Dos Orejas

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

Terminó la corrida, el toro pierde las dos orejas por haber cerrado el gobierno gringo por alrededor de dos semanas, el público aclama al torero, y le concede al Partido Republicano el porcentaje de simpatía más bajo de su historia. Un 74 por ciento de la gente les está recordando la jefa por su fracasado intento de chantaje contra el Obamacare.

Estando así las cosas, al “abrir” de nuevo el gobierno, Obama pide enfocarse en la reforma migratoria. Haciendo uso de su vocero exclusivo para la comunidad latina, la cadena Univisión, Obama dice que quiere “una ley de inmigración integral antes de que termine el año”. “Tenemos que terminar el trabajo y arreglar nuestro roto sistema migratorio. Ya hay una amplia coalición en todo Estados Unidos que está detrás de este esfuerzo por la reforma integral de la inmigración, desde líderes empresariales a líderes religiosos o agencias de seguridad”, dice el Deportador en Jefe, que esta semana cumplió también sus primeros dos millones de inmigrantes expulsados del país, y define su proyecto como “el mayor compromiso con la seguridad fronteriza de nuestra historia, modernizaría nuestro sistema de inmigración legal y lograría que todo el mundo pudiera jugar bajo las mismas reglas”. De la legalización ni se acordó.

Ya en junio, su última entrevista en Univisión, había declarado que estaba “dispuesto a aceptar una reforma paulatina”, lo cual prácticamente significa aceptar el plan Republicano de una reforma en abonos, que comience por el lado del negocio, la militarización de la frontera, el negocio carcelario, el equipo militar y demás, y a la cola de la cola de la cola la eventual legalización.

Pero la bronca es más política que nunca.

Dentro del Partido Republicano hay voces que llaman a tomar muy diferentes posiciones. Por un lado está la fracción ultraderechista del Tea Party, que no anda buscando quien se las debe sino quien se las pague por su fracaso de chantajear a Obama con el cierre de gobierno. Además, se dice que hasta podrían separarse del Partido Republicano y formalizar su propio partido para enfrentarse a los Republicanos “traidores” que negocian con Obama. Seguro votarían en contra de cualquier cosa que se acerque a la legalización.

Y el Rabo

Luego están los Republicanos más prácticos, que quisieran acercarse al electorado latino porque entienden que demográficamente necesitan sus votos, pero le tienen miedo al Tea Party y a que se les considere “traidores” en sus propios distritos en las próximas elecciones. Están acompañados del liderazgo político Republicano, particularmente John Bohner, que dice que “a la mejor si” le entran a debatir “algo” sobre inmigración a final del año. Por su parte el Líder de la Mayoría Republicana, Eric Cantor, propone darle ciudadanía a los Dreamers pero a nadie más.

Pero lo último que los Republicanos de cualquier tendencia van a hacer es darle un triunfo sobre otro a Obama. Ya perdieron la batalla contra Obamacare y el cierre del gobierno, y no van a estar dispuestos a darle otra bandera para que se ponga a ondearla frente a los votantes latinos. Una cosa es que se lleve las orejas, y otra sería entregarle también el rabo y regalarle la elección del 2014 al Partido Demócrata.

Tamar Jacoby, líder de una cosa llamada Immigration Works USA, coalición de pequeños negocios a favor de la “reforma”, dice que “la decisión tiene que ver más con las discusiones sobre el presupuesto que con la inmigración”. Coincido con ella. Al fondo de la discusión no están las vidas de los inmigrantes sino solamente dos intereses: quién gana las elecciones el próximo año y quién se queda con los 46 mil millones de dólares que el Senado aprobó en su nefasta S744.

A los Demócratas no les conviene que haya reforma para poder acusar a los Republicanos de que fue “su culpa”, y por eso Nancy Pelosi, Líder de la Minoría Demócrata en la Casa de Representantes presentó una propuesta idéntica a la del Senado pero sin dinero. Raúl Grijalva, miembro de la Pandilla de los 5 presentó una todavía mejor: una legalización total para los que llegaron ayer en la noche y sin tener que esperar 13 años. Ninguna, obviamente, será aprobada por los Republicanos. A los Republicanos les conviene que no haya reforma para poder recordarle a los votantes latinos que Obama ya lleva dos millones de deportados.

Pero hay chance de negociar. Pueden repartir los 46 mil millones entre los Republicanos de los Distritos Electorales fronterizos. Si les toca una rebanada grande del pastel, podrían hasta olvidarse de que estaban en contra de la reforma y votar en su favor.

A fin de cuentas, aprobar algo este año, al vapor, negociando dinero, no tiene nada que ver con lo que necesita la gente ni lo que necesita la economía. No es política; es politiquería.

Contacto Jorge Mújica Murias e jmujicam@gmail.com