México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
“Terminó el peligro, terminó la pesadilla, se hizo justicia”, twiteó el Jefe de Policía de Boston para darle a conocer a la población que ya habían detenido al segundo sospechoso de los bombazos al maratón en esa ciudad.
Después de cinco días en virtual estado de sitio en Boston, Dzhokhar Tsarnaev, de 19 años, fue capturado vivo por una amplia coalición de autoridades policíacas. Su hermano se suicidó la noche anterior a manos de las mismas fuerzas policiacas.
No estoy seguro de que la pesadilla haya terminado con el arresto de Dzhokhar y la muerte de su hermano Tamerlan, porque me preocupó desde el momento del bombazo junto a la meta del maratón que el o los asesinos fueran inmigrantes, y que esto tendría consecuencias fatales para la discusión de la propuesta de inmigración en el Senado. Y de hecho, a la Pandilla de los 8 Senadores impulsando la propuesta le preocupó por un día, pero decidieron agarrar el toro por los cuernos y enfrentar las posibles consecuencias.
A final de cuentas parece haberles funcionado. Aunque los Tsarnaev son inmigrantes, no son árabes ni son latinos, así que la discusión puede continuar. Obviamente, si hubieran sido árabes la iniciativa de ley moriría en aras de la necesidad de re-que-te-contra reforzar la frontera y los aeropuertos, y si hubieran sido latinos la ley establecería que hay que terminar el Muro en la Frontera antes de hablar de legalización de los inmigrantes indocumentados. Chin… la iniciativa si dice eso, pero no tiene nada que ver con lo de Boston…
Por el contrario, el más joven “era conocido en sus clases de actuación, sus cursos avanzados de Universidad y como un atleta con muchos amigos en la secundaria. Jugaba soccer cada lunes, y se drogaba bastante. Era uno de nosotros”, declaró a “Good Morning America” su amiga Sierra Schwartz.
Con aquello de que más bien andaban buscando a “uno de los otros”, por unas horas albergué la esperanza de que encontraran, por ahí por el rumbo de la universidad de Harvard, a otro responsable de muertes, unas 100 mil sucedidas en México el sexenio pasado, pero no tuve suerte. Felipe Calderón Hinojosa no fue arrestado junto con el bombardero de Boston.
El Sospechoso no Buscado
Pero para mí que por lo menos falta echarle la policía a otro responsable de muertes por explosión. Me refiero al asesino de Mariano Saldívar, nacido en 1955 y originario de Chalchihuites, Zacatecas. Los restos mortales del mexicano fueron encontrados la noche anterior al arresto de Tsarnaev, y fueron trasladados a Dallas. No lo llevaron desde Boston, nada que ver, sino nomás de West, un pueblito de Texas fundado por inmigrantes checoslovacos, donde estalló la planta de fertilizantes West Fertilizer Co., donde trabajaba, y murió con otras 13 personas.
Como es costumbre en estos casos, las noticias de Boston ocupaban 10 minutos en cada noticiero, y la explosión de la planta en Texas 15 segundos, y eso cuando descubrieron la explosión, como 24 horas después de ocurrida. Pasado lo de Boston, la explosión que mató a 14 personas y dejó 200 heridos en Texas cobró relevancia.
Se aprendió entonces que la planta consiguió en 2006 un permiso para almacenar anhídrido de amoniaco, 270 toneladas de nitrato de amonia y 54 mil libras de nitrógeno líquido, y tuvo que conseguir el permiso por quejas sobre su pestilencia. De hecho, la multaron con 2 mil 300 dólares por no tener un plan de emergencias, y el dueño se las arregló para que la planta se considerara como “de fertilizantes, no química”, y “sin peligro de explotar”. Tan sí había peligro de explosión que la planta voló hace una semana.
Se aprendió también que la última inspección de la planta por parte de la Administración de Higiene y Seguridad, OSHA, se llevó a cabo en 1985, y la multaron con la tremenda suma de 30 dólares por almacenar el anhídrido de amoniaco.
No es de extrañarse. Aunque 4,500 obreros mueren cada año en accidents industriales, OSHA solamente tiene 550 millones de dólares de presupuesto, lo cual le alcanza para contratar un total de 2 mil 200 inspectores laborales. En corto, pueden inspeccionar cada lugar de trabajo una vez cada 129 años.
Me vino entonces a la mente que la propuesta de ley de inmigración de la Pandilla de los 8 senadores propone gastar 3 mil millones de dolares en seguridad fronteriza, y contratar 3 mil 500 nuevos agentes para la Patrulla Fronteriza.
Pero claro, tres maratonistas son más importantes que 4 mil 500 trabajadores, y Donald Adair, el dueño de la planta en Texas no es un terrorista inmigrante, y le basta con disculparse por las muertes que causó. No se le considera un peligro. Los peligrosos son los trabajadores internacionales que tratan de de venir a buscar trabajo…
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