Reforma, futuro y realidad

LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero

Después de tantos años de lucha, es gratificante saber que hay esperanzas. Es posible que los más de once millones de inmigrantes que viven y trabajan en este país, alcancen el lugar que merecen en la sociedad a la que aportan todos los días. Si, es posible.

El hecho de que el senado haya aprobado el proyecto de ley de Reforma Migratoria Comprehensiva – CIR – significa muchas cosas. Significa que vamos avanzando en el camino de la justicia, que el trabajo que se ha venido realizando desde distintas organizaciones en todo el país no ha sido vano, que la voz de millones de hispanos e inmigrantes de otros continentes ha sido escuchada.

Significa también que valió la pena dejar claro en las urnas que no pensamos seguir tolerando la intolerancia y la discriminación de las que han sido víctimas nuestras comunidades y que los que tenían que escuchar, escucharon.

Todo ello, debe llenarnos de fuerza y de optimismo para seguir luchando; porque aún no hemos alcanzado nuestra meta.
El futuro de la reforma está ahora en manos de los representantes de la cámara baja. Y allí son muchos los proyectos que fracasan a pesar de haber sido aprobados en el senado.

¿Qué significa esto? Significa que aun no estamos hablando de una ley. La reforma migratoria aun no es una realidad; debe recorrer aún un largo camino para llegar a serlo.

Eso no quiere decir que seamos pesimistas y nos demos por vencidos, quiere decir que tenemos que seguir insistiendo.

Las posibilidades de que el proyecto se convierta en ley son muchas. No sólo está en juego el futuro de millones de inmigrantes, estamos hablando también de la realidad política de los partidos, que viven un momento crucial en el que se están jugando su futuro en las urnas. Recordemos, para no ir muy lejos, que el voto hispano ha sido determinante en las dos últimas contiendas electorales por la casa blanca.

Las proyecciones optimistas hablan de la posibilidad de que el proyecto se priorice en la cámara y tengamos una ley aprobada para finales del verano. Las pesimistas sostienen que la batalla será dura y que son muchos los tropiezos que pueden dar al traste con la reforma.

Pero mientras no haya un voto, estamos hablando de eso, de proyecciones. Por eso lo importante es que tengamos claro que aunque estamos muy cerca, aun no hemos llegado a la meta.

Así que amigo lector, mantenga los ojos abiertos y los oídos atentos y aléjese de cualquiera que le quiera vender una idea distinta. Abogados, tramitadores y sujetos inescrupulosos buscan aprovechar este momento de euforia y esperanza para quedarse con su dinero.

La reforma migratoria aun no es una ley. Si usted quiere iniciar un proceso para regularizar su situación, infórmese y asesórese de un abogado certificado y honesto del que tenga la mayor cantidad de referentes posibles.

De no actuar correctamente en este sentido, no sólo perderá su dinero sino que es muy posible que se ponga en evidencia y corra el riesgo de ser deportado. Busque asesoría en las organizaciones comunitarias reconocidas de su localidad antes de tomar cualquier decisión. Infórmese y no pierda el optimismo.