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<p> ¿Es o no es verdad que la retórica política incita a una persona o a un grupo a que cometa actos delictivos? ¿Qué tanto de culpa podemos orientar a la sociedad por los problemas del individuo?</p>
<p> Estas son preguntas que circulan dentro de la sociedad norteamericana en este momento.</p>
<p> Una representante del Congreso, una niña en edad escolar y otras personas fueron víctimas de un desalmado desequilibrado.</p>
<p> Muchos piensan, sin embargo, que las causas tienen raíces en la sociedad norteamericana, particularmente en un discurso político efervescente, altamente destructivo.</p>
<p> Según esta visión sociológica, Jared Loughner, el joven que causó pesar en la ciudad de Tucson, de alguna manera es víctima de una retórica política incendiaria.</p>
<p> En el paredón de los acusados están políticos, organizadores comunitarios y locutores de la derecha, quienes por mucho tiempo han estado utilizando, entre otros medios, la televisión y la radio para criticar a los dirigentes de izquierda y a las políticas liberales del gobierno de Barrack Obama.</p>
<p> En la silla principal de los condenados se encuentra la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin.</p>
<p> Las razones son un tanto exageradas como son también tiene algo de sentido. En su sitio de Internet, Palin se encargó de hacer público a los enemigos políticos de su partido, especialmente a aquellos senadores y representantes de la cámara baja que apoyaron el paquete de seguros de la Administración Obama.</p>
<p> En un mapa del país se observa claramente el blanco de un arma de fuego en varios estados del país, elucidando a los enemigos que deberían ser derrotados durante el presente proceso político.</p>
<p> Si analizamos desde una perspectiva individual, el problema se concentra en la persona que cometió la balacera. En este sentido, Loughner es visto como un individuo con males patológicos, un desviado mental y lleno de problemas psicológicos.</p>
<p> En este tipo de diagnósticos normalmente se hace a un lado los efectos de la sociedad, el cual puede tener un peso importante en las decisiones del individuo en circunstancias como la que ocurrió en Tucson.</p>
<p> En términos más concretos, la retórica de grupos nocivos de la sociedad, como las pandillas callejeras, corrompen la mente del miembro del grupo joven y le incitan a actuar de acuerdo a los estándares viciados de ese grupo.</p>
<p> Del mismo modo, la retórica de la sociedad puede tener un efecto negativo en individuos que ya tienen problemas psicológicos. Tal pudo haber sido el caso de Jared Loughner.</p>
<p> De todas formas, no sería lógico aseverar que el problema descansa enteramente en la retórica de la sociedad norteamericana.</p>
<p> Este problema es, sin duda, como el huevo y la gallina. No sabemos a ciencia cierta dónde empieza. Si es en la sociedad o en el individuo.</p>
<p> Lo más importante es que la sociedad norteamericana en su conjunto tiene que interpretar lo sucedido de una manera abierta, reconociendo que lo acontecido tiene dos tipos de vertiente. Por una parte, en la decisión del individuo y, por la otra, en la retórica incendiaria de la sociedad.</p>
<p> Por tanto es necesario que los dos partidos políticos mantengan control de dicha retórica negativa. “No pongamos más leña al fuego”</p>
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