Rotundo Éxito en Tijuana de la Opera L’elisir D’amore de G. Donizetti

Reseña:
Por Paco Zavala

Campesinas en un cuadro escénico de L'elisir d'amore
Campesinas en un cuadro escénico de L’elisir d’amore

Tijuana ciudad de grandes contrastes en el aspecto cultural, en este rubro de constantes manifestaciones culturales y artísticas, hay público para cualquier tipo de evento, así se demostró el pasado fin de semana.

El montaje de la ópera de Gaetano Donizetti L’elisir D’amore, fue aclamada en sus dos representaciones de los pasados días, viernes 4 y domingo 6 de abril, representada en los espaciosos patios de Casa de Cultura Playas, debidamente acondicionados para tal ocasión.

Los personajes de ópera L’elisir d’more: Rogelio Marín (tenor) campesino enamorado de Adina; Eugenia Garza (soprano) rica terrateniente, coqueta y simpática; Charles Oppenheim (barítono) Doctor Dulcamara, un charlatán itinerante; Emmanuel Franco (barítono) Belcore, un sargento; Norma Navarrete (soprano) amiga de Adina, Coros: (Coro de la Opera de Tijuana, Coro Escuela de Música del Noroeste IMAC, Ensamble Lírico Juvenil) convertidos en campesinos y soldados de Belcore.

La dirección musical estuvo a cargo del director concertador, Armando Pesqueira, la dirección escénica estuvo a cargo de José Medina, la dirección coral a cargo de Ruben Valdivia, como director del Coro de la Opera de Tijuana, Tomás Acosta, como director del Coro de la Escuela de Música del Noroeste IMAC, José Medina, como director del Ensamble Lírico Juvenil, la orquesta de Tijuana Camerata y Músicos invitados.

El escenario en todo su esplendor, cumplió con las exigencias de la obra, hubo un aforo aproximado de unas 600 personas por función, a nuestro entender excelente aforo.

El escenario al momento de las representaciones lució maravillosamente impregnado de la magia que trae consigo un evento de esta magnitud, todo fue risas, alegrías, nervios, ires y venires, los artistas luicieron estupendos, la música en todo su esplendor, desde el primer acorde musical.

Llega la hora buena se abre el telón y da inicio el espectáculo, se escuchan los primeros magistrales acordes musicales ejecutados por la orquesta, anunciando día de fiesta y de regocijo como corresponde a una ópera cómica, todo como Dios manda, la orquesta compuesta por distinguidos maestros lució en la interpretación de la partitura en todo su esplendor, todos dirigidos atinadamente por su director concertador el Maestro Armando Pesqueira, dueño y señor de un amplio curricular, en el desempeño escénico el Maestro José Medina, dirigió los movimientos de las comparsas corales en concertantes y de los solistas con conocimiento del tema.

Comienzan a aparecer los personajes para el desarrollo de la obra y cada uno de ellos desempeña su correspondiente rol con todas las de la ley.

Muy a pesar del clima que en un momento se pensó que obstruiría el desarrollo del espectáculo por su influencia nefasta en la ejecución vocal, pero afortunadamente el daño fue menor, casi nulo, todo concluyó bien.

Así, pudimos apreciar la presencia en el escenario de un Nemorino, modesto, en momentos luminoso y con buen desempeño tanto vocal como escénico.

Adina, iluminó el escenario con su personalidad simpática y coqueta, su trabajo extraordinario, siguiendo el resultado de su vasta experiencia, le trajo como consecuencia el reconocimiento del público.

La presencia de Gianetta, con su talante picarón y comunicativo, le dio al espectáculo unas pinceladas de buen humor al apreciar sus caricaturescos gestos y por supuesto su excelente voz.

El sargento Belcore, una voz de barítono sonora y con buenos arrestos, indudablemente su desempeño fue sobresaliente.

Y dejamos al último al Doctor Dulcamara, desparpajado en el escenario, su personaje le quedó a la medida, indiscutiblemente una estupenda caracterización que cautivó al respetable.

Todo el espectáculo resultó lo que se esperaba, un éxito completo, los artistas en su totalidad respondieron adecuadamente al desempeño de sus respectivos roles, las masas corales lucieron estupendas, la orquesta también y el público asistente premió al espectáculo con aplausos y al final con una nutrida ovación.

Después de disfrutar enormemente esta puesta en escena, creemos que Tijuana cuenta con todo para organizar temporadas de ópera anualmente, ahora que la compañía de ópera de San Diego cierra sus puertas, hay que aprovechar esta coyuntura cultural.

Una pequeña observación, hay que cuidar muy bien al capital humano representado por los artistas, a la organización y la administración, no hay que levantarse el cuello únicamente como suele suceder.

Ya habrá oportunidad de escribir más sobre este tema.

Ahora solo nos queda decir ¡Felicidades a todos los artistas que participaron en L’elisir d’amore!

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