Deportados Saludables

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

La Migra “toma muy en serio la salud, seguridad y el bienestar de quienes están bajo su cuidado y está comprometida a asegurar que todos los detenidos reciban servicio médico apropiado y a tiempo”, declaró Leticia Zamarripa, vocera del Departamento de Seguridad Nacional.

Parecería comercial de televisión de algún hospital, pero la declaración es auténtica, y se emitió para explicar por qué el llamado “Centro Residencial Familiar” de Artesia, Nuevo México, dejó de recibir niños y madres indocumentados arrestados al tratar de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. A la mejor el pomposo título, en vez de simplemente admitir que es una cárcel y nada menos, se aplica para cuidar también la salud mental de los niños.

Lo cual no quita, claro, que una vez que se comprueba que los “huéspedes” están sanos simplemente los deporten y les jodan la salud mental y pongan en peligro su seguridad física en sus países de origen. Pero sanitos, eso si. Hasta vacunados, no sea que vayan a ir a enfermar a alguien en sus países de origen. Un mini ejército de personal de salud ha estado muy activo en la “residencia familiar” luego que se declaró una epidemia de viruela que obligó a parar las deportaciones por unas semanas. Ya sanitos, cerca de 300 niños y mujeres han sido deportados, sobre todo a Guatemala, El Salvador y Honduras.

“Una vez que son declarados sanos” dice la Zamarripa, “los residentes que tienen órdenes de deportación y un documento de viaje pueden ser repatriados”.

Capaz mejor, porque fuera de la salud, estos centros de detención están llenos de problemas, según reconoce el propio Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional. Entre ellos, cantidades inadecuadas de comida, temperaturas variables y condiciones insalubres. Y por supuesto, los problemas de separación de familias y la falta de un proceso legal adecuado para los miles de mexicanos y centroamericanos.

Niño + Frontera = Deportable

Y de que deportan, deportan. Hace dos semanas un jovencito fue milagrosamente liberado por la Migra después de más de un mes de estar detenido, cuando se dieron cuenta de que es ciudadano estadounidense.

Su pecado fue haber estado en la frontera y ser niño, combinación que seguramente significa que es un peligroso chamco que estaba tratando de invadir Estados Unidos con propósitos posiblemente terroristas,

El jovencito de 11 años de edad estuvo detenido precisamente en la “residencia” de Artesia, en Nuevo México, hasta que un abogado que visitaba a otras personas descubrió su calidad legal de ciudadano. Es hijo de una mujer centroamericana y un ciudadano estadounidense, y fue detenido con su madre. Stephen Manning, el abogado, piensa que “no le hicieron las preguntas correctas” al detenerlo. “Nunca debió haber sido detenido”.

La misma Zamarripa, describió el caso como “complejo y delicado”, pero se negó a discutir los detalles por “razones de privacidad”. Según ella, si una persona dice ser ciudadano estadounidense, la persona “puede ser liberado” hasta que un juez decide “si es elegible para quedarse en Estados Unidos”.

La declaración misma es un absurdo, porque no hay manera de impedirle a un ciudadano de Estados Unidos que viva en su país. Nadie puede determinar si un ciudadano es “elegible” para vivir en Estados Unidos.

Pero el caso saca a la luz la actuación de la Migra en la frontera y del juego legal y político que sucede en la frontera.

Las órdenes de la Migra son de detener la “invasión infantil” a toda costa, aún a costa de la deportación de miles de personas que podrían ser elegibles para quedarse por tener casos de asilo o refugio debido a que huyen de situaciones violentas en sus países. El caso es mostrar lo “dura” que la administración de Barack Obama es con los inmigrantes y punto.

Según Laura Lichter, expresidenta de la Asociación Nacional de Abogados de Inmigración, y quien tiene acceso a Artesia para dar consejería legal, “el hecho de que un ciudadano estadounidense haya estado detenido por un mes sin que nadie se diera cuenta resalta la poca atención que le dan a estas personas. Esto demuestra que aquí no se siguen los estándares legales y que el sistema es solamente una máquina para sacar gente del país, con o sin el debido proceso legal”.

Pero daría lo mismo si no fuera la frontera. La administración de Obama obliga a cientos de niños ciudadanos estadounidenses a salir del país y vivir en otro lado al deportar a sus padres. Por eso, no se puede arreglar la problemática migratoria simplemente “reforzando la frontera”. Se necesita una solución mucho más integral.