Piense y hágase rico

LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero

    Por mis manos han pasado desde El Vendedor Más Grande del Mundo de Og Mandino hasta El Secreto de Rhonda Byrne que hace pocos años generó tanto revuelo. Mi experiencia con los libros de auto ayuda para quienes gustan llamarlos de ese modo, ha sido siempre agradable y constructiva.

    Gracias a esa experiencia, que se inició muy temprano en mi vida, he logrado superar muchas crisis y cuando no he aprendido algo lo he recordado, que para el caso es lo mismo.

A veces nos enfrascamos en las angustias cotidianas y nos olvidamos del bosque por concentrarnos en el árbol, cuando la realidad es que el bosque esta lleno de posibilidades y está siempre en nosotros decidir cual preferimos.

    Piense y Hágase Rico, el libro de Napoleón Hill recoge una serie de principios vitales esenciales para ser competitivos en un mundo capitalista cada vez más exigente y nos recuerda la importancia del método como principio del éxito.

    Para empezar, recordamos con Napoleón Hill la importancia de saber para donde vamos, lo que deseamos. El milagro de tener un objetivo principal en la vida es el comienzo de nuestro éxito.

    “…hay una cualidad que uno debe poseer para ganar, y es la definición del propósito, el conocimiento exacto de lo que uno quiere, y un deseo ardiente de poseerlo”.

    Tenemos que saber que queremos, de lo contrario dirigir nuestras vidas puede convertirse en un ir y venir con la corriente que, al final, puede llevarnos a cualquier lugar y eso no podemos permitirlo siendo nosotros los dueños de nuestro destino al tener el poder de dominar nuestro pensamiento.

    Tal vez, cuando como inmigrantes decidimos empezar el viaje sin retorno a una tierra desconocida, traemos objetivos muy claros en mente, seguramente muchos de ellos tienen un tinte económico; esos objetivos  y esos sueños son los que nos dan la fuerza para emprender el camino y continuarlo a pesar de los tropiezos y dificultades cotidianos.

    Ya sabemos pues lo que es tener un objetivo e ir en su búsqueda, entonces, ¿por qué no aplicar este principio en todas las áreas de nuestra vida, como los sugiere Hill, y así darle inicio a lo que puede ser una existencia mucho más productiva económicamente?

    Si creemos que es posible, es posible. Las grandes ideas que han cambiado a la humanidad han sido primero un pensamiento y como dice Hill los pensamientos combinados con las emociones constituyen una fuerza magnética que atrae otros pensamientos similares o relacionados.

    Así que lo que guardemos en nuestra mente sumado a la confianza que nos tengamos a nosotros mismos a la hora de la acción es una de las muchas formulas propuestas por el autor que pueden abrirnos caminos hacia el éxito personal  y económico.

    Por eso, es indispensable entrenar nuestra mente para que aprenda a rechazar los pensamientos negativos o pesimistas —que atacan permanentemente y en cualquier momento pueden arraigarse en nuestra mente como una plaga— porque el subconsciente no distingue entre impulsos negativos y positivos, simplemente trabaja con el material que le damos.

    Como lo dicen los versos que cita el autor: si piensas que estás vencido: lo estás,/ Si piensas que no te atreves: así es,/ Si te gusta ganar pero piensas que no puedes,/ es casi seguro: no ganarás.

    Hill recuerda, además, que las batallas de la vida no siempre favorecen al más fuerte o al más rápido, pero tarde o temprano el que gana ¡es el que piensa que puede!  Y tú… ¿puedes?