiempo. Las organizaciones que supuestamente luchan en favor de los inmigrantes debían empezar a prepararse para una nueva Primavera del Inmigrante este año o el próximo, en pleno período electoral, para poner presión pública y tratar de solucionar la problemática de una vez por todas.

Jorge Mújica Murias jmujicam@gmail.com