Comentario:
Por Rafael Prieto Zartha
Las últimas proyecciones del número de hispanos que estarán habilitados para votar las elecciones de 2012 será de 23 millones y medio.
No obstante, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), la organización que sacó la estadística, proyecta que solo 12.2 millones irán a las urnas en las presidenciales del 6 de noviembre.
Aún este dato, que ha sido considerado positivo por el posible aumento de 26% de participación, en contraste con 2008, se me antoja espantoso.
De casi 24 millones de votantes latinos posibles es increíble, que dadas las circunstancias por las que atraviesa la comunidad hispana, los votantes proyectados sean apenas poco más de la mitad de los que están en capacidad de sufragar.
Una gráfica en el portal de ImpreMedia indicó que escasamente 14 millones de los electores hispanos están registrados para votar.
Eso quiere decir que se tendrá que hacer una campaña intensa para que 9 millones y medio de votantes latinos se inscriban en los padrones electorales locales.
En 2008, de los 19 millones y medio de hispanos que tenían derecho al voto, solo la mitad acudió a usar las máquinas contadoras de sufragios.
En ese mismo año, 48% de los ciudadanos hispanos votaron en las presidenciales, mientras que 54% de los naturalizados ejercieron ese derecho, cuando Barack Obama fue elegido.
Quienes han tenido la fortuna de naturalizarse ciudadanos estadounidenses, deberían entender que haber logrado ese privilegio no solo significa tener derechos y aprovecharse de los beneficios de esa condición, sino asumir responsabilidades.
Un deber absoluto tendría que ser la participación cívica, mediante el voto.
Un estudio sobre el comportamiento del voto hispano en las elecciones de 2010, efectuado por el investigador Mark Hugo López, del Centro Hispano Pew, mostró que el mayor nivel de participación en esos comicios -de medio término- fue la de los ciudadanos de origen cubano con más del 49%.
Después se ubicaron los de origen centroamericano y sudamericano con 33%. La de los puertorriqueños fue de 29% y la de los de origen mexicano 28%.
El derecho al voto para las mujeres en Estados Unidos fue una lucha que se inició en 1840 y apenas se cristalizó en 1920.
Pese a que los esclavos negros fueron liberados en la década de los sesenta del siglo 19, con el costo de más de 600 mil muertos, únicamente fue hasta los sesenta del siglo 20, un siglo después, que se firmó el Acta de Derechos de los Votantes, para asegurarle a los afroamericanos el acceso pleno al sufragio en este país.
Las cadenas de televisión en español: Univisión, Telemundo, CNN, MegaTV, Estrella TV, NTN 24, tendrían que realizar la campaña más tenaz de su historia para impulsar el voto hispano.
Eso mismo deberían realizar las estaciones de radio en español, los periódicos latinos, junto con la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas (NAHP), al igual que los sitios de internet.
NALEO, el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), la Liga Unida de Ciudadanos Latinoamericanos (LULAC) y las demás organizaciones hispanas deberían impulsar el sufragio como nunca.
Un artista de Charlotte, Edwin Gil, lanzará una página en Facebook, para que los ciudadanos latinos se comprometan a votar con sus caras, sus mensajes y sus videos.
“Leí que 2012 debe ser el año de los votantes hispanos y voy a promover el voto en todo el país a través de los contactos en la organización Latinos in Social Media (LATISM)”, me contó Gil.
Las leyes estatales antiinmigrantes han creado un ambiente hostil contra los hispanos y algunos políticos le han endilgado los calificativos y comparaciones más peyorativas a los indocumentados latinos.
La forma más efectiva de contrarrestar las actitudes de los intolerantes es utilizar un medio gratuito, que lo único que requiere es pensar. Entonces, a votar en el año del Dragón.
Rafael Prieto Zartha es el directorr editorial del semanario Qué Pasa-Mi Gente, en Charlotte, Carolina del Norte.